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http://humanidades-digitales.fhuce.edu.uy/files/original/78174eb1609c0f60b2aed6b0af05fea4.pdf
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�DEPART.!JvlENTO
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DE LITERATURA HISPM OAl''lERICANA
:WS POETAS MODERI\J"ISTAS EN EL l\1ERCADO
ECONOMICO
Ame 860 3 RAM pee
Los poetas modernistas en el m
UNIVBRSIDAD D~ LA REPUBLICA
FACULTAD DE HUMANIDADES Y CIENCIAS
Monte ideo, 1967.
1
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•
•
.•
�La repe tida condena del burgués mat e rialista
en que unánimement e coincid en los es critores del
•
modernismo, desde los esteticista que acaudilla
Darío -como se pu ede v er en su cuento 11 El rey bu,t
gués"- hasta sus obj e tores, poseídos de la preoc~
paci6n moral o social, tanto en la línea apostóli
c a de Martí como en la didáctica de Rod6, r esponde a l a más flagrante evidencia de l a nueva econo
rnía de J.a época finisecular : la instaurnci6n del
mercado.
Ese burgués vili.pend i '"lr1o 11a1'í" puesto en f ug
cionamiento una infraes tructura econ6mica a l a
que atendía con tenaz asiduidad, aunque pudiera
estar muy distante de sus tradicional es convicciQ
nes religiosas y morales , y merced a ella se disolvían las r elacione s personales , la actividad
del hombr e era puesta al servicio de los objetos
y estos entraban en un régimen competitivo, como
entidades aut6nomas y todopoderosas que modelaban
una masa nueva: el público . ,
"En este mundo - dice Fischer refiriéndos·e a
su aparici6n europea , en la primera mitad del XIXel arte también se convirti6 en alcancía ; y el
a~
�-2tista, en un productor de mercancías. El patrocjnio personal fue reemplazado por un mercado
libre cuyas operaciones eran difíciles o imposi
bles d e compr·ender, por un conglomerado de con.
sumidores desconocidos, e l llamado ''público".
La obra de arte se someti6 cada día más a las
leyes de la competencia" ·(1).
bl conocimi ento del mercado y sus l eyes lo
puede ha cer un escritor de distintas maneras y
en distintos planos de penetración. La forma rª
dical es la que tiene que v e r con su situación
•
como pr()rt11~t()r ~ 0 Yltr n de 61, y el valor que s e
conced e a los productos que ofre ce en venta , d~
L·ivar1uo aeL tipo ae ~ceptac16n o de r8chazo que
experiment e -y esta última habrá de ser la norma- un juicio sobre el comportamiento del mercg
do y los hombres que lo crearon respecto a la
obra d e arte. O, en un proceso de generalización
int erpretativa, un enjuiciamiento acerca d e los
valores espirituales que aporta o los que afecta,
dado que ese es el t erreno valorativo en que por
•
definición s e sitúa un creador. .
Producida la división del trabajo y la in~
tauraci6n del mercado, el poeta hispanoamerica•
�•
-3-
•
no se vio condenado a desaparecer . La alarma fue
general . Se acumularon centenares de te8timonios
denunciando esta situaci6n y señal ando el peligro
qtle J)ara la vida espirj_tual profunda de las soci§_
dades hi~panoamericanas comportaba la que se veía
como inminente desanarición del arte y la literatura . A los ojos de los poetas el mundo circunn')~
te habj·a· 's'ido dominado por un materialismo hostil
al espíritu , en lo que no se equivocaban mucho . y
si algunos confundi e ron la fatal quiebra de io·s
valore·. ret6r·icos Ut;:l pasado con la extinción mi~
ria a.e J.a. ·cultu1·a , .lub ·más comprend1e1"on ab ... dnmente lo oue es taba ocurriendo a E·1 'efecto , no
~P.
v1J
sie ron a defender las formaP deJ papado
, ni a piQ
.
J.ongar·las en una sociedad a la c1ue no podían· éide cua rse; considerando la nueva realidadc• trataron
de entender qué ocurrír y buscaron el modo de salir de la parálisisc No había· entonL:t. ,3 ~ nj . i '"iu· :
mndernizadas ciudades
r a en las m a populo as
•
•
hispanoamericanas - su ejempJo mayor fue Buenos l
res- un público que pudier a sostener la producción
literaria como en cambio ya lo había para los biQ
nes de consumo que se fabricaban en el pais arte-
-
•
sanalmente , o que afluía n a los puertos desde Eu- ·
•
ropa .
•
•
�-4-•
En una serie de artículos que inició con
"L? vida literaria" (2) Darío
ofrece
un
panora
.
ma lúcido de la situación en la plaza privile-
-
giada de América, o sea Buenos Aires en 1895:
"Todos los ir1telectuales con quienes tenemos
ocasión de comunicarnos se quejan del actual d~
caimiento. 'Tenemos que buscar otro oficio ••• '
<lecíanos en días pasados el autor de '~iis montg
ñas 1 · " . Cita en su apoyo textos de Luis Berisso
que plantean el problema en términos concretos:
''Por desgracia, entre nosotros, el pensador, el
literato, al artista, no tienen escena propicia:
los mata la indiferencia pública y el ambiente
·burgués". Después de enumerar los escritores del
pasado que "han arrojado la pl1Jma lejos, cansados de escribir sin resultado" y los j6venes
"roncos de tanto gritar, sin ser oídos, y que
bien pronto, si no reaccionamos, dejarán también
la pluma y los entusiasmos artísticoo par~ ii· a
perderse en la sombra", Berisso acepta la estrug_
tura creada y conviene en que no hay otra solución que crear un "mercado" pero literario. Di•
ce: "I~o basta poseer un Ateneo y una academia:
es indispensable un público, por así decir, ar-
�-5tista, un pú9lico que ame la ciencia, la poesía,
el arte; las ~osas bellas dei espíritu,
un
públ~
•
•
••
co que lea las estrofas de nuestros -bardos inspi
'
I
.
rados, ·1as páginas de nuestros historiadores cog
'
.. .
cienzudos, los textos
. ci entíficos de . nuestros hom
bres de pensamiento'~ (3)
•
•
• 1
\
L~s palabras ·d~ Luis ~~rísso hacen eco,a
.,
diez a~os , y mejorando al es~~io, a las que el
•
propip Daría pr9nunc~ara apenas .transcurrido W1
mes de su llegada a Valparaíso . En un ar·ículo de
•
•
•
•
"El f\'.Iercurio" de 24/VII/1886, se pregunta d6nde
• •
están los ,poetas
chilenos:
"Casi todos permanecen.
1
•
sjJenciosos
-se contesta-; casi todos han olvida•
do el amable comerció \de las Gracias . Quién con
la cartera de dipJ.omático no cura si la Fama le
•
ha encumbrado
a la categoría
del primer poeta fi.
.
.
.
l6sofo de América; quién en prosaicas oficinas
cuenta,números en vez de 'hemistiquios; quién en
•
•
•
•
•
•
.
profesorado
•
/
las arduas. tareas. del
apenas en cort~
simas ocios escribe sublimes poemas que quedan s~
•
•
pultados •entre sus papeles de matemáticas; .quién,
•
por último, rompe cítara y plectro y se entrega
•
•
al mundo agitado de los negocios o a la brega terrible del parlamento'' . Buscando ·una explicaci6n
a esta deserción general, concluyendo con grandi-
'
�-6-- . lacuencia: ••Las musas se van! ¡Oh P~stumo f que
~
t~enes
f~ s.
a bien p6ner oídos a mis tristes apátro-
Las musas se van, porque iiinieron las máqui ·.
nas y apagan el eco ae las liras. Idos, adi&s pQ
etas inspirados! Los que nos quedaban se están
muriendo; los que sobreviven han dejado la floresta primitiva de su Ar~atlia al ruido ensordecedor da la edad nueva; allá . qued6 el instrumento abandonado, el arpa de los cánticos primeros.
Idos a Dios, encendedoras de divinos entusiasmos, dulces Piérides~ · que en mejores tiempos hallasteis en el suelo de :A.rauco servidore s const antes y sumisos. Ya no hay vagar para
~uestro
culto" (4). ·
Hay aquí una comprobaci6n primera~ tan gen~
•
ral que fue un lugar común de las dos Últimas d~
•
cadas del siglo: ·1a deserción de ·1os poetas es
coneecuencia de la nueva época maquinista, más
exactamente del sistema de relaci6n económica que
imponía, · 1a que además transforma a los poetas en
•
servidores de sus necesidades imperativas. El po~
ta veía los efectos y no avizoraba las causas ecQ
n6micas pro:fl:tndas. Comprobaba que, fatigados, los
•
escritore s dejaban de l a do la literatura y se en-
�-7tregaban al
~ulpa
de
comerei~,
~llos .
sospechando quizás
qu~
era
No avizoraba, y Darío lo compren
derá durante sus año s chilenos, que esa era la
•
ley de la sociedad
y qu e se debía
cre~da,
s~r
.
muy
hábil para sortearla. Por lo menos comprueba, muy
rá~ido, que el estilo en que escribe no tiene posible sobrevivencia. Ese amasijo de lugare s comunes del
~epertorio
neoclásico y romántico, desapª
r e cerá en un pl az o cortísin10 : s6lo un año . Sobrevivir en esta sociedad exigirá una transforma ción
qtle Daría comienza a rumiar desde su incorpora-
ción a "La Epoca " . S6lo transformándose podrá influir sobre el medio .
Por el momento el "mercado " literario no
existía; los libros no t~nían compradores y por
lo n1ismo tampoco había editores . Permanecían vigentes las formas que p' roc edían. de la época del
"patrocinio", o sea el mecenazgo ocasional de algunos amigos rico s que pagaban una edición, y la
costwnbre de los conocidos de solicitar al poeta
que les regalara un ejemplar de sus poes í as, a v~
ces airadamente si había pasado mucho tiempo des•
de su
~ublicación.
En tal
dem~nda
iba implícita
la afirmaci6n de que el libro
no tenía valor en
•
�-8-
-. -·
el mercado comercial cotidiano.
• •
-.
.
•
Sobre estos temas se expresó muchas veces
D.. río. En un artículo referido a "ta producción
•
intelectual latinoamericana. Verdadera propagan
da americanista. Autores y edi.t ores", recoge las
del cubano Dr . Alcover acerca de l a in~
existencia de editores en el continente y i·as con
pala~ras
•
firma con un recuerdo de su vida per sonal : "En
Buenos Aires no sé c6mo andarán las cosas al1ora .
Cuando y9 vívía a llí, . publ.ica r un libro era obra
magna , posible sólo a .un Anchorena, a un Alvear ,
a un ~antamarina: algo como comprar un automóvil
ahora, o un caballo de carrera . J'flis "Raros " apar ecieron grac i as a que pagaron la edición Angel
de Estrada y otros amigos; y "Prosas Profanas"
gracias a que hizo lo mismo otro amigo, Carlos
Vega Belgrano" ( 5) •.
Esta y otras anotaciones de sus ~rtículos
parten de la convicci6n de que DO era posible COll
servarse . en la época del patrocinio, y que el e~
critor debía incorporarse al mercado: vivir dentro de él, como pudiera, aunque fuera muy mal,
pero dentro de sus coordenadas especificas. Los
riesgos son conocidos. Darío los refirió, pero
�-9en general defendiendo el principio del mercado,
más que desconfiando de sus efectos perniciosos
que recién al final de su vida se le harán ostensibles. Así, ataca la conducta del "amat eurº cuya
presencia es un disturbio en el· funcionamiento co
rr·ec to del merc ado li tex·ario dificultando l a consecuci6n de la secreta ambición de todos: la pro-
-
fes ionalización del escri·to1· . El "ama teur" era
por lo común un mediocre con dinero que, sabiendo
que las editoras parisinas imponían nombres y
obras ante la clientela hispanoamericana, no a s pi
rEtba a otra cosa que éi publj.car bajo e l sello 1Vii cl1aud, Garnier, OJlendorf, s i n fij a r mi ent es en
el pre cio que le extorsionaba el editor, haci endo
su propio negocio con el rastacuerismo sudamericª
no. En el citado art ículo dice: "Duro es el Sr.
Alcover al tratar este punto , pero está en la razón. No es tan sólo los malos y bisoños escritores recomendados y que cobran l a pequeñez vergonzosa que pagan estos editares, sino· c1tle hay también los que dan su mediano libro gratis y hasta
el que paga por ser publicado, esto es , el que se
hace su edición y la r egala, en todo o en parte ,
a la casa editora ,
,
~on
tal de · lucirse entre sus
�. .-10-
-
colegas de América" (6).
En la edad del patrocinio los escritores
se agrupan en academias porque de ahí extraen
el rango social y eventualmente algún recurso
-la "Academie Fran9aise" fue creada por Rich~
lieu con esos fines, como parte de la política
de la monarquía centralizada- pero tal sistema
no tiene sentido ni valor en la nueva sociedad.
Bn ella s6lo cabe el sindicato destinado a defender intereses económicos y a establecer una
estructura económica viable para la producci6n
intelectual . El "nefelibata contento" que di jo
ser Darío no aborreció estas formas arcaicas
de las academias , líbranos Señor "- por razones de militancia estética modernizadora, sino
porque eran organizaciones anacrónicas en la
nueva época , meras prolongaciones retóricas de
un mundo en liquidación .
-
11
Cuando bajo el incentivo de la ley de der echos de autor , se crea la Sociedad de Escritores en Buenos Aires, Daría escribe alborozado desde Palma de Mallorca , adhiriendo a la
iniciativa "porque "no se trata de un instituto
que tenga que limpiar, fijar o dar esplendor a
nada; ni de un club de mundanos aficionados a
�.
- 11•
l a s bella s l e tra s; ni de una capilla , clan o ce- .
•
náculo en que s e pr a ct ique un mental ritual para
pocos . Es o es par a todos ; para todos los trabaja•
dor es que zabul len su alma en el tintero , haci~n •
•
•
dol a bucear para que les traiga , si no una perla
•
de ensueño , dinero para vivir ". La oposición entre la j er?rc1uía de t·ipo ceremonial , represen·tada.
por academias y por ~os aficionados de las clases
altast donde la literatura es ornamento , y la democratización de q~ienes trabajan para vivir~ y
donde la literatu1·a es realidad , esfuerzo intenso
cotidj_ari.o , 'alma eIJ. el tintero' como dice B!·áfic§:
•
ció11 r·ec tora del artistc1
socj_al~
Y
e1'! u.i.vi
•
determinado
medj_o
.
con el mismo lenguaje llano, aut<ntic·ª
me11te de practicó11 que conoce las miser·ias de la
vida intE?lectual 5 afirma ; "El trabajo int'"'Jectua l
necesita también , 9omo los otros trabajos , sindicarse, mantenerse . en orden 2tc·ti vo , repre9entarse .
La labor periodística está entre nosotros los periodistas de la prensa a r gentina mejor establecida y arreglada que en otros países ; mas no as í la
producci6n exclusivament e lite~a r ia , de libro o
de revista ".
�-12-
Está escribiendo en 1907. Ha comprobado que
sus libros se venden, aunque no sea en cantidades importantes; ha sido pirateado en distintas .
ciudades del continente; sus poemas se reproducen en decenas de diarios y revistas sin pedirle autorización. O set.. c~ ue está viendo c6mo en
su caso hay una entrada al mercado que él como
~scritor s6lo aprovecha en mínima parte . Es natural que exclame amargamente : nH~;i ;):- \ ue traba•
jar contra la desidia 'de los que no se preocupan de defender sus derechos y contra los usos
arr·a
i~gados
en la rapiña de los bandidos de l a
edición. Con sesos de pobres diablos de escritQ
res están hechos muchos capitales de España y
Amé.:·ica" (7).
Pero cuando Darío comienza su tarea, cuando los modernistas de la primera época se enfren
tan a la realidad de sus ciudades en auge , la a~
tividad específica del escritor, y especialmente
del poeta , no tenía un sitio previsto en la estructura econ6mica que estaba siendo trasplantª
da de Europa a tierras americanas. Bso reproducía en el continente lo que cuarenta años antes
se había registrado, al irrumpir el mismo tipo
�-13•
•
de organi zaci ón , · en Europa , cuando al disolverse
el sis t ema patr ocinante que la aristoc·racia y lu~
go la bur guesía en su período de ascenso habían
utilizado con los escritores , no se lo sustituyó
con nj.ngún otro especial y se r emi ti6 al escritor
a l as coyunturas del mercado . Wa l t er Benja1nin
a firrnét de Baudelaire que fue "el primero en darse
c1ient a , y de un rnodo pl eno de ricar:> consecuencias ,
que la burguesía estaba a punto de i·etirar al po~
ta su encomienda~ ¿Qu6 enca1go soci~l podía susti
i· u i i, J a? l\J o se p od :í ri. re r. i h i l ' 1 o ri ,:.\ n; n zu na ('] as
CI :
s6lo podía inf er·ir'SG del u1e:i- c a u u y ele tiUS cr'isi s
~
1 nauaeJ.aire ~e interesaba , no la demanda claru ;
a co1 ~t u plazo·, sirlo la l~tl r te , a largo plazo
"Las Flor"eS del r1al pruebt::tn que s l')ía valOl'"'arl·
exactamente , Pe1"0 el tipo de mercado en el cual
1
1
ella se manifestaba , deteri.1i11ab& un
duccicin ~
y
o~c
Ltt.:
JJro--
tau1bién ae vida , gue e1'"'a muy aiver·so
de los poetas anterio1·esº Battdelai1"e estaba obJ.i ·
gado a r eclama1 l a dignidad del poeta en una so~
ciedad qii.e no tenía ningu...via dignidad qtle o-cargar''
( ~) ~
Es evidente que la burguesía le retira al P9eta esa encomienda que le otorgara desde el perí2
�.
. ~14-
do renacentista hasta la conclusión revoluci ona
•
ria del XVIII.
~e
-
•
la retira en tanto poeta, al
ser incapaz de darle a su producci6n un valor
convenido en el mercado. En los hechos se de s in
-
teresa de l a produc ci6n estética cuyo uso ya no
par ee~
entender, como antes, dado que ha creado
un universo regido por l a eficiencia y la utili
-
eg
dad , destinado a la manipulaci6n de la natural e
za , en el cual. no sabe c6mo y para qué puede
un poeta . En cierto sentido es una conducta coherente : en ese mundo regido por la fabri cación y apetencia de las cosas , los principios
de competencia , la ganancia y la productj_vj<i8d,
tra~
el poeta no parece ser una necesiaad . Por lo m~
nos éste así lo siente , y agudísimamente .
Es cierto que una segunda etapa , como ha OQ
servado Noé Jitrik , esa burguesía reivindic~ el
aristocratismo modernis~a , hace suyo su desd~n
~or la mesocracia ambiente , enaltece las grandes figuras sobrevivientes y les reclama la fun
ci6n de consolidadores de su "status" dominante.
Es Díaz f.1ir6n al servicio de Huerta , o Daría e.§.
cribiendo la "Oda a I.,1 i tre" y el "Canto a la Argent i11a ". Hay una explica ción de t al cambio ra-
�•
-15d i ca l de frente . ·Para ese entonces estamos ....oresen
-
ciando la.acci6n poderosa de las clases medias,
que comienzan a abrirse paso con el apoyo de los
sectores proletarios engrosados por la inmigración
masiva , en el sur, o con el apoyo del campesinado
analfabeto , en el norte mexicano, ~as que intentan desalojar a la btJrguesía ·de la conducci6n política del estado y de la administración
econó~i
ca del p2í.; . La inseguridG:1d en que vuelve a encon
trarse la 1)urguesí,. , combatida por un enemigo rer i 0n
·p,
la lleva a requerir la ayuda del poeta , y ,
paradojalmente , son las críticas que a ella dirigiera ~s~e las que intenta utilizar a su servicio ,
es decir , como crítica a los sectores medios que
•
•
•
irrumpen
.
En las Últimas décadas del AIX y comjenzos
del Ye<: , en ese período pro1)iamente modernista que
ce cierra en 1910, no sólo es evidente que no hay
sitio para el poeta en la sociedad utilitaria que
se ha instaurado , sino que l0ta, al regirse por.
el c1--i terio de econo1:.í·i y uso racional de todos
sus lementos para los f i11es productivos que se
trS:za , debe destruir la antigua dj.gnidad que le
otorgara el patriciado al poeta y vilipendiarlo
\ JvJ
�'
'
--16--
como una excrecencia social peligro?ª · $er poeta
pasó • a constituir una vergüenza . La imabe.n que
de él se construyó en el uso público fue la del
vagab11ndo, la del insocial , la del hombre e11tr-egado a borracheras y orgías , la d~l neurasténico
y desequilibrado, la del droguista , la del esteta delicado e incapa z, en una palabra - y es la
más fea del momento- la del ixnproductivo. Quienes más contribuyeron a crear esta imagen fueron, porque no puede ser de otro modo, intelectuales; en especial los críticos tradicionalistas, verdaderos i.de6~ogos de la lucha contra el
poeta que orienta la burguesía hispa11oamericana.
Er1 la é1)oca, ésta no distinguía mucho entre el
peligrp de un homb1--e dedicado a la poesía Y. el
de un anarquista con su bomba en la mano.
En la visión que del conflicto ofrecieron
los poetas modernistas siempre se encuentra al
público ignorante y hostil y al burgués utilitª
rio, asociados a los.críticos igualmente ignoran
tes, defensores de una retórica que, paradojalmente, había quebrado al instaurarse el nuevo sj~
tema econ61nico, de tal modo que en .una típica con
ducta suicida, esos críticos se ponían al servi-
'
�-17c io de quienes habían hecho cancelar su cosmov,i•
si6n y su axiologia . Es de sobra conocido el pasaje ele "El rey burg11é; · 11 en que este reciente m.Q
narca r1os es mostrado cuando se dedica a "ensanchar su espíritu, leyendo novelas de M. Ohnet , o
bellos ·libros sobre cuestiones gramaticales , o
críticas hermosillesacas~ Eso sí : defensor acérri
mo de la corrección académica en letras , y del mQ
do lamido en artes ; a lma sublime amante de la lija "j' la ortografía" (9) . Con la habitual precisión
de Darío , aquí se vj.nculan en la persona del "rey
bt11'"'gués " el utili t .... rioL.•o J e l e: caJ n1i..~l. ..;u o , s1e11do esta la situación original que él conoció: la
paradojal alianza - sólo temporaria- de ambos ele mentos discordantes 1 a los que se sumaría un te .. ·cero también en ciscordia: la ornamentación modtr
·nis ta . Pero la norma sería dirigir toda la metralla contra los críticos , ya que estos fue ron
qui~
nes sostuvieron la batalla contra los moder11istas .
Cua11do en De sobremesa Jo::_... ~ Fern{.1dez, el alter
eBO de José Asunción Silva tiene que explicar a su
i1 sis tente amigo por qué no ha vuelto a ~c ribir
tm poema , dice : "Porque no lo entenderían , tal ve~
.
como no entendieron los "Cantos del 11.·', allá" - di-
�-18-
jo el poeta con dejadez-. ¿Ya no te acuerdas el
art ícul o de Andrés Ran1írez en que me llam6 asqueroso porn6grafo y dijo que mis versos eran
una mezcla ae agua bendita y de cantárida? Pues
esa suerte correría el poema que escribiera . Es
que yo no quíero decir sino suge~ir y para que
i~ sugestión se produzca es preciso que el lect o l" se a tm a r t ) s ta " ( 1 O) .
Buena parte de loA poetas deriva hacia la
autonegaci6n , destruyendo dentro de sí al artista . Las profesiones liberales , especialment e
la abogacía ; la nueva clase autónoma de los po-
líticos a la que sí concedí·. si tia la sociedad
burguesa; las ocupaciones redituables econ6micª
mente, se nutren de muchos ex- poetas . Incapaces
de sostenerse en dura lucha, como marginados de
la sociedad, deciden acatar sus exigencias ded1
•
cándose a otras t a.reas . Otros persev eran pero
asumex1 una actitud dual : se esci11den en un poeta escondido vergonzosamente y en un hombre acog
dicionado a las profesiones intelectuales
que
la
.
sociedad reconoce como l egítimas o a" las comerciales :,r pr·oducti vas . J . A . bilva pr· ~ cticamente
no publica en vida para mantener l a fachada so-
�-19cial de su postiza na turalez a de comer ciante .
Sa-~
nín Cnno, que le conoció y entendió bien , nos di-
ce: "La educación de Silva, la seriedad.con que
mir6 siempr e la vida y la nece s idad en que estuvo
de entrar en los negocios a la mue rt e de su padre,
en circunstancias desfé1vorables , le obligaron en
su propio concep·to a ha cer de sus preocupaciones
literarias una especie de vic io nefando, que quiso siempre t ene r oci.ll to de los indifere11tes " (11) .
Vicio nefando tenía que ser para la sociedad bogQ
t'na que un comerciante, por exquisit o que fuera ,
t amb ién cultiva r a la poesías . ¿Qui(n lo respetar ía'( Y puede sospecharse que en su fracaso comercial pes6 la desconfianza de financistas y negocian t e$ por est e colega demasiado refinado .
Francisco Contreras cuenta en el prólogo de
Romances de hoy; , un episodio aleccionante : ~xis
te en Chil e l a preocupación de atribuir a los po~
tas los cal ificativos de loco, perdidd, vagabW1do.
De manera que lo que en toda sociedad culta es un
señalado honor, en la nuestra se trueca en motivo
de escarnio o s ello de. ridículo. Un distinguido
poeta nacional nos contaba que en ci erta ocasi6n,
h abiendo sido presentado a una dama con las pala11
�•
•
- 209ras de : el poe t a s eñor
Tal, se v i o obligado a
.
protes t ar asegurando que er a ob j e t o de una mal a broma• .•• "
•
•
•
Quedan , por Último , los que afirman., como
si se suicidaran , su vocación de poetas y persisten en la tarea . i"itlchos a sumen. la mirada con
geladora que les dirige la sociedad, como único
modo de
~ e cupera r
una cierta j e r a rquía de signo
contrario, y son decadentes, l:>orracho s , sucios,
aso ciales , improductivos, en el sentido que el
medio confiere a la palab -a . En los hecl1os se
opon en a la sociedad negando coh sus vidas los
nr'incipioR
mo
'j7 a
n11p
intt1Í~
la s11ste!1.t,,n .. ... ~:- o cu
a.c~i61.L,
co
-
Daría, e s en definí ti va va na; pasª
do un primer per íodo de r ebeldía triunfante, su
a·taque deja de ser eficaz : s6lo roza la superfi
cie, no afecta ninguna parte más robusta del
sqnismo, y concluye
desvane ci~ndose
en
La vida .y frustrada obr a de Alejandro
Daría conoció bie11 y
3.
quien
1~ar1uel
l~
o~
nada .
~awa ,
que
lJJachado de-
dicara un poema definidor , puede ilustrar este
rég imen de bohemia y frac@so .
Los más lúcidos intenta rán r e cuperar , o
simplemente aJ.canzar , una dignidad, en t a nto
•
•
�-21poetas, dentro del conglomerado social . Para eso
s61o. lee queda la interrogación a las posibilidª
des del mercado anónimo, como lo haría un comerc;l~\rl
t e o un indus trial para sus productos . También
l es queda ln p0sibilidad· de combinar este sistema
ton remanentes de la
Spoc~
del patrocinio . El desg
liento en a ltas dosis fue la norma de estos empec!
nadas. Debieron sentirse como Gutiérrez Nájera dic e en el poema modernista donde con mayor acuidad
se desarrolla la problérná ti ca de su tiempo:
•
¡Pobre espíritu débil ; perdido
ent1·e gente ego ísta y extraña!
¡ Pobr·c:
•
ci~go
que cruz(;¡,s tocando
tristes cosas de amor en tu arpa!
. Ya no sigas pidiendo limosna ,
ya no tiendas tus manos heladas ,
ya no cantes , que nadie te escucha ,
y en la tierra por siempre descansa.
( Las almas huérfanas) (12)
Rodeados de extr.años y egoístas se v iero11:
gentes que no escuchaban su canto y que ni siquie-
ra r e tribuían con limosna l as "tristes cosas de
amor " que entonaban. Si no se .c omienza por es t abl~
�-22.
cer esta
.,
•
~ituaci6n
•
de rechazo de la creación
a~ .
.
tística.por .la
estructura
socio-econ6mica
crea.
.
. .
da, .será .difícil entender . a los poetas del perf.
..
-
oda modernista.
Persistirá entonces esa . sote~ra
.
da convicción de que ellos, por libre y suicida
•
v~caci6n,
decidieron rehusarse a l servicio de
la comunidad y
en .bloqueadas torres .
de marfil. Según eso l a generaci6n de más encumbrad. os. poetas que di.o .Am8rica Ilispana y l a
que funda l a a utonomía poética del continente ,
habría estado int egr ada por locos que se nega ron a tener público, a ser cubiertos de honore~
a ser admirados y enaltecidos , a dispon er de ri
queza s, o a interpretar l a presunta vo z revolucionaria de las masas . 1ada de eso hubo . El a fo
•
rismo de ~ue_es la existencia la que de t ermina
la concienci~
sigue
en
pie
.
En
la
r
ealidad
,
la
.
.
soc i. edad n~ tenía honores y dignid a d que d ispeg
sar a na di e : apenas si podía conced er algunas
magras comodidades a cambio de un sometimiento
enc~rrarse
•
•
~
•
en que la poesía era aventada .
•
La doble alt ernativa que en este mezquino
nivel se ofrecía a los poetas fue bien vista
•
por Julián del Casal, como asimismo
la oscilan•
•
l
�. -23te condu~ta del verdadero artista respecto a l mercado con~umidor del mornento: necesitándolo por poderosas
razones
económicas
y
desconfiando
simultá•
neamente d él ya. que se trat~ba de un ambiente
desconocido, incógnito, cuyo comportamiento con la
•
obra de arte
•
resultaba siempre i1nprevisible
y
donde ella se ~umía en un proceso. muchas veces
desvirtuador de sus esencias. Las primeras experiencias fueron tanteos, movimientos de acomodación y d rechazo• , entendimiento confuso y a ve~
ces erróneo de sus orientacio11es, enorme descon-
fianza hacia· quienes se arrojaban en él y se re•
modelaban.
"Los artistas modernos están divididos en dos
grandes grupos -d ecía Julián del Casal en 1890-.
El prim ro está formado por los que cultivan
sus facultades, como los labradores sus campos,
para especular con sus productos, vendié~dolos
siempre el más alto postor. Estos son los falsos
artistas , cortesanos de las muchedumbres, especie
de mercaderes hipócritas , a quienes la Posteridad -nuevo Jesús- echará un día del templo del ~
te a latigazos.
El segundo se compone de los que
entregan sus producciones al
p~blico,
no para ob-
�-24tener 1<?.~ . pla~_sos_, sl:z:io e~ d_~ne.i:~..
i
"
•
•
"
•
J
~~
..
de
. .guarece!se
.
...
f,in.
-·
:m~~e~~-~s d~:
las
rm.
...
•••
1e.:.~~~e;, .;~.
lA ! ~xi~~~ncia· ..
. ~..conºs erva:r
~a:q~? _l a: ~D:d.ep~nde~~-?- . s alv{;lj~-·~·.. _,
·............ ,.. .
.,
que . ne.'c..esi tan p,ara
viv.;.ir
y .. crear
. . Lcjo~
Qtj ~c\ª.12;. !
.
.
"'
.
.
.
.
.
'. .
..
tarse a t los gµstos• _de l.a.
mayoría
, t:ra_t_
an! .más :'t:~. :~
'
•
•
bi~n d~ que ésta s~ . adapte a los de ellos. Ter~ i
... .
.
.
ob.~a,
la
pone!f
en
v·enta
,
. ~o h?plan · ~
.
. ..
.. . .
•
nadie de ..ella. ' y ~mpiezan.
enseg~ida a hacer otra.
.
.
.
' .
.
.
mejo~ . Casi todos desdeñan la vopul~idad, con- ·~
minada una
•
•
...
'
•
•
1
•
• •
•
siderándola
como
fiesta,
donde
todo · ~
..
. . afrentosa
. .. ... .
.
..
asno tiene derecho a lanzar r ebuznos y todo r eQ ,
til a escupir su baba . Si buscan los éxitos tea ·
~
•
•
• •
•
•\
•
J
-
•
'
tralcs, p orque proporcionan mayores
rec 1 ~rsoR r
se sienten al punto ,arrepentidos Y, lle.nos de Pª•
vor" (13) .
. .
El zigzagueo de esta explicación; s~ juego
•
•
•
.. .
. .
a la vez . de alejamiento
del
,
11
público" ,. de la "muchedumbre"; su modq de re•
de aproximación y
•
•
clatmarlo y a la vez,... precavido.mente,
·de desprQ
.
ciarlo; su esfuerzo _por imponerle una norma prQ·
pia . que
tttviera sin e1nbargo
v al.idez. par.a los mu
.
.
~hos que habrían de, comprar .el producto, apun- ·
•
tan a una intensa cogi taci6n acerca de • l a fun .... -· .
. .
ci6ri d.1el
poeta
y su, destino . Esta problemntica
. "
.
.
.
. .
•
-
•
-.
.
�-25expliea que el poeta y la poes~ a ·hayan d evenido,
desd e el romanticismo, pero alcanzando su pice
en ~l modernismo, el tema central de l a creaci6n.
Más que . un subtema como piensa Salinas de Darío,
el tema por antonomasia. La rnujer, el runor,. la
muerte, el ero ti smo , son constante del arte poéti
co; las reencontramos en tod a s l· s épocas y poe•
tas. De todás ellas, espe cialme11te subrayadas en
el romanticismo. En el sJno de esa escuela , sin
emba rgo, comienza a ge rminar la medit ación sobre
1 poe t a y su a rt e , que los artepuristas de mediª
•
dos del XIX desarrollan intens amente , que remiten
a l P" rn:ico :ir al ,..)imbclismo , j
u""' in1u1da .Am~ J. ic ;.,4,
Hispana por un período de treinta años . Lu nueva
•
concepci6n subjetivizante; la quiebra de los valQ
r es artísticos en el nuevo mercado ; la hostilidad
de un rnedio que parecía a.ecreta1í' "la cancelación
d~l instrumento poético mi smo - el hombre que cag
t aba-, justifican sobrad' mente la ob-sesi6n tamáti
ca que los dominará . ¿Qué somos? ¿Para que existi
mos? ¿, ~ué hacemos? ¿A d6nde vamos ? .A esta si tuaci6n concreta, diríamos existencial , provocada
por una modificaci6n d e las estructuras q'l1e vincJ_¿
lan es critor y a~bient e , se puede contesta r de
•
•
�-26•
distintos
modos
. • ..Ya vimos las r e s puestas que
.
.
'
.
. .
.
...
enuncia
Julián
de
l
Casal
y l a os~ilaci6n qu e
'
-' .
l 'a s distingue . La r espue sta dominant
e
d
e
l
a
épQ
.
.r
•
-
•
•
..
ca. f ue una r etra cci6n ant e. l a hostilidad, que
•
•
i
llevó • a l po e t a. al · aislami ento; y ·una a ctitud
r e~pe cto
.
·
..
a=esa s oci edad de d0lorido enf r ent a -
.
mi ent o . Al despre cio se r es pondi6 e ón el despr Q
c i o; a la i gnorancia provoca t i v a con la burl a
des t emplada
;
a
l
desint
erés
masivo
con
la
ironí
a
•
y el apa r ta~i en to a ri stocrá t i co . Los poetas edi
ficaron parsimoniosamente sus
~erres
de marfil ,
a. conc iencia. siempre de que se trataba de medid~s defensivas d2stinadas a pr~servar valor es
.
'
supe r~oi-· es . q\le e11 ese momento ve1ar1 naufragé:ir .
~
•
El Ruben Darí a que. firma sus art í culos e11
la prensa argen t ina Des Esseintes contribuyendo al culto ger1eralizado de· la Última déc ada
del siglo a la nov ela de Huysmans , es el mismo
que muy p~onto explixit ará en qu~ condicion ~s ,
•
-.
con qu é·inseguridad i ntenta su . c onstrucci6n to
rremarfilista :
-
t or re de marfil tentó mi
•
..
anhelo ; / qui &e ence rrarm~ den tro de mí mismo , /
y tuv e hambre de espaci o y sed- de c ielo/ desde
l a s sombr as de mi propi o abi smo". Es hambre de
' ~ La
•
�-27.
mundo real , es también necesidad de afirmar el prQ
pio ;o poniéndolo en contacto con la vida misma.
Tal necesidad ilsutra los
valor~s d~f ensivos
•
que
•
rigen el turrieburnismo hispanoamericano, y que se
•
ex licnn con sobrada lógica y amargura en una car•
supi~rn.
tu. de bilva : "Y si
usted qué horribJe prisión ~s la Torre de i arfil, cuando el encierru u
luntn.r 1·0 se conviertu· en pris.i6n ! • \. " .úl y_Q se af iK
u•~'.. rnos trándos~· . no sólo en los bár1 a'ros oue
aúll· n
....
p rt sentlrs~ vivir~ sino un los· apr~ndices del
" omb1"' li l)r e 11 o d U . . b~ "m\,;11scl1., Bncarrtmado un·o n
----- su
torr~,
con el pu
-·
~te
1 vadizo
--.--. -------
y oyeg
l~vantaaoí
P'
n r 1 o.!. .
·rudos , legant~s 1 má o ~ 0. ch·trolados ·y perfuma
dos ~~ de +.Q..1j;y_e11·, contarse s hqcer· su biogr.'.lfÍa:
.......
•
exhil i.L"' sus
ci
t od ·
yj!E..§.
dl) en.rg zén , co11 suprema irnp-udi·.
e ingenuidad infantil, ilustrar el r 1· to_ con
especie
d. e
d ·~tos f is i o 16 g i e o.._, s l l
~es
un mo-
rn n to en quia comiunza a p~nsarse si la hwn
no es más que
txist~1
lúu
m
~sq ,
y necesita acordarse
~stroo,
d~
i1idnd
que
de que hay tm universo inte-
lectuál artístico , ~n fin , blgo que no se& lo que
•
ost1. po1"' dela.nte " ( 14) .
~1 esta distancia , en ese cot ejo con la sociQ
•
•
�-28dad, el poeta decanta su valor propio, reconoce
•
su naturaleza y se transforma en autotema de su
•
creaci6n. r-o es la SKperiencia del endiosamiento
•
romántico, s ino de la función espe cífica del po~
ta que se recobra. Lo que Cintio Vitier dice de
Julián del Casal podría aplicarse a los grandes
poetas del modernismo: "Vivi6, por primera v ez
entre npsotros, l a pasión excluye11te , absoluté:L,
de la· poes í a " (15). Bs una respuesta a l medio
S.Q
cial.
Hay sin embar go otros modos· de entrar en el
mercado y experimentar en carne propia sus l eyes
rigurosas . Pocos poetas modernistas tuvieron la
posibilidad - por cierto trágic a- de José Asunci6n ·
Silva : conocerlo en su corazón, a través de la aQ
tividad comercial a que se dedicó desde l a muerte
de su padre el lº de junio de 1 887 h as ta la declª
ración de quiebra comercial de 1 892 y sus prolongaciones judiciales has t a fines de 1893, períod o
que corresponde mayoritariamente al de su creación poética , tal como señala Camilo de Brigard
Silva : "La influencia que -sobre la obra literaria
.
de Silva tuvieron sus infortunios materia les, es
indiscutible. Las mejores poesí as de Silva fueron
�-29•
escritas a partir de 1887, especialmente entre
1890 y J.a fecha de su muerte 0 • ( 16) . . .-o fut:; el in-
greso al mercado ael poGta, sino del hombre, y
por lo mismo convien analizar qué significó para
el artista este pactismo que intentaba resolver
por acumulaci6n los dos ··" spectos contradictorios
de la rualidad: las ex·gencias e conómicas del medio y la creación artí: tica vocacional . Más aún
porque en Silva el pactismo fue cumplido a fondo.
1'1o se trata del período breve .en que lierrera y
Reissig se dedica a comerciante
d~
vinos, cuando
ya ten.í.a escrita una parte f'undamental ele su
sino de
U11a
obra,
dedicaci6n j.ntensa simtll tánea al peri.
odo creador.
Una de las típicas mistif'icaciones; nacidas
del afán de vilipendio del poeta, es la que se e~
b6 en 1 muerte de J. A. Silva, poni~ndola en el
rubro de la locura personal o asociándola a las
perversiones que ya·habían sido evocadas con moti
vo de su famoso "Noc tltrno". Baldomero Sanín Cano,
en las notas explicativas a la edición de Louis
f·lichaud, corrigió, con su habitual precisión: 11 La
vida le llamaba al comez·cio de las ideas, y ál ty
vo que decidirse por el comercio simple en un al-
�- - 30macén de novedades . El come r cio simple en un al
-
•
macén de n ovedades señal aba también el camino
de la t r aged i a ". (17 ) . Cuando se sigue , en- la co
rrespopdenc i a comer cial. de Silv a , los v aivenes
•
de un negocio
ines~able~ · 1as
estrecheces de su .
fal t a de capi tal , el endeudamiento vertiginoso
•
a cada caída de la moneda ; las dificultades pa- ·
ra obtener crédito , la·aplicaci6n de
uh
Código
'
de Oomercio · cufdadosamente urdido , las lentitudes de una plaza provinciana , los procesos de
facturación , interés , asientos , a los que dedica días' e11teros , se puede pensar que eran ta.
·4 .
Vl'-4a
..
.
Lo
erari , pero su íncidencia en la vida y obra
del poeta es mucho mayor que la habitualmente
consignada ~ Ese aparato comercial al que dedicó
casi exclusivamente cinco años de una vid a cor.
tísima , fue su zona·de contacto con la sociédad
.
bogotana , aparte de los diez amigos de que ha•
•
bla en su novela , y su familia . 2or él conoce
el manejo de la oferta y la demanda , la determi
nación del valor del -producto en la plaza , los
inté r eses écon6micos qué lo mueven y la ·urdim•
-
bre de Eelaeiones entre la ley y los comercian•
•
·'
.
.
• •
,•
..
.
•
'
�- 31tes , las tendencias ~~s fuertes del medio ; pero
.
'
conoce adem.;~ s·, y ese era· el plano en que debi~
•
afectarlo más , los valores morales y espirituales
•
que esa realidad conci t a y pone en funcionamiento ,
¡
~
•
•
y no es aventurado apuntar
•
la violenta reac ción ant e el cuadro que se ·le ofreció explica su
refluencia hacia el cogollo de la vida famili ar y
dentro de áste hncia los valeres espirituales ~ue
q~e
rigen el mundo de la infancia : sus poemas evocati
vos del pasado y de los juegos infantj.les ' su sen
sibilidad agud Í Pima pura recupera r una imagen de
la relación fraternal con su hermana
. , su pie~ad
filial , se pretext~n en s1J r.ont':':lr.t.n f'On P~t.~ -r f-)~
lidad so·cio- econó:.iica que entiende bajo las especies morales·.
Para él ese contacto se tipific6 en el
~r . Uri
be , quien al tiempo de ejecutarlo 'juO.icialmente,
obli[~án dolo a la qtliet)ra , lo su1.. tía de co11s e jos
•
morales : "Usted , entonces , me aconsejaba la con-
hª
fianza en lo sobrenatural , en los milagros , me
c .í leer el libro de Fienri Las erre sobre ~-uestra.
'"l
Señora de Lourdes y la Vid a de San I~nacio de Loyola ". "Yo recuerdo esto : el 31 de diciembre me
prestó ust~d ~ 5. 917 . El dí a 1° de enero fue fie~
I
•
�•
-32ta. El día 6 cay6 mi hermana enferma gravemente,
no volví a salir de mi casa hasta el día 11 en
que la llevé al cementerio. En seguida , moribun_
do de dolor y de suf~imiento, caí a ca.me , no p~
•
de moverme en muchos días, vencido de d olor, no
podía coordina r dos ideas, no podís pensa r. Unn
mañan a entr6 usted a mi CUúrto a a conse j a r me cµe
tuvi er a fe , que l e r e z a r t:l a 1~\.t e stra 8eñor a del
Carme11, qu e l eyera ur1 libro mí s t i co que t r'1 Í a
e n l a me:1no y que
cio s .
~Yo
S ~4l ie ra
a ocupar 1ne de mi s r1egQ
p odí.a er1 r eéJ.l i dad ; los mú s culos
i10 i.1e
soste11ía n, t enía e l a l 1na d.es t r o za<Ja ; yo c ornpI"eg
d í a que
uste ~
es t aba urg i do por su di11ero , pero
110 podía dev olvé r s elo e 11 e ste moment o . 1-0 pod í a
p ensar s ino en que·
~lvira
es t aba mue rta : ¿quá
quiere us t ed? •.. " (18 ) . .ósta his toria a tro z dev ien e una seca d enuncia ....nor obr a de l a ca ne entra ci6n estilíst~c a c on qu e vuelve .a r eit er a rla
más a delante, en tr e s líne as ob j e tivas : " l~e pre.§.
t6 Ud . esa s suma s el J!l de diciembr e; pe rdí. a
mi h e r mana en enero; no sa.lí en tod o e l mes, v o_i
ví u l a calle el 2 de f ebr ero; el oí a 17 l e ha bía clevuelto
2..
Ud. l a suma
que~
d ebía ... Son
pera tivos d e l a vida c omercial en ese período
im
�- 33r apa z de a curnulaci 6n: 1 di11ero pasa antes que los
sentimientos. Es también la duplicidad a que se
ven obligados los negociantes : el pago en fecha ,
con e j e c uci6n , y J.a pJ.egar ia sentenciosa . ro fue
una exc epción el 'r. Uribe , e incluso por algunos
dato s puede pensarse que era un alma piadoGa . Como deb í a serlo la propia abuela del poeta que le
embar gaba los bienes para recobrar una deuda .
La influencia de estas experiencias
ha sido
....
señal ada par a "Gotas amargas " , los poemas secretos del autor, su irónica v enganza de la sociedad
c11le no se atr·evía a comtmica 1" a los integrantes ce
ell:i ~1 0610 conocín.11 algunos · nigos . PL. ro c;uizás
cabría trazar un ....oaralelo entre la vida doble de
3ilva y las curiosas contradicciones aue se encuentr an en su poesí a .
~sa
existencia donde una
part e desmentía a la otra y donde l a me ·ar parte
debía ser íntima y sec1~e t · a r a re e ~ardarse de
l a cond ena zafia y sarcás tica de l a otra , se r eeg
ctlentr a e n Lln peculiar sistema estilí stico donde
l a ento na ci6n lírica del poema es bruscame11te bur
l ada por una inserci6n de realismo crítico que c2
lor ea la com1)osición de tm aire gro t esco ; la línea evoc ativa con su lenta impr eganaci6n emocio-
�- 34-
-
nal es distorsionada reoentinamente
nor una chi
...
•
r1~iante acotación que la invalida ( 11 Día· de di•
funtos") . El poe t a que en su ".4.:rs" predic6 que
" e l vers o es v aso sv.nto; 1)oned e n
el
to.n solo/
un pensarniento ·puro" dedicó btlena par t e de los
suyos a ese j uego contrastado
q~e
delata la in-
credulidad infiltrada en el seno de la creaciónº
•
-
Y aun ...noc ría e}~ t enderse el ámbito de esta in('l'e
dulidad hasta las fuentes Jel esfuerzo creador,
restando e_1e1·Lías y dedicación a una tarea que
en su vida diaria est~ba desmintjendo . El ,oet~
sólo resguardó <:1lgw1as zonas hondas de la st b J.g
tivid·1d porci.l1e en ellas alentaba un sentimiento
'
aliment a do por ·aaos de aprend izaje soterrado:
"Una noche"
f
"Poeta di
,,so '' , " Infancia " e
La iricre,- liidad y l a desconfianza fue el
contrapeso de su actividad artística , debido a
st1 enfe1¡damie11to a lo.S actividades cornerciales
e
•
•
Si su fracaso se magni.f'icó
i10
fue porque careci§.
ra de facul te1.des o de tien1po , sino porque l a mª
y orí a de sus añ os juveniles fue devorada por la
hostilidad del mundo : ni consiguió dinero o glQ
rias mundanas a pesar de ocultar el poeta que
era, ni tampoco pudo const1"'uir una obra amplia
�--35•
•
que expresar a por entero sts virtuales potencias
(de a hí su r eingres o al.pasado) , y en plano de su
d u a l existenc ia
c oncr.~t~
tampoco pudo expresar la
•
di s t or s i6n pade c ida como una totalidad apresada
por la poes í a (de ahí el fracaso estático de sus
•
'' Gotas amargas " ) . El vacío que opera esta si tuaci6n dual no resuelta lo con~uce a una recorrida
por territor ios desolados .
•
•
Pero había un modo oblicuo por el cual los
poetas habrían de entrar al mercado, hasta devenir
parte ind i spensable d~ su funcionru1iento, sin tener que negarse a sí mismos por entero . Si no ingresan en cu~nto poetas , lo liarán en cuanto intelectuales . La ley de la oferta y la aemanda , que
es el ir1strumen·to. de mane jo de¡ me1"cado, se aplica
rá también a ellos haciendo que en su mayoría de•
vengan periodistas . En efecto , la generaci6n -mode~
•
nista fue también la brillante generación de los
periodistas , a veces llamados a la. f1"ancesa "cro11iqueurs ", e11cargad os de una gama intermedia entre la mer a i nf ormaci6n y el artículo doctrinario
o edit or ial , a saber : notas amenas , comentario de
�•
-36las actualidades, crónicas sociales, crítica de
..
even~ualrneu
espectáculos teatrales y cricenses,
te comentario de libros , perfiles de personajes
.
célebres o artistas, muchas descripciones de úg
•
J
je.de conformidad con la recién des9ubierta pasi6n por el vé1sto mundo. Cronistas específica·.
mente
fueron
G6mez
Carrillo
y Varg2.. s Vil2. , pero
.
tam·b ién lo fueron Gutiérrez i'Táj era y Julinn del
Cas al~
,
rio.
•
y sobre todo los dos mayores: Ivía rtí y Dª
Que la exigencia que los
ll e vab ~
al p erio-
dis no no era voca cional sino de ord en e conómico,
debido a oue·
- su soci edad no n e c esi t a ba d e u o e t a s perb sí de periodi s tas, lo reconocie ron to~
dos. Da ría dice de Francisco Contre1'"'as que "co.
mo todos los qu e no goza mos de r ent as produci•
da s por gra nd e s ca pitales y tenemos que saca r
de l cr:: r ebro para nuestros 1 uj os, c apric_h os , vi.ci os o simples y precisos elementos d e exist encia, se ha dedicado al periodism_o" (19). Por s u
parte Luis Berisso, en el texto
tes, anota: " • • • si los diarios
crecen y se multiplican -aunque
ci6n debida-, ¡el libro muere y
menciona do a n.
y l a s r ev i sta s
no en l a propo~
los a utores se
•
�-37clips
an! Y se explica ; l ' s flores se.marchitan y
.
•
.
.
•
secan, s i l es falta una go t a de agua o . un rayo de
•
sol bienhechor; nues t ras letras , desalojadas del
libro por l a a t~6 s f era gla c i~l que ahoga las ideas
y quiebra las a l as , se guareq a.n en los periódicos
•
y J.as r evis t as , para viv ir un día y desaparecBr
des1)ués e n e l olvido " ( 20) .
· Esa trasmutaci6n del escritor en periodista
r
•
~
~
•
•
•
no es nueva . Es parte de la empresa histórica de
l a bu r gues í a . Los diarios surgen coh esta clase y
t on ella adquieren Inagnificenn ±a . Más que el libro,
•
éso es su instrwnento de acción intelectua~ y a su
servicio pone en América Hispana a los escritores
.
en t anto va forjando por un avance de ln especiali
-
ªª
zaci 6n a los periodistas propiamente dichos. Es
bi d o c1ue los poetas no se aleg1~aron con esta trn.112
fo r ma ci 6n ; vieron en su trabajo unn imposición ecQ
nómi c o. ,
f1~e cuente1ne11 t e
un mero ga.napán , o. veces un
er ·a t z de gl oria bnjo la apariencia de la publici-
d:J.d v ol andeI'a oue su no1nbre o seudónimo les co11au
. is t a ba én el lec tor .
·
Rubén Darí a f ue t oda su vida -oeriodista . De la
~
•
pr ensa , ·muchO"
m~s
que d e los cargos
•
di~lomáticos ,
•
obtuvo sus r ecurs os e con ómic os per manentes y a la
ve z ella fue el porta voz de ·su obra c~{tica y de
�-38'
..
su fama poética. Periodista ~n todos los países
'
•
que visit6,
conociendo antes las redacciones que
.
las ~alles de lá ciiudad a que ll~gaba; periodi~
~
ta forzado
de gacetilla diaria o de cr6nica ae,
manal segúp. los p~rÍodos. El. vio la transforma.
.
ción de las tediosas hojas do~trinarias en los
primeros periódicos modernos; vio la aparición
•
•
de la inf.orma~i6n gráfica en desmedro •de la pa~
labra escrita; vio la irrupción todopoderosa
de
•
la ••noticia 0 con la labor de las a encias infor
. .
mativas; vio surgir el criterio de la "nov dad"
-
'
~r
del ºsensacionalismo" a cualquier precio; lle•
g6 a ver incluso el desplnzami nto del escritor
-quien dentro de las redacciones c .:>noervaba una
•
ambigua dignidad, reflejo de su obra exterior a
ella~-, por el novísimo especialista que crecía
•
junto a él, el "notero", el "reporter", usando
el término ~ue lo distinguía en Estados Unidos,
país ae donde procedía la especialjzaci6n. "Bl
periodista actual -dice- se basa en el reportaje, en las i1ovedades. Ha.)' qu·e llnmar la atención,
hay que hacer grande la tirada de~ Diario, que
poner en vistosas letras.,. con llamativos títulos, noticias frescas, aunque ellas tengan por
�.
-39base el dolo y la mentira" (21)
. Con tal diagn·osis apunta a los rasgos dorni-
n?n tes del mercado en la parte cultural o meramen
te inf'ormt1tj.va que cu1)rÍa el pe1"iodismo, adaptándose miméticame~te a sus ámposiciones y-poniendo
a su servicio él un
e~11ipo
intelectual en el que
se integran.los escritores. La gran obsesión y el
gran afán del me1·cado f'ue .una c0neepción recién
descubierta q e arrasó con los antiguas valores
esta ble e idos: la ''novedad 11 • .éll problema en l4.;uropa
•
y asimismo en América fue h· ceFse de nuevas, que
e11 general lo eran por provenir de lugares distan
•
-
ci ones de datos 1nás ceI·canos y desco11ocidos .. Tan
impe1·ioso fue el i--eclamo de nuevos ''llama ti.vas"
que pnr·
rtlc~lnz.~rlr'..s
no se vaciló en pas·lr l)Or eg
cim"l de la verd , en utiliz n..r "dolo y mentira "
como dice D río . Porque estnb~ dejando de ser lo
i.mportante la il~ustrnci6n, el lento camino hncia
un conocimiento profundo y aw1 la. concep ció11 de
la
felicid~d
como un agotamiento
~e
la experien-
ci ~ tal como lo practicó el XVIII , sustituídos
. . . . . . or·:l
por
el
relampagueo
epidérmico
d'e
la
"sensa
.
ci6n 11 , ese sistema de erizamiento de los sentidos
�-40ante una incitaci6n violenta y repentina del m~
.
d~~ que
correctamente ha concluído llamándose,
.
al aplicar~e al periodismo, el . ºsensL1cionalismo n.
No se. engañaba Darío ·cuando reconocía que
ese cambio, que correspondió a los modos ·de ac ci6n intelectu[l de l a nueva sociedad,- tenía su
adalid en el periodismo norteamericano, en ese
entonces el más inventor, por haber nacido en
•
una sociedad burguesa joven sin demasiadas a tadura s con las tradiciones
ornamentales
.
. de l a s
sociedades europeas. "Los que han impulsado por
este camino el periodismo actual son los ya nquis.
Ellos, por su mercantilismo y por su a preci o d el
tiempo, h an hecho que el telegrama se anteponga
al editorial ; han establecido el reina do de l a
informn.ci6n sobre la doctrina'' ( :_: ;.i). El gran debate de la época se estableci6 entre dos concep-
ciones del periodismo que se estimaron antag6nica s: la de origen francés donde se daba amplio
espacio al editorial y n los comentarios doctrina les, la cual venía modelando la prensa desde
medi ados del siglo XIX, creando los instrurnen·tos
de comunicación de las clases altas, y l a de ori
gen norteamericano que acentuaba la parte pura-
•
�-41ment e i nforma t i va , más breve , réÍpida y vivaz,• en
!
de smedro de l conc i en.zudo examen te6rico de J..os.
problemas , y que tenía su expresi6n en los diario s populares de alcance más dernocrático que t.Q
c nba n a las clases bajas. En el examen de la preg
sn chilena que hace Darío en su prólogo al.libro
de Narciso Tondreau ,,~ sonantes, recon9ce la exis·t•
tencia de un solo diario "de modelo ynnkee", ."&l
Fer·rocarrii", mientras los demás, dice , º son más
dndos ul ' mecanismo francés '~ Por su parte Aníbal
ÍJ'"'tino,. en 1)n rt rtíc tllo sobre ".l!il i)eriodismo modér
no", establee~ claramente la viRcÜl~tción del pe•
i.
..i..uJ~8cuu
GJ..})O
un públiGo
1
nor· l;eamericano con la existencia de
popular , poco educado, que está ingre-
sando a los bienes culturales : ".6n la República.
adonde no existen grandes masas de trª
bajadores que presten numeros o conti_ne;ente · la
Argentin~ ,
lectura de los periódicos, no han podido arraigar
los diarios de simples informaciones, basados en
los folletines horripilantes y en lu acumulación
'
de i1oticias de pocas líneas" ( 23) • Ese tipo de p~
ri6dico informativo y popular fue tipificado en
el Ur uguay por "El Día" que sirvió de base a la
campaña pol í tica de José Batlle y Ord6ñez y que
�---42.
se dist1ngai6
. - .
j~staro~n~e
por el.:uso de la. .noti,..; ·:
oie. breve, del folletín ..naturalista·, y de los ·
ser:v.icios de info1maci6n pli~lica reclamados pdr··
las clases bajas.
·
Desde
su
peculiar
a~ti~ud de clerc, Pedro
S~lina s ha enjuiciado dur~mente la actividad pe-
riodística de Darío, _ po~ ~Gperlo estimula do en
"la a~enci6n a lo más superficial, el cultivo de
•
sus cap nc.i da das literarias más comunes". Luego
de desmonetiza r su trabajo periodístico por obli
•
•
g~:.;:i
a 'bscribir a l a s 6rdcnes de 1 :. a ctualidad "
lo vincula con su poesía , que no es t a ría "inmune
de e se mAl" ....ir con su criteri o
tivo de lo que debe ser un libro de poemas. Concluye a firmando que su oficio "ledio con qué vivir y l e quitó con qué sobrevivir" "porque el p~
riodista que llev~b a Rubén a su l ad o , suena a e~
traño. Era su extraño,. ( 24) .. El juicio pece de
prevención profesoral sobre los procesos de emeL
gencia d e l a li~ e ra t urn dentro de l a vid~ concre
t a -psicológica y socia l- d e un hombre . Son los
mismos a rg11mentos con los que Salina s construyó
~u ensayo sobre ''Balza c o los poderes del escrit-orº o su ingenioso análisis del libro de Van
'
�•
•
•
-43-
..
•
•
•
Brooks . Los abundantes textos que Dnrío dedi
có ~ su profesi6n corrigen a Salinas y ponen el
~sunto en un punto más preciso .
En todos los problemas de la actividad públi
en de- un hombre , l ~s diversas- fuerzas antagónicas
v/yck
~ndnn
entreveradas , y cuando se trata de la imposi
ción soci 1 sobre un a rtista -¿ cuál no lns
en su
.... ~ . .
vi r1~;. ?- m·'s que una
cono~ió
lamentación sob1"'e lo que
hecho si no hubi era sido forz (,,"do por ella,
~wr··:1
inter esa srber cómo la manejó~ El artista no es un
ser ptsivo : es el otro t6rmino de 1: ecuacif1.~ que
r espond~ ~ fuerz s que sobre él se ejer s n 7 á las
que
8
vc ces trni;'1. ele
1
,r~ncer y~
OP.
no
l0c;r'"rl(")
1
;n-
t ent n utilizar en su beneficioL Como no es un ente
•
n.bst1"ncto , sj.no u: hombre en situación , estos elementas [purecer6.n siempr e en su vida que en defi11i
ti v a es té tejid . . . con ellos . Ni está prob·.do
cribir a l~ orden de l ~ ac tua lidad sea o ligadameQ
te per judic i t1l, lo quu no l1n.ría po rder l a 11ut:rida
veto. de l n poesía de circunstancias, ni que lr fr~
cuente superficialidad de Dnrío respond~ Pl periodismo .... tampoco que ello. sea sin6nimo de mala litera tura . M~s bien se podría pensar que Darí o encontró en el pe1"'i . .:.smo una bue11a escuela para. su
�-44•
i~co~poraci6n
a la corriente modernista, tal como
ocurriera en los demás maestros de la época, de
Martí ~.Guti~rrez Náj€ra.
La parte perniciosa del periodismo la vieron
lúcidamente estos poetas . En un artículo consagrª
d~ a· Bonifacio' Byrne , periodista provinciano , Julián del Casal levanta el acta de acusación : "Sí !
el ~eriodismo , tal como se entiende todavía entre
nosotros, es la institución más nefasta''. Los c a~
gos más graves van dirigidos al sometimiento de
s~s opiniones, lo que Del Casal llama en forma im
propia la "des1)ersonalizaci6!1 11 del c c0ri ~ o r) "j~ a
la vileza de algWlas tareas menores : "Lo primero
que se hace al periodista , al ocupar su pue sto en
la redacción, es despojarlo de la cua lidad indispensabie al escritor : de su propia p ersonalidad. t~
Así el
per i c·n - ~ ta,
desde el momento que comience
a desempeñar sus funciones, tendrá que sufrir ig
•
mensos avatarés , según las exigencias del diario ,
convirtténdose en republicano si es monárquico ,
en libre pensador si es católico, en ana rquista
si es conservador"; en cuanto al trabajo propiamente dicho , hay ''mil tareas pequeñas del periodismo, las únicas a que puede·n aspirar aquí los
�-45je1venes literatos", que "no sólo son a trofiantes,
•
sino· envilecedoras" (24).
•
Se trata, en dos niveles distintos, de la
d~
pendencia del patrón a la que entra el escritor
•
al ingresa r a l a redacción periodística y que Daría ha bía reconocido s i n v acilar: "Antes , esos
eran duefios, amos . Hoy, director, ministro o millonario , 1.es a r rit::nd a ." Pero esta sujeción está
vinculada a través de distintos ligámenes i1dire~
tos con una dependencia más importa nte, que es la
que impone el público l ec t or de peri6dicos, único
merca do r eal de una actividad más o menos intelec
tual
(!U8
cu11u~i~1·u11 lus
esc1'i tores de la época .
-
Daría se preguntaba: "La verdad: y ¿qué es la mayoría de los lectores? El administrador tiene,
.
,
por este punto -y nada mas gue por este extraordi
nario punto- derecho a no preferir la producción
de un pensador -no pronunciaremos palabras sospechosas: poeta, artista- delante de la mercancía
mental de fábrica al por mayor" (26). En forro~
coil1ciden t e decía Del Casal: "Cómo se aprende a
cortejar l a opinión pública, c6mo a aniquilar las
-
•
ideas propias, c6mo a descuidar el puJ.imento de
la frase; c6mo a eKpresar lo primero que se ocu-
•
�-46.\
-
rra y cpmo• a aceptar. el gusto de los .demás" .(27)
.
."
Ambos atacan la parte más basta de la demanda , y. .
•
•
si ellos se resisten, son sus jefes administrati
•
vos quienes, al plegarse gustosamente a ella prQ
.
ocupados por el .rendimiento económico, los . obligan a transar • .El escritor no es un creador
.
.
pendiruun~ .
.
ind~
3ino un asalariado periodístico; al
•
•
•
obedecer l as 6rdenes de su• administr8dor está
•
•
•
obe~eciendo
•
por caminos entreverados l as órden es
del público.
•
,Las dos .críticrs citadas se ~ e fi e r en a un
descenso en la calidad del pr~ducto periodísti
co, r espondiendo a l a presi6n del público . B1e
•
•
ciex·to sin .ernbargo que e11 algunos , pocos en.sos ,
.
como el de "La l~aci6n " de Buer1os AiI·es que pertenecía al tipo d e periodismo doctrina rio, esa
presi6n era reemplazada por otra de lo alto que
impartía normas ideológica s, CT~s que estilísticas. Gin embergo en uno y otro caso, el escri•
tor
tr~nsformado
en periodista se enfrentaba a
•
problema s específicos
~e
escritur a· que deriva-
•
ban del nuevo medio- de • comunicación. Aquí se
inscribe otro c apítulo de cargos que admiten no
•
obs~ante
una consideración más equilibrada , por
•
�-47cuanto ln par.te viciosa del ejerciei u literar!o
qua en ellos se ataca tuvo PU contrapartida en el
desarrollo 'de nu ev as formas de expresión a rtística . Esos cargos registran : la inusitada pluralidad de temas a que debe hacer frente el periodista obviame11te. con mengua de su cabal conocimiento;
velocidad con que debe atender el encargo de
sus jefes redactando crónicas. sobre asuntos del
l~
momento , lo que afecta su dedicación a la escr~t~
ra artística ; la obligac1 ,)n de comuniaarse con un
público poco ilustrado lo que impone sustituir la
seriedad del tratamiento por la amenidad~ buscando ~ ~:' ·°l:r ql lecto1"' con ju.cgoa ettrn.cti"\. . OS y fácil,
mente comp1--ensibles. DeJ. libro de I"luhfeld Le monde ou 1 ' on imprime, Dar·ío traduc.ía esta frase :
"Se asegura que se ha tomado demasiado al léctoT
por un tonto frívolo, que tuviese repugnancia por
todo al.imento sólido : "Hacedme un Claude Bernc'lrd
' ligero ' decía un "editor" a su cronista, el dia
en que se levantó la estatua de este extraordinario pensado1·" . Por su parte Aníbal Latino, en el
artículo citado (que Darío conoció ya que se public6 en el diario chileno en que colaboraba , "La
Epoca " ) apunt aba las relaciones entre las condi-
�•
- •48··~
cib'nes propias del:. tra ba jo periodí s tic o y una
fo1·ma nuev a . de lite r a tura que por · el moment o era
obj·e to d e· r echazo p or lo s escrit ores "serios 0 lo
que quizás pued a
in t e rpre t arse ~
por aque l los
fo~
mados en l a es cuela español a que habíase prolon-
. gf!.do en el nat uralismo . Di ce Latino : "Nada que
exi j a reflexi6n, que revele estudio y erudición:
.
'
nada de comentarlos , de antecedentes , de cálcu_los , que induzcan a pensar si son o no '"' e ort ad os,
si pueden o no pueden confirma rs e : se uic1""e11 he
-·
chos , opiniones en breves líneast acció11 , ~1vi
m1ento y todo revuelto , seg{m ocurre, como un r~
flejo de l a vidú. diaria. :- como 1lrtP. L'Af'TºS =>!1t~ciÓi
•
yiy_a .Q..e lo que es l a vida misma de los lec to res ("
En =esto podr'Ía hallarse t ambi én .el secr lJt0 del
éxito~
de l a popularidad de ciertos libran y de
cierta clase de lit eratura que los buenos~ l os
.
·v ordaderos litera tos desdeñan y fustigan"
.
..
Est ~. t a rea periodística fue l a que sir·vió
·a muchos poetas modernistas - sin duda a D&ríopa ra conocer el mercado y para desentrafiar en
..
•
él tanto el funcionamiento del público que exi~
tía .como las orientacione s ·de· su s ensibilid ado
.
Aunque rechazando l a s miserias y mediocr idades
�-49•
en q11e podía caer, a él se adaptaron en un modo
•
•
sutil que gustaron no reconocer y aun negnr . Camo peri odistas que eran , vivieron entre l a s rde
nes d e sus patrones y l ns exigenci a s del públic o ,
intentando tra.za r entre ambas un ca mino más propi o que lej os de c :;nducirlos a l a "desper sonalizaci6n" de qu e hablaba Del Casa l l os llevé1ba oblié;,~
damente a xtr ma r l a not a per s vnal , l a órbi t a de
una subjetividad que l os distingui er a d~ l empar e-
-
jamiunt o de
l~ fabric~c ión y
llamar a
la
a t ención
sobre s us p r odu cci ~ n e s. Per o e s e estilo que el
mercad o condicion a , ~ sí c omo l os t ema s a que l os
c ons t riñe , l os o bli g~ ~ un~ canot~ntc t ~nc . '~ rJnovadorn . Fue Darío un brillante periodista , c omo
l o fueron s us c ongéneres li t er'1rios, l os má s gr an.
des pr osis t as del período , 1~ rtí y Unamuno , h echos en la escuela del artículo dia ri o pa r a l os
nuevos periódicos de Eota dos Unid os , Am~ric a La t~
na y España , cono c edores de l a prensa mcd erna , gui
ados por su demanda de novedod y originalidad,
a tent os a su elabo r a ci6n de sensaciones.
Dignificaron el género . Sinti~ndose atacad os
po r l a aparici6n del "repo rt er " que invadía las
r edacci ones , supieron luchar en su misma línea
�-50-
-
•
apelando a un don propio 1 insustituible: la escritura ("el re:porter no· puede tener eso que se
11.ama· sencillamf::nte estilo" decía Daría) , pero
a la vez fueron penetrados por el afán de info~
maci6n, de actualidad, que distinguía a aquel.
Su propio estilo codici6 la paradoja, la s orpr~.
sa, la nerviosa enumeración, el esguinc e r ápido
y llamativo .
~~
tensión que l e s significa ba une
lucha dia ria , enfrentados a l públic o , fue bien
compar ada por De l Casa l con l ~ d el domador fr e~
t e a las b es tia s s alva jes :
'~La
pluma de l ct·on i ..§
t a t i tJ11c qu e es ca rba r dia riament e el carnp0 <lo
l a a ctua lidad, pa r a hé.1lla r un a sunto i mport·111t.~.>7
.
•
r ev estirlo qe gal a s y ofr ece rlo a l a v o rac id~ d
de sus l ect or cs v La t a r ea es dif ícilº As eméj a se
al go a l a del dom[...dor que se ve obligado aE..' _ar
t odos l os días ; en l a j aula d ~ sus l eon ~ s, l os
•
peda zos má s fr escos d~ carne , pa r a t en erlos s a tisfechos e i mp edir que lo d0v or enº (2 9 )c
Es difícil que · esta a ctivida d de toda l a
vida no s e r eflej e 1la obra creativa . Y n o s Glo en el sentido perjudicial que censuraba
Sali
.
nas, sino en la adu pci6n de las que llamaremos,
para obviar el término virtudes, tendencias es•
�-51••
tilís t icas de la nueva época . Poesía y periodismo
•
s e entremezolnban en el trabajo diario , pasándóse
•
de una a otro sin cesar, en el ·mismo día, sobre
la misma mesa de tr.abajo : "Pasaba, pues , mi vida
bonaerenae escribiendo artículos par a La Nac±6n y
versos que fueron ,,13 tarde mis 'Pr osas profanas "
dice Daría en su Autobiograf:Ua . Y del misn10 modo
que Julián del Casal , a r egañadient es, admitía
que "escri bie11do c on free .:ncia , co:rho lo hace el
la pluma adquiere cierta soltura" sin
que esto lo convenciera del c onscj b d~ ~wlle Zvlh,
según el cual er a mejor esc ribir art í culos en un
p~riodista ,
periódico que v~rsos en m1a uhardilla, y del mi~
mo modo que Manuel Gutiérrcz Nájera trataba de
asumir l as que él es timaba condicio11es del report er y no del croni s ta - "ágil, diestro, ubicuo, ir!
visibl e , instantán eo , qu e guisa l a liebre antes
•
de que la atrapen , el reporter que ej€rce en todas las noticias ttel derecho del Señor 11 , el i--epo!:
ter qtle obliga a los sucesos a e11ca11ecer en una
sola noche " (30) - para acometer su me j or serie de
artículos , de 1893 a su muerte , del mismo modo RB
bén Daría afirmaba categ6rricamente que " el peTiodismo constituye una gimnasia del estilo " (31) .
�-52Esas tendencias estilísticas epocales son:
nov~
dad, atracci6n, velocidad, shock, rareea, inten
sidad, sensaci6n1 Las mismas que r eencontraremos en el arte modernista. . La búsqueda de lo in
sólito, los acercamientos bruscos de el emen.t os
.
disímiles~ ·-1& renova ción perma n e nt e , l a s auda •
cia s temáticas; el reg istro de los ma tic e s, l a
"
me zcla de l a s sensacione s, la interpen etra ci6n
•
de distint a s disciplina s, el constant e , d e s e sper a do a fán de l o origina l, s on a su ve z r a s gos
que pert en ecen al nuev o me rca do , y, simulta n eament e , f orma s ·. d e pen e tra rlo y domina rlo.
Esa s fo1·ma s es t uvi er on prj mer r) en el periQ
dismo qu e e rl l a poe ~ia , y allí estuvier on prim~
r o l os t eme s que alla cultivó. La poesía a prendi~ en aquél su sistema o~ ~ racional. Tenía otra
fuente amplísima donde. a prende1 1 : en l a s crea•
cion es poé tica s de l os escrit or es europeos de l
•
art epurismo en adel ant e , (¡ue ha bí~n h echo , decenios ant e s que l os hispanoa merica nos, es a ~ x
periencia, r odand o a través de las r edaccion e s
•
•
-
d e l os periódicos fra nces es. Pe ro e ste origen
liter a rio sólo hubiera dado l a imita ción desla
vada, externa , y no e l brío creativo y origina l
-
•
�••
-53-
.
del movimiento, si· no ' concurríernn el ement os de
una experiencia
concreta; la situación s e r eiter a
.
ba ahora en América Latina prov ocando mayores con
trastes y violéncias de las que ha bi ~ gen er ado en
-
•
Europa ; el escritor s e hacía· a s í mismo en
cicio de es~s circunstancias nueva s.
~l
e j eL
j
Las lamentacione s · de l os pe r sonajes de Bal zac
en "La s.. ilusione s pe rdida s" s on el punto de ar ranque de la gran d ec e pción de los 7 esc rit ores , cuando
•
•
ven organiza rs e a s u a lrededor el mundo moder no a
cuyo pa rto ha bían c ontribuído . Su inc or por ac i ón
mal paga y poco edificant e a l os peri6di cos , l es
permite inicia r e l apr endiz'l. j e 0trrri el e 1 ~ n11,~v~
rea lida d en el plano de una activida d int electua l.
Los que vi e nen d e tr1s consuman l a experie ncia . En
sus apunt e s sobre· Baudelaire , lo s eña l a par a és t e
Benjamín , c omo para Ba lzac lo ha s eñalado Luk'1cs:
"Baudelaire estaba habilitadQ o constreñido -d ebido a su profunda exp eriencia de la na tura leza de
el merc ado como una in~
tanciu objetiva. A través de las · r elaciones con
. ,. .
las redacciones estaba en continuo~ á-Ontact ó "con el
mercado. Su método -la difamaci6n (Muss e t), la c on
tre f a 9on (Hugo )",32).
la me r cadería - a
reco~ o cer
•
�.
-54•
La escuela ...:d'Ura ·:a
·ve e es-,
el taller de
e~
perimentaci6n ~· fueron para Darío el . periodismo.
Por el puente .que
son :sus cuadros del natural,
.
~us
"
estampas coloristas, sus artículos imagina•
tivos~ y
sus cuentos, pasamos de l a mera crónica periodística a l reino de la poesía. A imagen
de lo que ocurre en Gutiérrez Nájera, donde los
Cuentos frágiles y los Cuentos color de humo
.
son un deslizami~&to de sus crónica s semanales
mediante el despojamiento del tra je llamado a~
..
tualidad, .en Darío sus distintas tareas lit era.
rías quedan ensambladas, preferentemente en su
despuntar m0dernista, por el empleo de recurs os
.
literarios
:semejantes. Raimundo Lida ha c ompr o. r,
•
.
bado con el estudi o acucioso de l as ~ormas -esti
.
lísticas este parentesco: ".l!is natural -diceque a menudo 1leguen a borrarse los límites del
.
.
.
rela to con l a crónica, el rápido apunte descriJ2.
tivo o el ensayo . Sólo la presencia de cierto
mínimo de acción es l o que nos lleva ·.a inclui~,
entre sus cuentos, páginas como Esta era una
reina~ •• o ¡A p~plál ..• mientras quedan desechª
das tantas otras que no se distinguen de ~llas
-
•
sino por la falta de ese e1e·ment·o dinámico. En
�-. -
-55-
el extremo opuesto, :una ·frontera igualmente difusa separa el rela to de la prosa lírica, a veceB
de tono muy afínº (33). En l a colecc.i6n estableci
da por Erne~to Mejía Sánchez se incorporan como
-
cuentos varios textos que Darío ~ublic6 como si
fueran artículos periodísticos (ejemplo ºBouquetº
o "El año que viene siempre es azul") de las típ_i
C8.S crónicas semunales que sobre el modelo de Gutiérrez Nájera escribía. Es evidente que se las
recopiló utilizando como criterio para su inclusión que no estuvieran marcadas por. sucesos de ac
tualidad. De este modo adquieren un aire de cuen-
-
tos autónomos las que en realidad son páginas de
a ctualidadsobre momentos de la vida de una sociedad. Así "El año que viene siempre es azul" está
directamente "vinculado a la anterior crónica de
"El Heraldo" de Valparaíso en que cuenta la parti
da de los inmigrant e s veraniegos al concluir la
estación estival: los recursos .literarios en una
y otra página LJOn los mismos y es idéntico el
•
principio -que ya estaba en Del Casal y en Gutié•
rrez l'Tájera- de crear un p,eriodismo exp1.. esivo de
l as circunstancias espirituales Y. vitales por las
que pasa el grupo social, preferentemente femeni-
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.
es una escrittira donde se mezclan los sistemas
•
de distimtas artes, en particular la música y
la pintura. Del mismo modo también los límites
entre los géneros tienden a disolverse : si la
poesía surge soberana e i .n dependiente, a pesnr
de los intentos de versolibrismo, la prosa,
•
�-57q.u e es el gran campo experimental del movimiento
renovador (34), admite· diversas lecciones y ten-
dencias en un esfuerzo coherente de integración :
el perjodismo fue el t erreno donde se di~cid6
primero y donde se puso a prueba y'ponde triunfó
el sincretismo a rtístico.
�NOTAS
1
Ernst Fischer: The Necessity of Art. Lond on ,
.
•
Penguin Books, 1 964·, p. 49 .
•
•
2 .Escritos inéditos de Ru bén Darí o (recogi dos
d e per iódi cos de Buenos Aires y anotá:dos por
·E . K. Mapes . New Yor k , I ns t i t uto de las Esp!) ñas , 1 938 , p . 68 c
·
3 ~scritos inéditos , p . 69 .
4 Cite por Diego Manuel Sequeira , Rubén DarÍQ
criollo o raí z y rnédula ~ su creación poética~ Buenos Aires , Guillermo Kraft , 1945 ,
PIJ, 302-3c
5 En "La l a ción 11 , Año XLIII , r º 15 .140, Buenos
·-
6
7
En ''La
Aires,
En "La
• •
Aires
,
•
G:.ci6n" , Año XLIII, .No 15 . 150 , Buenos
11 de agosto de 1913"
Nación " Afio .XLIII , Nº 11 . 947 , Buenos
.'
23 de febr ero de 1907·
I
8
\~al t
9
Trad . italiana de Henato bolmi , j\ngelus Novus
Einaudi , 1962 , Pe 129 .
Rubé·n Daría , Cuentos com )le t o~ , 1~1éxico , Fondo
e r Ben j a1nin :- Schr.if t en , "Parque Central" ..
de Cultura Eco116mica , 1950 , p º 56 e
10
José A, Silva , Obras comple t as , Bogo tá, Banco
�I
t
de l a República, 1965 , p . 136.
11
Josá A. Silva , ob . cit . p·. li3.
12
Manuel Gutiérrez llájera, Poesías completa s ,
México , Editorial PorrÚ8 , 1953 . Tomo II , pp .
154-5.
1.3
16
Julián del Casal, Crónica s habanér a s . Las Villas , Universidad Central de La s Villas , 1 963 ,
p . 148 .
José A. Silva , ob . cit . p . 377.
Cintio Vitier, Lo cuba no en l a no esía , Las Vi
llas , Universid ad Centra l de Las Villas , 1958,
p . 268 .
"FJl jnfo:rt11nio en PT 0. i~]_ ae Sil\T'"J "
José A.,
22
Art. cit.
14
•
15
en
p~
122.
•
�23
"El periodismo moderno" en ºLa Epoca", Año
V, NQ 1641, Santiago.de Chile, 3 de . octu bre de 1886; p. 3. Debe ser transcripción
de un artículo de ºLa l~aci6n" de Buenos
. Aires.
24 Pedro Salinas, La poesía de Rubén Daría,
Buenos· Aires, Losada, pp. 20-23.
•
•
25
Julián del üosal, Cr6nic us habanera s,. Las
Villas, Universidad Central de Las Villas,
.
1963 (c ompil a ci6n ·e introducci6n por Angel
Augier, pr6logo por s~mue l Feijoo), pp.
287-8.
•
26
27
"La enfermedad del diario" en Escritos inéditos, p . 151.
;
..
Julian del Casal, Cr6nicns habaneras, pp.
288-9.
•
..
•
Aníbal Latino, art. cit., p . 3.
29 Julián del Casal, ob. cit., p. 105.
30 .Manuel Gutiérrez rTá jera, Obra s inédita s'
28
New Yor~, Hispanic Institute in the United
States, 1943, p . J . ·
o ompl~e"ta§.,
31
En tt LetrEls chilena s", Obras
32
t. II, p. 635.
.
Walter Benjamin, ob. cit., p. 129c
t
•
�33
"Los cuentos de Rubén Daría '', en Rubén Daría ,
Cuen tos comple toe, p . VIII.
l~
importanci a de la prosa , como
34
Véase sobre
1
crisol modernista , la serie de estudios reva
lorativos iniciada con el libro de Max Henrí
quez Ureña , Breve histo r ia del modernismo ,
Máxico, Fondo de Cult11ra ~conómic a , y partic~
larmente desa rrollada por los poJ.émicos escri
tos de Manuel Pedro Gonzdlez : Josá Martí en
•
-
el octogésimo ªniversario de la iniciaci 6n mo
dernista : 1882- 1962 , Cnracas, ~diciones del
Ministerio de Educaci6n , 1962s 132 pp . También los trnbnjos de Iv~n
do s en Génesis del modernismo , M~xico , El Col egio de M~xico/Washington University Press ,
•
1966 , 221 pp .
�
Dublin Core
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Title
A name given to the resource
Biblioteca Virtual de Humanidades en el Uruguay
Subject
The topic of the resource
Repositorio de ensayos en las Humanidades publicados originalmente en el Uruguay
Description
An account of the resource
<p><span>La Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación se ha propuesto contribuir a rescatar y poner a disposición de los lectores la escritura ensayística del Uruguay a lo largo de su historia. Esta Biblioteca Virtual de Humanidades en el Uruguay pretende reunir en un solo lugar más de dos siglos de textos de reflexión y pensamiento, dentro del amplio campo de las humanidades, producidos en conexión con la universidad. La mayor parte de esos textos han sido originalmente publicados en revistas universitarias o periódicos hoy difícilmente accesibles. A menudo nunca recogidos luego en libro—o recogidos con sustanciales modificaciones—, son textos que pueden contribuir a recuperar y mostrar las dinámicas de pensamiento y representación en el país, tal como se realizaron en tiempos de centralidad de la escritura.<br /><br /></span>La a veces fina y sinuosa línea entre Humanidades y Ciencias Sociales hace que textos de historia económica, de estudios sociales, de ciencia aplicada a la antropología, puedan tener cabida en esta colección, aunque el foco está en el núcleo tradicional de las humanidades. El Derecho (con la excepción de Filosofía del Derecho) queda, por su especificidad técnica y profesional, por el momento fuera de este grupo. </p>
<p>La colección será un trabajo acumulativo, con entregas bimensuales. En el tiempo, los textos se irán organizando de acuerdo a posibles lecturas de la historia de las ideas en la región y el continente. <br /><br />Aldo Mazzucchelli</p>
<p><span>15 de octubre de 2017</span></p>
Contributor
An entity responsible for making contributions to the resource
Pablo Darriulat
Gonzalo Marín
Rights
Information about rights held in and over the resource
Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación
Dublin Core
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Title
A name given to the resource
Los Poetas Modernistas en el Mercado Económico
Subject
The topic of the resource
Letras
Creator
An entity primarily responsible for making the resource
RAMA, Ángel
Source
A related resource from which the described resource is derived
Rama, Ángel
Los poetas modernistas en el mercado económico / Ángel Rama -- Montevideo : FHC.DL, 1967; p.57 ( Departamento de Literatura Hispanoamericana )
Publisher
An entity responsible for making the resource available
Facultad de Humanidades y Ciencias
Date
A point or period of time associated with an event in the lifecycle of the resource
1967
Contributor
An entity responsible for making contributions to the resource
Bach. Gonzalo Marín
Rights
Information about rights held in and over the resource
Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación
Format
The file format, physical medium, or dimensions of the resource
Libro
Language
A language of the resource
Español
LITERATURA HISPANOAMERICANA
MODERNISMO
POESÍA HISPANOAMERICANA