["item",{"itemId":"350","public":"1","featured":"0","xmlns:xsi":"http://www.w3.org/2001/XMLSchema-instance","xsi:schemaLocation":"http://omeka.org/schemas/omeka-xml/v5 http://omeka.org/schemas/omeka-xml/v5/omeka-xml-5-0.xsd","uri":"http://humanidades-digitales.fhuce.edu.uy/items/show/350?output=omeka-json","accessDate":"2024-03-29T11:51:26+00:00"},["fileContainer",["file",{"fileId":"583"},["src","http://humanidades-digitales.fhuce.edu.uy/files/original/1a33edbb2ec96746d8b990a74ae52b56.PDF"],["authentication","edda074b6156649a5fbc13f776410308"],["elementSetContainer",["elementSet",{"elementSetId":"5"},["name","PDF Text"],["description"],["elementContainer",["element",{"elementId":"52"},["name","Text"],["description"],["elementTextContainer",["elementText",{"elementTextId":"3835"},["text",".o\n\nP)\nUNIVERSIDAD DE LA REPÚBLICA\nFACULTAD DE HUMANIDADES Y CIENCIAS\n1\n\né-\n\nINSTITUTO DE FILOLOGÍA -\n\nDEPARTAMENTO DE LINGÜÍSTICA\n\nOLAF BLIXEN\n\nACERCA DE LA\nSUPUESTA FILIACIÓN ARAWAK\nDE LAS LENGUAS INDÍGENAS\na•\n\nl\n¡¿\ny\n\n:1\n\nr\n'\n\n.\n•\n\nDEL URUGUAY\n\n•. •\n^\n!\n\n10\nB 1 i\n4\n\nMONTEVIDEO\n1958\n\n�UNIVERSIDAD DE LA REPÚBLICA\nFACULTAD DE HUMANIDADES Y CIENCIAS\nINSTITUTO DE FILOLOGÍA -\n\nDEPARTAMENTO DE LINGÜÍSTICA\n\nOLAF BLIXEN\n\nACERCA DE LA\nSUPUESTA FILIACIÓN ARAWAK\nDE LAS LENGUAS INDÍGENAS\nDEL URUGUAY\n410 BLI ace\nAcerca de la supuesta filiació\n\nFHCE/034518\n\nC34518\n\nMONTEVIDEO\n1958\n\nk\\g\nMí\n'j\n\n��La cuestión de la filiación lingüística de las tribus\nque poblaban la Banda Oriental - la actual República del\nUruguay - al tiempodel Descubrimiento y la subsiguiente\nconquista, viene siendo d^batida desde hace siglos, y no ha\nencontrado hasta el momento solución satisfactoria.\n\n•\n\nUn sector apreciable - y con muchos adherentes - ha\nsostenido, principalmente durante el siglo pasado, el origen\nguaranítico de la lengua charrúa, opinión que, en general,\nestos mismos autores han extendido a las otras poblaciones\nindígenas del primitivo Uruguay. La base de ésta argumenta\nción ha radicado en la toponimia y en la interpretación eti\nmológica de nombres de la flora y fauna, así como tribales y\npatronímicos. Esta opinión; hoy completamente desacreditada,\npuede considerarse representada por Bauza (1), de la Sota\n\n^2), Ameghino (3), y Araújo (4), y varios publicistas contém\nporáneos se adhieren implícit^ ó explícitamente a ella, con\n\ndiscreto (5) (6) o ningún (7) (8) calor crítico. En; cambio\nSchuiler,1 en dos publicaciones (9) (10) defendió,\n\n- 7 -\n\ntambién\n\n�con poco éxito, la filiación \"guaycurú\" de la familia lin\ngüística Charrúa. Serrano, por su parte, en su \"Etnografía\nde la antigua provincia del Uruguay^ (11) y, posteriormente,\nen el artículo correspondiente del Handbook (12), ha soste\nnido que el Charrúa debe ser un dialecto del Chana y que am\nbos están aparentemente relacionados con el Kaingang. Las\npruebas de esta última afirmación, son, sin duda, insufi\ncientes y, en cuanto a la primera, no hay menor razón para\nsuponer al Charrúa dialecto del Chana que para la recíproca,\nsiendo, por otra parte, ambas cosas todavía problemáticas. A\nsu vez, el cronista Pernetty había afirmado que los indíge\nnas uruguayos hablaban el idioma de los indios del Para mez\nciado con el de los indios de las tribus comarcanas (13).\n\nEn realidad, la mayoría de los cronistas y autores\nclásicos reconocieron siempre que el grupo de lenguas indí\ngenas de la Banda Oriental constituía un núcleo aparte, no\nreducíble por entonces a las otras familias lingüísticas co\nnocidas. Be esta opinión era, desde luego, Azara, quien in\nclusive no reconocía ninguna semejanza entre las lenguas de\nlas diversas tribus uruguayas (14); y opiniones análogas han\nexpresado D^Orbigny (15) y Ferrario (16) en lo relativo al\nCharrúa; José María Cabrér en lo que respecta al Minuán (17)\ny, especialmente, Lorenzo Hervás y Panduro, en su célebre\nCatálogo (18), pero con una importante acotación destinada a\n\n^ 8 -\n\n��\"El Compendio del Idioma de la Nación Chana\", compues\nto por el Padre Dámaso Antonio Larrañaga a principios del\nsiglo pasado, fue publicado por primera vez, en extractp,\nsólo en 1897 y, más tarde, completo, en 1913 y 1923 (27). El\nVocabulario que Larrañaga también redactó se ha perdido y\nhan sido hasta el momento inútiles las pesquisas realizadas\npara localizarlo.El Compendio, es, sin duda, un trabajo cien\ntíficamente deficiente; deben leerse las salvedades que, con\nsinceridad y nobleza expone Larrañaga, acerca de las enormes\ndificultades de su labor, al habérselas con \"hombres toscos,\nignorantes, que no saben leer ni escribir, ni distinguir los\nnombres de los verbos, ni los artículos y pronombres...\" .\n\"Confieso - agrega - que debo haber cometido todas las equi\nvocaciones, impropiedades, y extravíos que son consiguientes\na la ignorancia del idioma, sobre lá ninguna versación en otras lenguas \" (doc.cit.). El documento está concebido, pues,\ncon el criterio de aquellas Artes que redactaban los MisÍ\nñeros jesuitas en América. Tiene el fundamental defecto de\nconcebir la estructura de la lengua indígena estudiada sobre\nel molde de la española o latina,por la falta de nociones\nacerca de la sintaxis y de las categorías gramaticales de\nlos idiomas aborígenes.\n\nEl Catecismo GSienoa que se halla incluido en el Saggio\nde Hervás (28), obra hoy de raros ejemplares, había caído en\n\n- 10 -\n\n�el olvido. Fue exhumado por Outes, que consultó un ejemplar\nen el Museo Británico. Consta de 19 frases en lengua Güenoa\ncon su correspondiente traducción italiana. Vignati ha pubH\ncado del mismo una excelente versión facsimilar (29). En la\npublicación que a esta cuestión dedicó en 1913, (30), Outes~\nextrajo conclusiones de importancia, relacionando la lendel susodicho Catecismo con el Chana de los Indios de Soriano, estudiado por Larrañaga. Esta relación fue establecida\ncon prudencia y dentro del plano hipotético en que es preci\nso moverse cuando se manejan documentos tan reducidos y de\nfidelidad dudosa (sobre todo en el caso del Chana). Sin em\nbargo, en la afirmación de la existencia de una vasta comu\nnidad lingüística, que habría abarcado todos los idiomas de\nla Banda Oriental, Outes no tuvo, probablemente, la misma\nprudencia.\n\nEn 1937, por último, el Dr. Gómez Haedo publicó en edición facsimilar un Voccrbularia Charrúa totalmente inédito\ny desconocido hasta entonces (31), hallazgo evidentemente\nsensacional y que aportaba nuevos elenentos de juicio a la\ncuestión. Este Vocabulario es reducido. Aunque anónimo, su\npaternidad ha sido atribuida sin lugar a mayores dudas a Don\nTeodoro Vilardebó (loe. cit. ).Se trata de un manuscrito que\ncomprende dos partes. La primera lleva por título ^Sistema\nde numeración de los charrúas según las explicaciones de una\n\n- 11 -\n\n�china de don Manuel Arias (noviembre 22 de 1842)\" y contiene\nuna pequeña lista de nombres sustantivos y dos o tres frases\nsobre las costumbres de los charrúas^ La segunda parte lleva\npor título \"Noticias sobre los charrúas dadas por el Sargen\nto Mayor Don Benito Silva en Montevideo (1841)\". Contiene\ncinco páginas manuscritas sobre las costumbres de los indios\ny, bajo el subtítulo de \"Sistema de numeración de los cha\nrrúas\", la lista de numerales del 1 al 10, algunas palabras\nsueltas y datos etnográficos. La lectura y examen del docu\nmento es imprescindible, así como son de interés las refe\nrencias del Dr. Gómez Haedo a los antecedentes del Sargento\nSilva y a las condiciones en que pudo haber realizado su\ntrabajo. A ellas nos remitimos. De todos modos cabe^concluir\nque la fe en la exactitud lingüistica del documento es me\nnor que en los casos anteriores porque a jüos informantes evidenciaban conocer superficialmente la lengua o recordarla\nmuy mal.\n\nExisten otras fuentes informativas de valor mucho me\nnor y desigual. De ninguna utilidad, hasta el momento,han\nresultado las frases atribuidas a los Charrúas que se en\ncuentran en el libro de Andró Thévet \"La Cosmographie Universelle\", citada por Lehmann (32). Algunas listas de nom bres indígenas, como las del Presbítero Cabrera, con exten\nsa lista de la reducción de Cayastá (Santa Fé),Rep. Arg.(33),\nSallaberry (34) y Domenech (35),no nos arrojan mayor luz por\n\n- 12 -\n\n�las dificultades poco menos que insalvables para su co\nrrecta interpretación^ El hecho de que algunos de esos nom\nbres sean seguramente guaraníes, es más bien una saludable\nadvertencia para no llegar a generalizaciones peligrosas so\nbre la base de algún parecido o identidad formal con nombres\nde otras lenguas, puesto que la filiación guaraní debe con• siderarse hoy como completamente descartada. Petit Muño* es,\n-quien, actualmente, está realizando interesantes aportes so\nbre la cuestión, tanto en un trabajo ya publicado (36) como\nen otro, próximo a salir a luz.\n\nC^RRESPONDENCIAS ENTRE EL CHANA, EL GÜENOA Y EL CHARRÚA\n\nEl primero que estableció correspondencias entre los\ntextos Chana y Güenoa fue Outes, quien encontró las siguien\ntes concordancias (op. cit. , 30):\n\nGÜENOACHANA\n• Guar-ete?\nGuárete?\n\n--\n\nquién es?Guareptí?- quién es?\ncómo o cuántoRetan?- cómo?\n\nretant- cómo o cuántoretas?- por qué?\nretanle\n- por cual\n\"amptí- nosotros\ntaabui- nosotrosramptí •\n- nosotras\n\nEl mismo Outes encontró también estas correspondencias\ngramaticales:\n\n- 13 -\n\n�1)En las frases 18a, y 19a. del Catecismo aparece la\nvoz madram pospuesta al verbo, la cual debe ser una partí\ncula indicativa del futuro,análoga a marón que, según Larranaga (op. cit. ), se usa en Chana también pospuesta al ver\nbo y con idéntica función.\n\n2)La voz atei tal vez represente una forma imposible\nde identificar por el momento, de un verbo sustantivo pare\ncido al chana ten ('ser' o 'estar').\n\nA estas correspondencias agregó Perea y Alonso seis\nmás (37). Algunas pueden aceptarse como altamente probables;\nlas otras no aparecen claras. Entre las primeras, señala mos:\n\nGÜENOA.CHANA\nm-\n\n- tú (en la conjugación)\n\n- tú (mismo signifi cado)\nhum - me, a miumptí - mío\nedam - partícula indicativa\n\nm-\n\ndan\n\n- (idéntica función)\n\ndel pasado\n\nCOINCIDENCIAS ENWE EL CHANA Y EL CHAHRUA. Habiéndose\nperdido el Vocabulario de Larrañaga, contamos con pocas pa\nlabras del Chana, es decir, sólo con aquellas que el mismo\nLai. añaga usó en el Compendio con fines de ejemplificación.\nMás reducido todavía es el acervo conocido de vocablos Cha\n^rúas, Por lo tanto, la tarea de establecer posibles coinci-\n\n* l4 \"\nH f C !J <^• v*\n\n�dencias entre ambas lenguas -o dialectos- queda en cierto\nmodo en el vacío. El azar, además, ha intervenido para que\nlos textos contengan palabras de significado diferente, y,\npor consiguiente, no cotejables. Con todo, se han anotado\nlas siguientes correspondencias:\n\n1)En el numeral 2 (sean o san en ambas lenguas).\n\n2)En el procedimiento para contar: contaban hasta 4 y\ndespués decían: 4 y 1, 4 y 2, etc.\n\n3)Hay diferencias entre el 1 y el 10. Pero el 10 Cha\nna es un evidente préstamo lingüístico del Español.(diez\nmar), por lo que no se excluye una anterior correspondencia.\n\n4)Es muy probable la identidad del verbo na 'venir',\nChana, y el na 'trae', Charrúa.\n\n5)Debe considerarse como probable término común a am\nbas lenguas el vocablo Charrúa ej (boca) y el Chana hele (bo\nca).. ..\n\n...,...-.\n\nCOINCIDENCIAS ENTRE CHARRÚA Y GÜENOA. Con el mismo\nsignificado hallamos en los textos nada más que dos pala\nbras: los numerales 1 y 3. Ambos coinciden: Charrúa yu (uno)\ny datí o datit (tres) y Güenoa yut (uno) y detit (tres).\n\nEs probable que la nasal m- de misia jalonó ('estáte\nquieto', según el manuscrito de Yilajrdeból -indique el~pre-~\n\n- 15 -\n\n034518\n\n�fijo pronominal de segunda persona del singular, conforme,\npor lo tanto, a los usos del Güenoa y del Chana.\n\nPero, obviamente todo esto no sirve sino como indicio.\nEs innecesario agregar, después de lo expuesto, que cuanto\nse pueda decir o se haya dicho sobre la identidad de las\nlenguas (o dialectos) Chana, Charrúa y Güenoa está completa\nmente en el campo de lo hipotético. El testimonio de segunda\nmano de Hervés (ya citado) resulta insuficiente. Las pala\nbras comunes pueden perfectamente explicarse como isoglosas\nextendidas dentro de comunidades que no tenían por qué pose\ner una lengua común, o como préstamos, y, a veces, como sim\nples coincidencias, aunque en el caso del Güenoa y Chana la\nposibilidad de una verdadera afinidad lingüística es sensi\nblemente mayor. Por ello, afirmaciones com^ la de Outes (30),\na saber, que \"Puede aceptarse como un hecho la unidad lin\ngüística del gran complejo güenoa-chaná (güenoa, yaro, bohane, charrúa, minuan, chana beguá y chana timbú) coexistente,\nconviene hacerlo notar, con íntimas semejanzas somáticas y\nculturales entre sus diversos componentes\", puede conside\nrarse como muy aventurada, porque la inclusión de los Cha\nrrúas, Mmuán y Bohane no pasa de ser una hipótesis. En con\ntra de esta ^¡ neralización se pronuncia bastante explícita\nmente Acost a\n\nLara (38),en un trabajo reciente y de mérito.\n\nAdemás, las investigaciones antropofísicas de Muñoa, en par\nte ya publicadas (39) y en parte en curso de realización ,\n\n- 16 -\n\n�están dejando mal paradas las \"íntimas semejanzas somáticas\"\nentre todos los grupos raciales del supuesto Kulturkreis.\n\nLA HIPÓTESIS DE LA FILIACIÓN ARAWAK\nDon Sixto Perea y Alonso, cuando aún no habían sido\npublicados los manuscritos de Vilardebó, sobre la sola base,\npues, de los textos Chana y Güenoa, sentó en 1937 una nueva\ntesis, afirmando que \"Los indios de esta Banda Oriental del\nUruguay, antees y al tiempo del descubrimiento, hablaban dia\nlectos de estirpe lingüistica Arawak\" (37, pág. 14). Y agregaba:\"No hemos sido los primeros en sospecharlo y afirmar\nlo, pero hasta el presente nadie ha logrado demostrarlo\n\nde\n\nuna manera convincente\". En lo referente, más en particu\nlar, al Chana de Soriano estudiado por Larrañaga, no titu\nbeaba en declarar que \"es uno de los tantos dialectos o subdialeetos del grupo lingüístico que denominaremos Chañé, de\nindiscutida estirpe Arawak\" (37, pág. 39). Perea, sobre la\nbase de sus comprobaciones, estableció la existencia de un\ngrupo 'Chañé', en el que incluyó los dialectos de la Banda\nOriental. Su cuadro es el siguiente:\n\nARA^AK-CHANE\nMoxo\nMu^oxeone\nMOXO\nPaikoneka\nPaunaka\n\nBAURE\n- 17-\n\n�Layana-Guaná de Aguirre\nGuana del Castelnau\nGuana de Escragnolles\nKiníkinao de Boggiani\nTerena de Boggiani\n\nGUANA-CHANÁ^\n\nChana de Soriano\n\n^Güenoa\n\nPublicado en el año 1937, unos meses después, el ma\nnuscrito de Vilardebó, Perea extendió la base de sus conclu\nsiones, encontrando en el Vocabulario Charrúa nuevos argu\nmentos para reforzar su tesis (40). En el caso, el méto\ndo científico aplicado deja que desear, pues la afirmación\nprecedió a las pruebas.\n\nLos argumentos del citado inve~stigador son, en resu\nmen, los siguientes:\n\nlo) El más importante: la alegada correspondencia en\ntre el paradigma de pronombres personales 'absolutos' del\nChana de Larrañaga y varios \"dialectos1^ del susodicho grupo\n\n- 18 - •\n\n�'Chañé'.\n-.^>....- „-..\"•. -.,\n\n-*-\n\n••\n\n'•-• ü Ui . .<\n\nfn'''iJil\n\n2o) Coincidencias léxicas ^ morfológicas entre pala\nbras Chana, Güenoa y Charrúa Con términos de análoga signi ficación de diversos dialectos Arawak.\n':\n\n.\n\n. ••\n\ni i. '•>[••:• \"n?\n\n3o) Coincidencias sintácticas entre los tres dialectos\ncitados de la Banda Oriental, y diferentes dialectos Ara wak.n\n\n4o) La existencia de un golfo llamado de los \"Charúa\"\nen las bocas del Orinoco.\n-._••;•;•; i...\nPasemos a examinarlos.\n\n;\n\nMÉTODO EMPLEADO POR PEREA. Digamos ante todo que la obra de Perea y Alonso, trombettiano convencido, abunda en enormes errores, de método y de concepto, que afectan la se\nriedad de la teoría, debiendo hacerse, rio obstante, una im\nportante salvedad: que ni las desviaciones del método cien\ntífico, por aberrantes qué sean, ni los errores de concepto,\npor graves que parezcan, implican necesariamente que la teoría sea falsa en sus consecuencias defi'nitivas, aunque es\nobvio que tales desviaciones conducirán nórrfíálmente al in\nvestigador -salvo decisiva intervención dé lá intuición o\nel azar - lejos de la verdad.Nosotros, al justipreciar la\nexactitud de los resultados obtenidos por Perea, haremos fi\nnalmente abstracción de algunas de sus ideas,realmente in- 19 -\n\n�admisibles. (*)\nLo que hemos clasificado como su cuarto argumento fi\nlológico para probar la filiación Arawak de los Charrúas es,\nal mismo tiempo, un exponente de estos peculiares racioci\nnios. El actualmente llamado Golfo de Paria, en las bocas\ndel Orinoco, se llamaría antiguamen^^^, a estar a un mapa de\n1545, \"Golfo de los Charúa11. \"Este hecho -dice Perea- basta\nría por sí sólo para hacernos sospechar el parentesco Ara\nwak de los indios de aquella región con los del Río de la\nPlata (sic); mas como ya tenemos por segura dicha relación,\npor haberla demostrado, aquella sospecha se transforma en\ncertidumbre. Poco importa que allí fuera Charúa y aquí se\nllamaran Charrúa con \"rr\" (¡); a los nuestros también se\nles ha nombrado en documentos antiguos con una sola \"r\". La\ncoincidencia refuerza, pues, la verdad de nuestra tesis \"\n(37, pág. 42). Una afirmación que, sobre tan deleznable ba-\n\n(*) No es necesario buscar mucho para encontrar rerdaderos despropósitos en este sentido. Véanse, por ejemplo,\nlas coincidencias entre el Toc^ble chcaie con lenguas del an\ntiguo continente y otras regiones, en que se agrupan pele\nmelé latín, griego, sánscrito, chino, náhuatl, francés, rioplatense (slc i), etc. (pág. 36/6 ); las referencias a la\nprobable rinoulacióm entre el Aravak y el \"arcaico grupo\nlingüística\" denominado confusamente como \"Mediterráneo\" que\nel Sr. Perea adelanta a titulo de \"primicia\" (y no es para\nmenos) (3 7, pág. 14)j las coincidencias de numerales entre\nel Charrúa, el antiguo egipcio, el árabe, hebreo, chino ,\netc. (37, pág. 66); la muy rara adrerteneia de que \"núes tros Arawak no pueden ser relacionados een los antiguos Aré\nTacos de la Espafia Tarraconense\" y otras cosas del mismo te\nnor que nu podemos tomar en serie.\n\n- 20 -,\n\n�se, hace caso omiso de las enormes distancias geográficas,\nno puede tomarse seriamente. Por consiguiente, nos ceñiremos\na los restantes tres argumentos.\n\nI. EXAMEN DE LAS CONCORDANCIAS LÉXICAS. Las coinciden\ncias principales -por así decirlo- entre nuestras lenguas\ny los dialectos de.la familia Arawak encontradas por Perea\nson las que siguen:\n\nCHARRÚA\nhue ^agua)\n\nARAWAK\nMaipure, Yavitero, Baniva:\nweni (agua)\n\nCanamare, Cuniba, Ipuriná:\nweni (tío)\n\nArawak de la Guayana (A-G.):\nwuni (agua)\n\nit (fuego)\n\nWaurá:it-sei (fuego)\n\nijou (ojo)\n\nGanamaré (?):ujii (ojo)\n\nis (cabeza)\n\nA.G. :i-si (cabeza)\n\naú (matar)\n\nA-G. :a-hu (raiz de 'matar')\nGoajiro: aut (morir)\n\nando diabun\n(vamos a dormir)\n\nA.G.: w-a-nda-te a-dum-ki-n\n(vengamos a dormir)\n\n- 21 -\n\n�Jbetum (cuatro)\n\nA.G-: bibiti (cuatro)\n\nsan (dos)\n\nSiusí: samante (dos)\n\nGÜENOAARAVAK\nasati (bien) (?) A.G.: asati (bueno, santo)\nhallen (morir)\n\nUní: hallan (morir)\n\nnatíos (nuestros) Paresí: natío (mi)\n\nCHANAARAWAKdajú (dar)\n\nA.G.: dccha, daja (dar)\n\nna (venir)\n\nMucoxeone: a-na (venir)\n\ni tí (yo)\n\nLayana-Guaná: yiti (tú)\nSaraveka: itin (tú)\n\n(*)\n\n; Vamos a examinar esas correspondencias y el método se\nguido para establecerlas.\n\n1. Hue, es, según el testimonio de la china de D.Ma\nnuel Arias, la voz charrúa que significaba 'agua'. Perea asocia el término con el Ar. Guay. wuni, Maipure, Yavitero,\nBaniva weni (agua) y Kanamare, Kuriba e Ipuriná weni (río).\nPor los ejemplos traídos a colación -por algo los ha elegi\ndo entre los muchos posibles de esta extendida isoglosa Arawak- se entiende que supone la pérdida de la sílaba -ni en\n\n(*) Las formas Arawak del cuadro precedente están\ntranscriptas tal cual las establece Perea, quien, por otra\nparte, no indioa la fuente de cada una.\n\n- 22 -\n\n�estos vocablos. ¿En base a qué norma de tr^nsformación foné\ntica extrae esta conclusión? La simple eliminación de una\nsílaba es un procedimiento tosco para provocar un 'parecido'\nentre palabras extrañas. Con igual o mejor lógica pudo haber\nhecho otro razonamiento que, fonéticamente, vale tanto o más\nque el empleado: une (Moxo y Chañé) —^ ue-^ue-^ué. Pero so\nbre todo, hay que hacer notar que la nasal de esta isoglo\nsa Arawak es notablemente constante. Las formas uni, une,\noni son las más generales: uni (Marawan, Piro, Marahua ,\nAruá, Mariaté, Araiku, Piapoco, Izaneni, Inaparí, Acagua,\nYabaána, Ratapolítani, Siusí, Baré y varios otros), une, (Sa\nraveka, Piro, Paresí, Waurá, Kuniba, Moxo, Uainumá, Guináu\netc.) oni (Atorai, Baré, Rarútana, Adzaneni, Uarekéna, Man dauaka, etc.). También abundan las formas diptongadas: weni,\nwcrini, wane,,, (Maipure, Baniva, Yavitero, Kulina, Maniteneri,\nIpuriná, etc.). La nasal falta, pues, raramente (Kauii^ana ,\nPasé, Yumana). Cf. Rivet (41, pág. 226) y De Goeje (42, pág\n223/4). De modo que, para explicar su desaparición, sería\nnecesario hacer algo más que escindir en dos la palabra, co\nmo ocurre en el caso comentado.\n\n2. Jt (fuego). No puede hallarse ninguna especial co\nrrespondencia con las isoglosas Arawak más extendidas para\n'fuego*. Por de pronto, la voz Charrúa it está obviamente\nlejos de la forma de los dialectos del grupo Boliviano (cf.\n26, Les Langues du Monde, pág. 1107), a saber: yaki (Baure),\n\n- 23 -\n\n�caki (Paikoneka), yuku (Moxo). El Guana y el Chañé ofrecen\nigualmente la forma iulru, yucu (De Goeje, 42, pág. 223). Pe\nro tampoco encontramos mejor concordancia remontándonos ha\ncia el Norte; los dialectos del grupo 'Preandino' presentan\ncomo isoglosa una forma aparentemente de origen onomatopé yico con reduplicación: cici (Piro, Maniteneri), titi (Ina\npari, Kuniba, Kusitíneri), cici (Rampa) (cf. De Goeje, 1.\ncito). Del mismo modo, la comparación con las formas menos\nhomogéneas del grupo \"Nordamazónico\", al que se agregan las\ntribus de las fuentes del Xingú y otras, no arroja resulta\ndo positivo. La forma Waurá itsei (citada por Perea), pare\nce relacionarse más directamente con kidzei (Piapoco), tid~\nze (Rarútana, Ratapolítani, Siusí), tsicr (Yukuna),\n\ntsicrucr\n\n(Tariána), dzidze (Adzeneni) (De Goeje, l.cit.) y especial\nmente con tsei (Rustenau y Mehinaku) (cf. 43, Tomo XIV,pág.\n168). De este modo la separación itsei ensayada por Perea,\npara justificar una semejanza con el Charrúa resulta una ar\ntificial y arbitraria escición de la africada ts, que para\nesta isoglosa aparece extendida en los dialectos nordamazónicos.\n\n3. ijou (ojo). Perea lo relaciona con el Ganamare\n(sic) ujii (37, pág. 56). Bajo esta grafía tal dialecto no\nfigura ni en la Nomenclatura y Distribución de Chamberíain\n(44), ni en la citada de Rivet-Loukotka (26). Deberá tratar-\n\n- 24 -\n\n�se pues del Kanamarí ('Canamare' 'Canamarim' de Chamberlain). Perea tampoco indica la fuente de donde recoge esta\nforma. De Goeje (op. cit. pág. 217) indica para el Kanamari\nlas formas chii y crlro-sy, la primera de las cuales debe\ntranscribirse fonéticamente cii o xii, puesto que parece\nproceder de v. Martius (Beitrcrge zur Ethnographie und Sprcrchenkunde Amerikas), Puede, además, confirmarse en\n\nRivet\n\n(43, T. XIV, pág. 180) n-uxii ('ojo', Kanamari). En todo ca\nso, la isoglosa Arawak para 'ojo' conserva generalmente en\nsu radical el fonema k, velar, como en cdco- (Aruak),crcu-que\n(Uareca), o palatal qui-se (Baure), uqui (Moxo), oqui,oque,\n(Rampa), oky (Araicu), uky (Ipuriná).¿Por qué,en el supues\nto caso de que -la hipótesis fuera aceptable, habría el Cha\nrrúa seguidoiuna evolución paralela al Kanamari, sobre todo\nteniendo en cuenta que para Perea correspondería a su grupo\nChañé? Los cambios fonéticos no son caprichosos. Como expre\nsa justamente Milewski (op. cit., Zeszyt l,Tekst,Principies\noí the genetic classification oí languages, pág. 383):\"The\ncriterion of the derivation from a common original source\nof, above all, the grammatical, but also the lexical elements, of different languages of the same family is tobe\nfound in the permanent correspondences between the phonemes\nof the different languages here in question, correspondences\nwhich can be formulated iri what are called phonetic laws\".\n\n^ 25 -\n\n�Está advertencia debería repetirse para cada una de las ana\nlogías más o menos aisladas que se establecen sobre la base\nde 'parecidos', las que, mientras no pueden someterse a una\nnorma constante de correspondencias, no pueden sino tomarse\ncomo producto del azar.\n\n4.is (cabeza). No es más convincente la supuesta equivalencia entre is ('cabeza' en Charrúa) e isi (igual sig\nnificado en Aruak). Es muy grande la variedad de términos en\nlos distintos dialectos Arawak para designar la cabeza. Es\nobvio que, entre el centenar de dialectos Arawak, no es di\nfícil encontrar parecido con un monosílabo. Pero lo lógico,\ndentro de la posición asumida por el autor que comentamos ,\nhabría sido examinar los dialectos que afirma están más\npróximos a nuestras lenguas (el susodicho grupo 'Chañé').\nAllí, salvo abjuración de la teoría, deben proliferar las\ncoincidencias. Y encontramos tutii, dooti para el Guana, cu\ntí para el Moxo, i-pahe para el Baure (45), etc.\n\n5.¿Qué decir de la correspondencia entre adumkin\n('dormir' Arawak de las Guayanas según Perea) y dicrbun\n('dormir' Charrúa)? Perea comienza por descomponer nuestra\npalabra en una forma arbitraria y totalmente hipotética:\ndi-cr-bun. Por el contrario, el examen de una gran cantidad\nde dialectos Arawak revela que la raíz constante en este\n\n- 26 -\n\n.\n\n�verbo está compuesta de una oclusiva bilabial nasal, vocal,\ny oclusiva velar sorda. Ejemplos de ello son: adunku-,\nadunuki (Aruak, o Arawak stricto sensu, dg), domakale,\n(Arúa), atunku (Goaxiro dG), hi-moka, ' 'él duerme' (Palikur)\nnu~imaka (Amarizama), nuti maka (Baré), wemakya, 'yo duerme^\n(Raui san a ),demaka.in i (Guinau), uy-maka 'yo duermo' (Yumána),\nimaka (Karútana, Piapoko, Siusí), li-maka-ua (Ratapolítani),\nmagha 'yo duermo' (Mariaté), ua-tü-maka 'yo duermo' (Manao),\nlie-maka (Tariána), numani-metka (Adzaneni), himake, 'duerme?\n(Mandauaka), timka 'yo duermo' (Araiku), imaka (Ipuriná),\nnu-maxo-aci 'yo duermo' (Ranamare), amaxe, magaye (Rampa),\nre-moka (Rusitíneri), ne-temeka 'yo duermo' (Marahua),\npuemxe-hua (Piro), mka (Piro, dG), ni'moko (Moxo), hi-meka\nLayana-Guaná), itie-meka (Saraveka), pe-muka (Paunaka)\n\ny\n\npi-moko (Paikoneka). (Las formas a que sigue la sigla dG,\nson citadas según de Goeje, 42, pág. 234; las demás, según\nRivet, 41, pág. 225). Es forzoso concluir que, ante estos\nhechos, la supuesta concordancia anotada por Perea hace una\nimpresión pobre. En un dialecto Arawak, para el verbo 'dor\nmir' , hay que esperar la presencia de la raíz MAR/MER^ Si\nello no ocurre, habrá que explicar la transformación o concluir que se trata de una raíz distinta, y, en esté caso,\nnaturalmente, probar que ella es Arawak.\n\n'- 27 -\n\n�Creemos que los precedentes párrafos nos eximen de\ncontinuar con un análisis que en todos los casos nos lleva a\nresultados similares.\n\nII. Llegamos así a las coincidencias gramaticales entre\nlas lenguas Arawak y nuestros idiomas indígenas, aducidas\npor Perea. No merece mejor suerte el supuesto prefijo verbal\na- que el citado autor encuentra en algunos verbos Chana,\nCharrúa y Güenoa. Son siete casos, y en cuatro de ellos, o\nse ha hecho una división completamente hipotética de la pala\nbra, que la atomiza en elementos semánticamente enigmáticos,\nhasta tanto de los mismos no se indique una correspondencia\njustificada, (caso de di-a-bun, m-a-na), o se ha llegado a\ndar como voz verbal un término de significado desconocido ,\n(a-mat ta-a-ma-ban). Hay, por otra parte: varios verbos en\nlos que no hay rastros del supuesto prefijo\n\nLa concordancia que observa Perea entre el prefijo no\nminal del Baure i-^ que se antepone a los nombres de las par\ntes exteriores del cuerpo, según lo notara D'Orbigny (45), y\nlas palabras Charrúas que indican igualmente partes exteriores\ndel cuerpo - varias de las cuales empiezan con i- -psre.ce a\nprimera vista llamativa.Perea establece que se trata deunpre\nfijo posesivo de la. persona (cf. 37, ¡ r.g. 75). En primer\ntérmino, no se debe olvidar que la unión íntima entre pre-\n\n- 28* -\n\n�fijos posesivos y nombres de partes del cuerpo es un fenó\nmeno muy frecuentes en lenguas americanas que, sin embargo,\nno tienen entre sí relación alguna. De aquí, pues, no se\npuede extraer ningún argumento de peso a favor de una hipó\ntesis que otros hechos no confirman, porque el mismo razona\nmiento nos llevaría a postular relaciones absurdas entre el\nCharrúa y otras lenguas totalmente diversas. Nos parece, con\ntodo, probable, y el mérito de haberlo señalado le corres\nponde a Perea, que los ejemplos del manuscrito Vilardebó\npermiten concluir que ese prefijo nominal tiene existencia\nreal (y ello a despecho de los casos en que no ocurre: guar\n'mano', caracú 'pierna', y atit 'pie'). Pero no se puede ex\ntraer de allí una relación con el Baure en particular,puesto\nque los nombres de las partes del cuerpo que acompañan a di\nchos supuestos prefijos son totalmente distintos en ambas\nlenguas. Por otra parte, tanto en la antigua gramática de\nMaggio (46) como de Francisco de Asís Coparcarí (47) se agregan a las partes del cuerpo los prefijos personales pose\nsivos, conforme al uso Arawak.\n\nIII. Por último, llegamos al principal argumento dePe\nrea y Alonso, esto es, a las concordancias en la serie de\nlos pronombres personales entre el Chana de Soriano y varios\ndialectos del grupo llamado por él \"Chañé\". Este fue, segu¡ ramente, el argumento que más pesó en él para la formulación\n\n- 29 -\n\n�de la hipótesis.\n••\" .\n\nSegún Larrañaga, los pronombres personales del Chana\n\neran respectivamente: ití (yo), emptí (tú), huatí (aquel),\namptí (nosotros), ramptí (nosotras), emptí (vosotros) y hucrtígucrt (ellos); y los posesivos: umptí (mío) y /ñutí (tuyo).\nEstos pronombres tienen en la conjugación una forma reducida\nLarrañaga dice que pierden la sílaba ti-, como se ve en los\nejemplos que reproduce el notable sacerdote: i do (yo voy),\ni na (yo vengo), em sol (tú miras), am latar ten-dan (noso\ntros éramos buenos). Sobre esta base, Perea confecciona el\nsiguiente cuadro comparativo:\n\nLAY^A^GUANÁ MOXO\"\nBAWE(JIANÁ\n(Aguirre) (Marban) (Maggio) (Larrañaga)\n(modificado)\nSingular:\n1.-\n\n^; '; •'\n\n2.\n3.\n\nun-di\n\nnu-ti\n\nni-ti\n\nump-ti\n\nyi-ti\n\npi-ti\n\npi-ti\n\nyi-ti\n\ne-ma(m)\n\nre-tí(m)\n\n•wn-ti\n\ne-su(f)\n\nri-ti(f) .\n\nwa-na\n-\n\nPlural:\n1.\n\nwo-ti\n\n2.\n\nyi-ti-noe\n\n3.\n\nbi-ti\n\nabi-ti\n\n(r)amp-ti\n\ne-ti\n\nye-ti\n\nemp-ti\n\ne-no\n\nne-ti\n\n-wa-ti-wa-t\n\n- 30\" -\n\n�Ante todo^ procede una aclaración. Puede verse que Perea altera el orden de los pronombres de la. y 2a. persona\nsingular del Chana, para reforzar su tesis, e inclusive su\npone una forma umptí para la primera persona - sobre la base\ndel posesivo - en contra de la afirmación de Larrañaga. A pe\nsar de la suposición que hace para explicar una posible con\nfusión en el diálogo entre el sacerdote y el interlocutor,\neste procedimiento es científicamente de lo más objetable.\n\nAún así el cuadro es interesante y significa, en\nnuestra opinión, el aporte positivo de Perea y Alonso a la\ncuestión en estudio. Se trata de una coincidencia llamativa,\nque, a pesar de los reparos que se le pueden oponer, indica\nuna verdad posible (naturalmente que está muy lejos de una\nprueba). El examen de este cuadro lleva a la conclusión de\nque puede haber (es decir, es factible) una relación entre\nel paradigma Chana y los otros. Esa posibilidad mera, claro\nestá, no significa mucho. En las Conclusiones apreciaremos\nmás estrictamente el valor del argumento.\n\nLA ESTRUCTURA SILÁBICA- Nosotros entendemos que un\nnuevo e importante elemento de juicio para la consideración\nde la teoría arawakista, tal como ha sido formulada por Don\nSixto Perea y Alonso,1 es el que surge del examen comparativo\nde la estructura silábica de los dialectos Arawak, especial-\n\n- 31 -\n\n�mente de aquellos que conforme a la hipótesis en juego,\nserían más afines a nuestras lenguas, y la de estas últimas.\n\n^ Para determinar los límites silábicos no podemos, en\nel caso de nuestras lenguas extintas, recurrir a la observa\nción in vivo que perinita captar las fases de tensión y dis\ntensión fisiológica, e, inclusive, lo mismo ocurre con los\ndialectos Arawak todavía hablados hoy día, puesto que es\nforzoso .hacer el análisis sobre la base de la documentación\nescrita de que podemos disponer. De todos modos, cuando la\nestructura de la sílaba es sencilla, sus límites se determi\nnan claramente por las fases de abertura y oclusión. Ese es\nel caso de los varios dialectos Arawak cuyos vocabularios\nespeciales, y comparativos - unos más extensos, otros más\nfragmentarios - hemos tenido a nuestro alcance.\n\n:\n\nConviene salir previamente al paso de una observación\n\na un argumento de esta naturaleza, a saber: que la estructu\nra de la sílaba es variable como cualquier elemento de una\nlengua, que ella se modifica con los siglos o los milenios,\ny que, por ejemplo, si bien tanto el francés como el alemán\nson lenguas que reconocen como origen mediato común el fondo\nindoeuropeo, no obsta ello para que la estructura silábica\nsea bien distinta en ambas lenguas (normalmente abierta en\nfrancés, y, por el contrario, frecuentemente cerrada o tra-\n\n- 32 -\n\n�.3;**^ \\v,.;<<.••;•\",.. -••'•' '••• •••.--..\nbada en alemán, por la presencia de fonemas en posición im\nplosiva) y, que, por ende, si por tal razón se negara una\nrelación de parentesco entre francés y alemán, se incurriría\nen error evidente. Esto es verdad, pero hay por lo menos\n5.000 años para producir semejante transformación, aparte de\nfactores diversos de aceleración que no vienen al caso. De\ntodos modos, puede concluirse que la transformación de la\nestructura silábica de una lengua es, en general, tanto o\nmás lenta que la transformación del sistema fonémico en su\nconjunto, hecho que tiene su razón, puesto que muchos cam-'\nbios fonéticos se realizan sin alterar la estructura silábi\nca de las palabras que integran,como, por ejemplo, las mu\ntaciones de consonantes intervocálicas (sonorización, ensor\ndecimiento, aspiración, etc.) cuando se producen sin reduc -'\nción de las vocales circundantes.\n\nEn el caso que nos atañe, tenemos lo siguiente: mien tras que el inventario de términos contenidos en los textos\nde lenguas indígenas uruguayas muestra un porcentaje abun\ndante de sílabas trabadas (que no iguala al de sílabas abiertas pero es, de todos modos, considerable), el examen de\nlos dialectos Arawak que hemos podido realizar nos ha reve\nlado una gran constancia de la estructura silábica (conso\nnante / vocal (o consonante /diptongo, o vocal sola), Esto\nes indudable, desde luego, para el Arawak de las Guayanas\n\n- 33 -\n\n�(como designa normalmente Perea al Aruak o Arawak stricto\nsensu), según surge de diversos textos (42) (48) y (49) y\ncomo el propio Perea lo reconoce explícitamente: \"la sílaba\nArawak (se refiere al Arawak s.s.) es abierta, constando de\nuna consonante seguida de vocal o de una vocal sola\" (op .\ncit., pág. 547). Lo mismo sucede con el Baure (45) (46) ,\n(47), el Moxo (50), el Guana (51), el Marawan de la Guayana\nFrancesa (52), el Resigaro (41), el grupo Takana (43), antes\nconsiderado como familia aparte y ahora incluido por RivetLoukotka en el stock Arawak (Lcuigues du Monde, pág. 1106^ ,\nel grupo Arauá (Kulina, Pammari, Yamamadí, etc.) (53),\n\nel\n\nTaino de Haití (54), el Yavitero (55), el Baré (56), el Baniva (57) (58), el Piapoko (59), el Caviri (60), el Saraveka,\n(61) y el Goajiro (62), éste con un cierto número mayor de\nsílabas trabadas. Es cierto que el AmueSa, cuyo sistema fo\nnológico ha sido estudiado por Fast (63), no ofrece esta ca\nracterística; pero su inclusión entre las lenguas Arawak es\nmuy discutida. Rivet y Loukotka (26) lo mantienen aún como\nfamilia aislada, y la inclusión entre las lenguas Arawak,\nhecha por Steward y Métraux en el Hcaidbook of South American\nIndians (Tomo 3, págs. 536/7), es impugnada por otros en la\nmisma obra (Tomo 6, pág. 217). Otra manera de expresar lo\nmismo consiste en señalar que, mientras que en el Charrúa,\nChana y Güenoa, a pesar de nuestra penuria documentaria, te-\n\n- 34 -\n\n�nemos abundantes grupos consonanticos (Charrúa, sb, sk, dr,\nnt (?), jm, nch, nd; Chana pt, pm, nt, kd, nd, mj, sd, mpt,\ntrr (sic), tr, rm, lk, sm, nm; Güenoa nt, dr, mb, ts, ni),en\nel Moxo - y esto puede extenderse con reservas a los dialec\ntos anteriormente citados -, como dice el Padre Marbán, \"dos\nconsonantes juntas no se hallan sino rarísima vez\". (50, fo\n\nlio I).\n\nNosotros asignamos una especial importancia a esta ar\ngumentación negativa basada en la estructura silábica, por\nque entendemos que, en vista de la penuria de elementos\nlexicales comparativos, y, en cierto sentido, en vista del\nresultado negativo de esa composición, el análisis de estos\nelementos puramente fónicos resulta un valioso auxiliar ob\njetivo del investigador, y, en determinado aspecto, un test\nde sus observaciones basadas en otros métodos. No damos tam\npoco a este argumento valor definitivo. Sencillamente, sobre\nesta sola comprobación, concluiríamos que es improbable la\nfiliación Arawak de las lenguas indígenas del Uruguay.\n\nCONCLUSIONES\nI. La tesis del Prof. Perea y Alonso, en cuanto afirma\nque los indígenas de la Banda Oriental hablaban antes y al\ntiempo de la conquista dialectos de la estirpe lingüística\n\n- 35 -\n\n�Arawak, no puede considerarse de ninguna manera como proba\nda. Hay, en cambio, serios argumentos para sostener lo con\ntrario.\n\nII.La relativa concordancia entre el paradigma prono\nminal del Layana Guana y el Chana es un indicio de posible\nrelación entre ambas lenguas, pero cuyo significado no po\ndría ser más que el de un residuo lingüístico (posible sus\ntrato). La similitud existe, pero ella no basta en modo al^\nguno para sustentar la hipótesis de Perea. Si hablamos de un\nposible sustrato (nada más que esto creemos pueda decirse)\nes porque el paradigma pronominal no es de los elementos en\nque los préstamos lingüísticos sean frecuentes.\n\nIII.En el mejor de los casos para la teoría analiza\nda, el estudio del vocabulario y de la estructura silábica\nlleva a pensar que, sobre el posible 'sustrato',se superpu\nsieron una o más lenguas diferentes, no Arawak.\n\nDigamos, por último, que la obra de Don Sixto Perea y\nAlonso, aunque el lector, que aquí ha tomado preferentemen\nte contacto con la faz crítica, pudiera suponer otra cosa,\nes altamente elogiable. Dicho autor, autodidacto, debió lu\nchar con la incomprensión del medio y con la penuria biblio\ngráfica. Pagó así tributo a una formación lingüística par\ncial y fragmentaria, aunque extensa, y especialmente,\n\n- 36 -\n\na un\n\n�trombettismo exagerado que lo llevó a afirmaciones que se con\ntradecían con la finura y agudeza críticas que revelaba en o\ntras ocasiones. El autor del presente trabajo no tiene por el\nfilólogo desaparecido otros sentimientos que respeto, consi\nderación y comprensión hacia su esforzada labor.\n\n- 37 -\n\n��Referencias bibliográficas\n\n(1), BAUZA, Francisco - \"Habitantes primitivos del Uruguay\",\n..-\n\nMontevideo, 1895 =\n\n(2)DE LA SOTA, Juan M. - \"Historia del territorio oriental\n. del Uruguay\" Montevideo, 1841=\n(3)AMEGBINO, Florentino -•\"La antigüedad del Hombre en el\n,;,,•^- Plata\". Parte primera, págs. 2^'] t Buenos Aires,\n,^\n\n1918.\n\n(4). 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Reproduce los \"Apuntes para la\nprehistoria indígena del Río de la Plata y espe\ncialmente de la Banda Oriental, como introducción\na la Filología comparada de las lenguas y dialec\ntos Arawak\" del mismo autor, publ. en el Boletín'\nde Filología del Instituto referido, Tomo I, No.3,\nMontevideo, 1937.\n(38)AGOSTA Y LARA, Eduardo F. -\"Los Chana Timbóes en la\nantigua Banda Oriental\", en Anales del Museo de\nHistoria Natural, 2a. Serie, Vol. VI, No. 5. Mon\ntevideo, 1955.\n(39)MUÑOA, Juan I. - \"Contribuciones a la Antropología Fí\nsica del Uruguay. la. Parte: Los primitivos pobla\ndores del Este\", Anales del Museo de Historia Na\ntural, 2a. Serie, Vol. VI, No. 4, Montevideo,,\n\n1954.\n(40)PEREA Y ALONSO, Sixto - \"Transcripción tipográfica y\nexégesis filológica provisional del Códice Vilarde^\nbó\", en Bol. de Fil. del Inst. de Est. Sup. ,\nTomo II, Nos. 6/7, Montevideo, 1938.\n\n- 42 -\n\n�(41)RIVET, Paul.- et DE WAVRINI, Robert - \"Un nouveau\ndialecto Arawák: le Resígaro\", en Journal de\nla Societé des Américanistes (JSA), Tomo XL, Paris, 1951.\n(42)DE GOEJE, CH. - \"The Arawak Language of Guiana\".\nVerhandelingen der Koninklijke Akademie van Weten\nshcappen te Amsterdam, Afdeeling Letterkunde, Nieuwe Reeks, Deel XXVIII, No. 2, Amsterdam, 1928.\n\n(43)de CREQUI MONTPORT, G. et RIVET, P. \"La fcanille lln\nguistigue Takcma\", JSA, Tomos XIII, 1 y 2, y XIV\n1921 y 1922. La cita corresponde al Tomo XIV.\n(44)CHAMBERLAIN, Alexander Francis - \"Nomenclature and dis^\ntribution of the principal tribes and sub-tribes\nof the Arawakan linguistic stock of South Ameri\nca\", JSA, Tomo X, 2, Paris, 1913.\n(45)d'QRBIGNY, Alcide - \"Jdiome des Indiens Baures ou Bouros du Nord-Est de la Province de Mojos(Bolivie)\"\nen Bibliotheque Linguistique Américaine,Tomo VII,\nParis, 1880(46)MAGGIO, P. Antonio S.J. - \"Arte de la lengua Baure es\ncrito por... después de muchos años de misionero\ny muchísima aplicación y estudio a dicha lengua,en\nlas reducciones de la Concepción, S. Martín y San\nNicolás, donde últimamente escribió dicho arte,\naño 1749\", en Bibliotheque Linguistique Américai\nne, Tomo VII, Paris, 1880.\n(47)OOPARCARI, Feo. de Asis - \"Gramática de la lengua de\nlos indios Baures de la provincia de Majos\", en\nBibliotheque Linguistique Américaine, Tomo VII,\nParis, 1880.\n(48)QUANDT, Christlieb - \"Nachricht von der Arawackischen\nS^^rache\", herausg. von Jülius Plátzmann, Lei¿\nzig, 1900.\n\n(49)HERR^WTER BRÜDER UNITAT bei ZITTAU - \"Arawakiscli-Dej^\ntsches Worterbuch\",en Bibliotheque Linguistiq u e\nAméricaine, Tomo VIII, Paris, 1882, y \"Gramat i k\nder Arawakischen Sprache\" (ibíd).\n(50)MARBAN, P. Pedro - \"Arte de la lengua Moxa con su Voca\nbulario y Cathecismo, compuesto por el...\" Lima,\n\n- 43 -\n\n�1701. Edición facsimilar, Leipzig 1894^\n(51)TAUNAY d'ESCRAGNQLLES, A. - ^Vocabulario da língua Gua\nna ou Chañé\", en Revista do Inst. Histórico-Geogr\ndo Brasil, T- XXXVIII, 2a^ parte, Río de Janeiro,\n\n1875.\n(52)RIVET, P. et REINBÜRG, P. - \"Les indies Marawan\", JSA,\nTomo XIII, Fase. 1, París, 1921.\n(53)RIVET, P. et TASITVIN , C. - \"Les langues Arawak du Purús et du Jurúa (Groupe Arauá)\", en JSA, Tomos XXX\ny XXXI, Paris, 1938/9.\n(54)TE GOEJE, C H - \"Nouvel examen des langues des Antilles, avec notes sur les langues Arawak-Maipure...\" JSA, Tomo XIII, Paris, 1939.\n(55)MONTOLIU, F. - \"Vocabulario de la lengua Yavitera\", en\nBibliotheque Linguistique Americaine, Tomo VIII,\nParis, 1882.\n(56)MCNTOLIU, F. - \"Vocabulario de la lengua Barré\", en Bi\nbliotheque Linguistique Americaine, Tomo VIII Pa\nris, 1882,\n(57)MONTOLIU, F. - \"Vocabulario de la lengua Vaniva\", en\nBibl.. Linguistique Americaine, T. VIII, Pa\nris, 1882.\n(58)CREVAUX, J. - \"Vocabulaire de la langue Baniva\", en\nBibl. Ling. Aménc, T. VIII, París, 1882.\n(59)CREVAUX, J. - ^Vocabulaire de la langue Piapoco\", en\nBibl. Ling. Am., T.VIII, París, 1882.\n(60)CREVAUX, J. - \"Vocabulaire de la langue Caouiri\", en\nBibl. Ling. Am., T.VIII, París, 1882.\n(61)de CREQUI- MONTPORT, G. et RIVET, P. - \"Lmguistig ue\nBolivienne: Lcr Langue Saraveca\", JSA, Tomo X ,\nFase. 2, Paris, 1913.\n(62)HOLAÍER, Nils M. - \"Goajiro (Arawak)\", en International\nJournal of American Linguistics (I.J.A.L. ), Vol .\n15, Nos. 1, 2, 3, 4, 1949.\n(63)FAST, Peter W. - \"Amuesha (Arawak) Phonemes\",\nVol. 19, No. 3, 1953.\n- 44 -\n\nI.J.A.L.,\n\n�8S6T\n\nvaia iviaoiíaa\notuiijduij\n\n��"]]]]]]]]],["collection",{"collectionId":"2"},["elementSetContainer",["elementSet",{"elementSetId":"1"},["name","Dublin Core"],["description","The Dublin Core metadata element set is common to all Omeka records, including items, files, and collections. 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La Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación se ha propuesto contribuir a rescatar y poner a disposición de los lectores la escritura ensayística del Uruguay a lo largo de su historia. Esta Biblioteca Virtual de Humanidades en el Uruguay pretende reunir en un solo lugar más de dos siglos de textos de reflexión y pensamiento, dentro del amplio campo de las humanidades, producidos en conexión con la universidad. La mayor parte de esos textos han sido originalmente publicados en revistas universitarias o periódicos hoy difícilmente accesibles. A menudo nunca recogidos luego en libro—o recogidos con sustanciales modificaciones—, son textos que pueden contribuir a recuperar y mostrar las dinámicas de pensamiento y representación en el país, tal como se realizaron en tiempos de centralidad de la escritura.
La a veces fina y sinuosa línea entre Humanidades y Ciencias Sociales hace que textos de historia económica, de estudios sociales, de ciencia aplicada a la antropología, puedan tener cabida en esta colección, aunque el foco está en el núcleo tradicional de las humanidades. El Derecho (con la excepción de Filosofía del Derecho) queda, por su especificidad técnica y profesional, por el momento fuera de este grupo.
La colección será un trabajo acumulativo, con entregas bimensuales. En el tiempo, los textos se irán organizando de acuerdo a posibles lecturas de la historia de las ideas en la región y el continente.
Aldo Mazzucchelli
15 de octubre de 2017
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