1
10
1
-
http://humanidades-digitales.fhuce.edu.uy/files/original/ee6f8eda8d22c07dc567d09fb387987d.PDF
80f4c3c4d4aeff0200bb291a8c76400c
PDF Text
Text
D| ep
o| ep g
0961
c-'.e
•ros-6 9 6
;*
ep
|ep
D"|
zoun^j y^e¿ o¡ua6ng
c
vi aa avais>i3AiNn
�6 7.
P fleí
A^
EUGENIO PETIT MUÑOZ
LA VIVIENDA CHARRÚA
(Interpretaciones gráficas y dibujos en el texto de Conrado Petit Rucker)
A la memoria del Dr. Buenaventura Caviglia (hijo),
gran estudioso, intérprete sutil de hechos recónditos,
y bienhechor de estudiosos y de intérpretes, desapa
recido en momentos en que se hallaba en prensa este
trabajo, hasta el cual llegó el aporte de su erudición,
sus bondades y sus luces.
'V
La magnífica Exposición Panamericana de la Vivienda mínima
y media que se realizó en 1949 en el Ateneo de Montevideo, no
merece sino elogio como esfuerzo, como realización en general, y
por sus altas finalidades sociales,
Pero hubo en ella dos detalles que, aunque realizados con pa
ciencia y habilidad encomiables por su autor, el Sr. Rodolfo Maruca
Sosa, nos parece un indispensable deber señalar como erróneos para
que los millares de visitantes, los maestros y profesores, los niños de
las escuelas y los estudiantes puedan rectificarlos a tiempo. Se trata
de la tentativa de reconstrucción de la vivienda y la indumentaria
charrúas, que se han incluido en la exposición como homenaje a
nuestros primitivos habitantes, en lo que debe verse un nuevo mo
tivo de elogio.
El presente trabajo tiene por objeto solamente la primera.
Se ha dado como representativa de la vivienda charrúa la que
no fue su típica vivienda, su vivienda primitiva, la que correspon
día al período anterior al uso del cuero del ganado para el techo
introducido por la conquista, pero que fue no obstante la que pre
dominó aún después de la difusión de aquél en la zona de habitación
del charrúa. Y al intentarse la realización de una vivienda bastar
deada o "mestizada" por el uso del cuero de ganado europeo, se han
cometido dos nuevos errores:
a) El no haherle dado tampoco ninguna de las tres formas, a
saber: cuadrada, cupuliforme alargada con techo semi cilindrico, y
cupuliforme pura, o sea de base redonda, con tendencia conoide y ge
neralmente llamada choza en forma de colmena, que, sin contar una
cuarta dudosa (la mampara de tres paredes sin techo), aparecen des
criptas inequívocamente en fuentes de primera mano, sino una de
rivada de la segunda de las mencionadas o aproximada a ell
es sino una deformación de la misma, y que podría defini
cupuliforme alargada de techo semitroncocónico, pues su
— 37 —
989.502 PET viv
La vivienda charrúa /
0 ^ 4 i) 3 5
FHCE/034035
�— 8S —
bj b sbiu 'sBjqBjBd sns ap j^njxaj jouaj jb soiuauajB sou is
'japuodsajjoa BjaaaaaBd buijoj BXna X 'sBuaSipui sajBtuiuB ap sojana
uoa Bqaaq BpuaiAiA Bun 'saipuBjanb soj b jaaouoaaj soiuaqap anb
soj ua '44sopuBjXn^?í soj b asjinqiJjB ojsia souiaq opaiAQ ua ojog
•ofBqBjj a^sa ap o^afqo ojap^pjaA ja sa jbj X 'BtujBqa
BpuaiAiA bj ap oipmsa un 'ouisiui is ua 'souiBÍoBq 'jbuoisboo ojxaj
-ajd jbj bX opuBpiAjo 'anb BJBd oaijoui ajuajaaxa un 'opoj ajqos 'sa
souiipnjB anb b uoiaBaijiiaaj bj Bqaaq JBfap ap ojisodojd ja ojaj
•(Binsiui B^ ap Bjnjonjjsa 'Bpjambzj
JOTjadns ound bj u^) -oapiAa^uop^ ap oauaiy p ua BpBzipaj Bipaní A. buiiu
-jui BpuaiAi^ bj ap BUBaijaniBUBj uoiaisodxg bj ua Bpiqiqxa X Bsog BanJBj^[
oíIPH -aS Ia ao<^ BpBiua^uí BiujBija spuaiAiA bj ap upiaanj^suooajj — -\ -oi^
•(•[ *^ijf) soqaajajqos souanbad sojubj
sojjo jas b iiBjjpuaA anb o\ ap sajuBj^ajui 'sa|qBai[dxaui HBiJB^psaj
a^jsd bj^o aod anb 'scuuamajdun ouioa opBuoiauaur Bq SBnjjsqa so^
ap oauBJodraa^uoa un^uiu anb 'souii}[n so^sa 'sojuamap 'oqaaj p aaqos
ajuauíBtJBJ^iqjB sopBaopa 'sBuaSipui sa[BraiuB sosjaAip ap 'sbui sojpns
soaana soun^p '(auodsip as anb ap SBaipj^ouoat sajuanj SBaiun sop
sb{ b apuodsajjoa xu 'BiAnjj b^ BJiuoa Bsuapp sa 'BipduiBa Bjjsanu
ap SB^ajjBa ua BjAspo^ asaaA apand ouioa 'jopajxa p ^p^q opd [a
anb opiqBS sa sand 'opBjsnfB oaoduiBj sa ou anb <q 'opd uts oppana
'Bpipnp uopanj^suoaaj b^ ua 'sBuiapB 'aaajsdB anb oaana) sappaiBiu
sojsa jod SBpjnp^suoa sb^ BJBd sa^uanj sb^ jod sopBpuas soaiun sapiaaj
-Bui oiuoa o^pqBa ap o boba ap oj^na p opipBUB jaqBq 13 (q
X íounuiin p Bap anb ua 'opuoj p B^sBq 'ouiix
-bui p BzuBap anb ua 'BpBJjua b^ apsap ajuamjBnpBj^ opuapaaaap ba
�o "paravent" que al toldo o choza. Y, por un lado, sería muy arries
gado, en el estado actual de los conocimientos, asimilar sin grandes
reservas a los querandíes con los charrúas; y, por otro, la vivienda
constituida por la simple mampara o "paravent" quedará casi total
mente descartada para el charrúa, a través del presente ^studio, por
evidencias resultantes del análisis riguroso de las fuentes^. La aculturación parece, entonces, más bien pampa o patagónica. Dice así
Oviedo en el pasaje aludido: "Sus casas son un amparo, como de
medias cho^as de cueros de los venados é animales que matan, muy
pintados é adobados para defensa del ayre é del agua; é aquesto son
sus moradas" (1)."~~
No se ha conservado, in situ ni en la museografía, vivienda alguna
de los charrúas, lo que se explica dada la destructibilidad de las sus
tancias que la formaban, ni reproducciones materiales de la misma,
de época o debidamente autorizadas por la. crítica arqueológica o
etnográfica." r^~
Debemos recurrir, pues, a las fuentes escritas y a la iconografía
de época, abordando, por necesidad, las delicadísimas discusiones que
plantean. Al hacerlo así, debemos hacer dos aclaraciones previas:
>•
1. Que aunque el P. Mastrillo Duran, en una de sus cartas
annuas, de 1628, dice que los charrúas "ni tienen casas ni sementeras
ni lugar determinado" (2), entendemos que sólo ha podido hacerlo
por ignorancia, o para justificar la resistencia de los charrúas a la
conversión evangélica, resistencia que quedaría explicada con la
exhibición de su estado de animalidad y de degradación.
También sin duda este mismo propósito denigratorio, cuyos al
cances en la deformación de la verdad histórica habría que revisar
de una vez mostrando las causas de que dimana, hizo decir al
P. Cataneo, en su relación del viaje de Buenos Aires a las Misiones,
que "viven como bestias, siempre en el campo o en los bosques, sin
casa ni techo" (3). Pero podemos ver cómo se contradice en seguida,
denunciando la falsedad de su anterior aserto, expresando que "las
mujeres son las que trabajan en las necesidades de la familia, y par
ticularmente en las continuas mudanzas de sus barracas" (4), con lo
que confiesa la existencia de viviendas.
Las pruebas de la existencia de la vivienda charrúa son indu
dables, como podrá verse en este estudio.
2.
Que las modernas investigaciones sucesivas de Outes (5),
(1)Gonzalo Fernández de Oviedo v Valdés. — Historia General y Natural de las
Indias. — Tomo II, pág. 173. — Madrid, 1855.
(2)Documentos para la Historia Argentina, publicados por la Facultad de Filosofía y
Letras de Buenos Aires, tomo XX, "Iglesia", pág. 537.
(3)Carta del P. Cayetano Cataneo, inserta en el "Cristianesimo felice" de L. A. Muratori y traducido del italiano por J. M. Estrada, en "Revista de Buenos Aires",
año IV, N. 43, tomo 11, pág. 332. Buenos Aires, 1866.
(4)Ibidem, pág. 333.
(5)Félix F. Outes. — Sobre las lenguas indígenas rioplatenses. Materiales para su
estudio, en "Revista de la Universidad de Buenos Aires", N. 99, año X, tomos XXIIXXIV, Noviembre de 1913, págs. 231-237.
— 39 —
�V
•(021-611
'¿61 '9íJBd 'I >D"j 'XIXX -| '^Í-FS HAno^- '^aaiaiuBayjauíy sap aiaiaog By ap
yBujnoy,^ ua 'stuojsna puo sadonSuoj uoaxxauio uo soaaag oí suanaq jmsa[ 'xHvi^
NOSdQ saiavH^) "í48oj^a aajua OAnpuB anb ojauoisij^ onSijua,, 'yaipjB^ qdasof -g ya
opBgajdxa Biq^q ay 'zba na b 'anb oy b aaopuaijyjaj ajaa b Bioop 'SBAjajj b BpiShjip
8¿I aP oiunf P 8 FP ^uoa a 'oubuib^ ujnbBof -g ja bX anb oy uaiqtuBi asB3A
'BouanS yap ojaadsax X 18 anua UBnuuu p X BtujBqo pp oaaa^uaxBd ayqísod p ajqog
•oapiAa^noj^ ap aspuai^ A aapBpiu
-Branjj ap pBqnaB^ B^ ap asuajBjdoijj iBjoqq pp Buotsiqajj ap oajna ojjsanu n^
*^O6l 4oapiAa)uop^[ 'vavzy aP 'i(XBn3BJBj pp Boijajs^ A bdisi^ bjjbj8
-oaf),, bj b oSojojj na ua aamiH^g -}j *jq pp 'bjsia ap soiund somsitu sojsa a^jed
na uBJoqoJJoa anb 'soiamf ao\ ap soun8|B 'snuiapB 'Biuana ua asjauaj ap Xmu uog
•Bjou A 6-8 *a2Bd 'puoaaa amoi '^8x 'sijbj 'uwojuatuv atuutoy^ 'AMDiaHOtQ *y
*¿6I"96T 's^Bd sb{ ua 'sBruJBqa A aauBqoq
'eausnuim soj A sojbX soj uoa '(syaaJaip uoa 'BJoqB o^ijaaa isb) SBouaná so[ ap B[ A
'I6I"¿8I '^^Bd 8B[ ua BBUBqa aoj uoa SBUBn^ soy ap B[ :008I 'P!jPbIV 'i "IoA ''Dla
't4'sy\aajj ozvaaoq uoq ajBqy p aojnB ng sojaajvíp A sviuoipi sm ap pvpisjaajp vj
unüas svjsa ap sasvp A upisiatp 'uptavjatunu A 'svpiaouoo sauopvu soj ap svn^uaj
st>j ap oSoipwj,, 'Bjqo buisiui b[ ap BUBypissa uotaipa bj ua sauoiaBaijnuap; SBquiB
Jiaasq b aApnA ajuauíBijduiB sb^^ -Bouan^) upia^u B{ ap snqiaj uos 'SBnjjBq^ A
aauBqog 'sauBnu;j\[ soy X 'sojbj^ soy anb aaip 'Bouan^) uoia^u By ap X souan^) Bn^uay
By ap opuByqsq '¿^^9t SBy ua X 'SBUBqa soy uoa sBUBnS soy b SBAiayy Baiji]uapi ff-^f
•s8Bd 8By u^ "tlAIXXX^DDQP\[ Biaaa^ uy -syAaajj ozn3Ho^ uoq aiBqqB jouüis yap
BjiadQ \vjisjaaip a ¿timtffv ojoj Djjap vizijou a ajmasouoa aniut\ 9\pp o^ojvjvj,,
'2^61 'oapiAaiuoj\[ 'j/o^io^o sotaajmp A svnSuaj sdj ap npnuvdwoa vt^ojojij 'osNoay x
vaaaj *g ap aayBiaiui soyniídsa saaj soy opusuiaoj aaaaBds yBiaa^Bui ouisiui yg '029*^8S
-a8Bd '66X ap aaqraaijag '^x O'N 'II 'l 'HI3PÍ(II 'J/DÍM"-ID oatjsmÉuii odnii \ap stiqiJt
svujo uoa sajBjnijna sDiauapiauioa sajqvtou uojnuas anb souaí^iput soqaip ap sajqiunjsoa
svuaia ajqos snjou uoa 'sajuaavApn sauoiSaj soj ap sawfo snqpj soj ap A AonSnu^j jap
jojuaijQ opuog oj ap soua^ipw soj ap opiaouoa oatismSmj ojjo^uaauj Í86I 8P iunf
-ozjBp\[ ¿>9 .om^^ 'yy -j 'uiapiqi 'sonjjoqa soj ap sauqutnjsoa A sonSuaj soj ajqos opuosiaci
pq^p-iojJA 3alP?D 13P jouojsieiojd oai^ojojif sisa^axo A oaifpjSodjt upjadpasuojj^
'•SfZ-LIZ "83?d '¿61 aP ozjBp^ 'oapiAaiuoj\[ 'g of^ 'j i 'ttBj8oyoytg ap uyjayog,,
ua '3/dmdjd oapsin^uij adapsa oj ap sojaajnip uoqojqoq 'ojuajtutuqnasap jap oduiap
jo A satuo 'AonSnafi qap jnjuapo vpuog o%sa ap soipui soq — -osmoay x vaaaj *g
"(2l"9ll #s3Bd '¿^^x 's^JÍV souang 'soupuaSao sauaSiaoqo soq A
'96l'I6I "s^Bd 'j -yoA '9^6X 'uo^SuiqsB^ 'uoijnjiisuy uBiuosqiiuig By aod opBatyqnd
'ítsuBipuy UBayjauíy qjnog jo qooqpuBjj,, ua 'onaaoqj aqj;) 'SBnBqa soy b BTiJJBqa oiunf
-uoa yap JBJBdas b apuau ouBjjag 'saaoiaaisod sofBqBJi ua 'oSjBquia uig "^11-^9 'sSBd
'96l 'bubjb^ 'AonSnafj jap otauiaojj on^puo oj ap oifoadomq — 'ONvwiag oiNOXNy
(gy)
(n)
(01)
(^)
(8)
(¿)
(9)
n so\ 9p ouis 'souisiui js U9 sooiSojodo^juB solpaq sosa ap tsá
ou 'a^uaraesiaajd 'opuaijJBd ouis XuSiqjQtQ b B^sjinqijjB oaodraBj
sotnapod tu ^oq sojjosou jaa^q souiapod B^ ou opuaiprqB
anb b sodnj s^uiap so^ b uoxsuajxa ns A 'oqaip ajuauíBidoad
odnaS jap sonpiAipui aaqos ojos 'aaaa^Bd jb 'sBp^zijBaj uoaanj SBjja
'sBsoiaa^d A SBStoaad Bpnp uis uos 'aojnB ns ap Jioap jb '4toapiAaj
-uoj\[ ua^ ssqaaq 'oapBuios A oai^pjojjoiu jajaBJBa ap SBjaaxip sauoia
-BAjasqo sns anbunB sand 'XuSiqjQ4Q ap 'jBpaoaaJ ap souiBqBaB anb
'sB^siuijojiun sauoisnjauoa sbj ajuBjsqo ou 'soaiSpjodoajuB soj uaiq
-uibj UBjsa oj unB ^ 'asaBuiiuiaiap aod BiABpoj u^^sa 'BaijsjnSuij une
A 'BaijBjou^a pBpiaua^oja^aq ap X pBpiaua^oiuoq ap sojaBxa sop^aS
sns anbunB '(x) wBnwBqa ofajduioa ubjl,9 ojjbuibjj (jj^) ojsand
-ojd souiaq j^na jb jBan^jna o^unfuoa ojos un UBinxijsuoa sauBnuiui X
SBUBqa 'sBouan 'sBnx^Bqo anb ap uoiaaiAuoa bj b (Oí) Ao\\ uaanpuoa
'(^) Xu8iqjQ4Q ap X (g) ojnpuB^ X SBAxajj ap (soub souiisjnJBj aod
uoaanj oj ouioa 'sBpBpiAjo opts ^aqeq uoaaiqap Bounu anb) sauoiaB^
-aadjaiui sbj uoa SBpBuoioBjaj^oa '^njJBqa X Busqa 'BouanS sotJBjnq
-B3OA soj aaxua sbzubfamas ajqcs *(¿) osuojy X Baaa^ X (9)
�etnográficos, a los que habría que dar para ello una generalización
que no sería, en suma, sino una petición de principios. En efecto,
D'Orbigny funda previamente su hipótesis de la unidad entre cha
rrúas, yaros, bohanes, chañas, minuanes y guenoas, no en observa
ciones hechas directamente por él sobre todos esos grupos, sino sola
mente en lo que llama la "identidad perfecta de costumbres" que
entre ellos habría, de hecho, señalado Azara. Y partiendo de ese su
puesto, sobre el que no vuelve más, hace después su diagnosis antro
pológica sobre uno solo de esos grupos, diagnosis que, en tales con
diciones, se nos hace forzoso suponer, a nuestra vez, ya que no
estableció reservas ni distingos, quiso referirla a todo el conjunto.
Pero si bien D'Orbigny da, en grueso, cifras relativas a la esta
tura corporal (elemento de clasificación que debemos sin duda con
siderar como muy valioso) (13), tales cifras corresponden sólo a
mediciones hechas in vivo, pues no tomó medidas esqueléticas ni craniométricas. Y, por el contrario, debemos consignar en este punto
el absoluto desamparo en que todavía permanecen las cosas, pues
hasta hoy, que sepamos, sólo han sido medidos un único cráneo y
un único esqueleto charrúas (los de Vaimaca-Peru), y ningún otro
esqueleto y sólo un cráneo chana entre los de todos los demás grupos
aludidos, y ambos cráneos arrojan medidas tan desemejantes entre sí
como que el primero es "netamente braquicéfalo" —¿un amazónido?— y el segundo hipsidolicocéfalo (14). Falta, pues, aún, hacer
las diagnosis correspondientes sobre un número grande de restos de
individuos procedentes de diferentes enterratorios. Pero, en grueso,
el gran complejo charrúa es una unidad.
X_ bien, el primer documento que aparece en el tiempo descri
biendo una vivienda charrúa es de Pero Lopes de Souza, el lúcido y
minucioso navegante portugués que recorriera en 1531 y 1532 nuestras
costas detallando su paisaje, naturaleza y habitantes en su célebre
diario, que, como se sabe, quedó inédito hasta 1861. Dice así en la
parte que nos interesa: "Mandei la hum marineiro a nado... e veo
e disse-me.. .que aquillo, que pareciam tendas eram 4 esteiras, que
laziam hüa casa em quadra, e em riba eran descobertas: e fato lhe
(13)J. Imbellom, De la estatura humana como elemento morfológico y clasificatorio,
en "Runa", Archivo para lag ciencias del Hombre, publicación del Instituto de Antropolgía de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires,
; 1948, Vol. I. Partes 1-2, págs. 196-243.
(14)Las medidas del cráneo y el esqueleto charrúa pueden verse, con la bibliografía per
tinente, en Paul Rivet, Les dernieres charrúas, en "Revista de la Sociedad de Ami
gos de la Arqueología", año IV, Montevideo, 1930, págs. 52-65.
En cuanto al cráneo chana, se trata de uno de los pertenecientes a los 19 esque
letos extraídos de un túmulo de ese grupo en Rincón de Haedo, departamento de
Río Negro, por nuestro distinguido colega Sr. Carlos A. de Freitas, quien los con
serva en su poder, con la tierra que los envolvía, a la espera de las mediciones y
los análisis, químicos y demás, de los técnicos. El Sr. Freitas tuvo la deferencia de
facilitarnos dos para que los transportásemos personalmente al Museo Etnográfico de
Buenos Aires, como lo hicimos, en 1948, con objeto de someterlos a la diagnosis
del sabio profesor Dr. José Imbelloni, quien nos había hecho el honor de prometér
nosla toda vez que le llevásemos las pie^as. Medido uno de ellos, pues el otro no
estaba en condiciones, por el operador Sr. Marcelo Bormida, con prolijidad cuyas
cifras, en medidas e índices, publicaremos oportunamente, el Dr. Imbelloni, en
carta que nos ha dirigido, lo diagnostica como pámpido.
_ 41 —
�— z^ —
•^6^ -Sed 'H omoi
'smpuj so¡ ap jnjntD\¡ X jDuauaf) dijojsi¡j — -saa^v^ a oaaiAO aa zaa^yMHaj oivzxiof)
•95 -^Bd '-|i3 'ooiogaaof^ np oijvtq — •vz.iog aa saao^ oaa^
-""'2t-^ 's3?d 8SB?A
*^,
*¿s -Sed
'AIXX OIIIOX 'T98I 'oji^uBf ap oig \jizBjg op oaiqdBjgouqjg a ooiqdEjSosf) 'ooijojs;h
ojniijsui op iBjjsaraijj, BjsiAag,, na 'op^oSaao^^ op ojjoiq — 'vznos 3a sadoq oaaj
(8I>
(¿i)
(91)(SI)'
"^T *(8l) t48BtIoatI U9ící ^ntn -^ sojuatuiBjjBdB sns uoa SBiajsa ap uos
sbsbo sb^j^ :Bsaadxa X 'sanqunj-BUBqa soj b 'jpap sa 'sanqunj soj b
aaaipj as opaiAQ ap Btaijou b^ *SS8I BiSBH ^ÍP^UÍ uaiqiuBj opanb
^Bjqo b[ ap jj ouioj ^ap aiuBJtSaiut ^oq 'oraoj asa ^Bna o^ aod 'aiqxja
-subjj b souiba Á Bdnao sou anb Biaijou b^ ^a uoa Á 'aja^d Bpun^as
b^ ap ojjBtia ^a sa anb 'bjbj^ b^ ap oi^j ^b ajuaxujaauoa oj bjbjj anb
na BiJojsiq ajqa^aa ns ap ojqq \9 JBaqqnd b oa^ on anb opiqss sa
ojad '^SX na 'Bzopuap^[ ap oapaj uoq ap uoiaipadxa bj ap aj.ied
BqBuuoj anb 'zna^ bjub ap osuojy ojBaSoaS |a jod sopiSoaaj sojBp
uoa 'sauoisaj SBjsa b baijb{3j Bjqo ns ap ajjBd b[ Bpoj oiuoa 'oiqíaa
-sa B-q -Bn^JBqa ofa^duioa ubj ^b JinqiJjB souiapod anb BpuaiAtA Bun
aaqos Biaijou Bun uaiquiB^ Bp opaiAQ 'sandsap soub soaod Xnj^[
•soaunf ap UBJa 'j3a ap souiBqBOB
anb buijoj b[ ua ojauíJBin ns Bjaiqijasap a[ apjBj sbui anb X 'uBjuod
-uioa Bf anb SBzoqa sbx ap sBjaisa sb^ anb ap ^saauoiua 'Bjajua sou
oísa uoa X 'Bjjap^oj Bun ap ouis asjBjBjj Bipod oj^j #Baoq ap sauoxsiA
-oad sns X sboubo sns ajuaxuBjunf SBpBpjBná UBjua^ SBn^JBqa so{ anb
ua sajB^nj so^ b sa^aunf buib^ Bznog ap sado-q anb soiuaA 'oqauíd
-asa un ap 3sbjb.h as anb awaSns uoa souopuBjSBq 'BÍaAo BqBiUB[^
[buiiub ap as^p anb b JBjajdaajuí BJBd JB^n| p ajsa Bas anb uig
•(BfaAO ap Buaaid Bun X opsuaA ap soCbsbj X opBa
-sad uijuB^jaq ^e auiuojaÍBJj X SBuanbad sboubo sop uojb^bs X sa[Baunf
sns b uojanj*'*) '(¿x) t4BlII9AO 9P ^ujadsojd Bnq a 'opBaA ap soqpS
-bj a opsasad uiijUBSjaq ob aui-uiBjaxnjj a SBuanbad SBipBiup sBn^
uibjbjij a 'siBaunl' sns sob uiejoj* • mn rojiaasa BiqBq sajuB SBip soq
. "sajuBfauías SBip ua opaaBq aaqtunjsoa 'ajuaraa^qBq
-ojd 'bj3 ^Bna o[. 'oasaaj p saqaou sb| JBSBd bjbcí Bip asa soqaaj so^
opsaBS uBjaiqnq anb Baqdxa o|p X 'zapidBJ uoa aauod b asaaA^oA X
asjBjinb Bipod sajjsd sns ap eun Bpsa anb jauodns soinaqap 'BruaBqa
bsbo tb\ ap pBpqtqBjuouisap ^pBj b^ ap uop^japuod bj 'sajuanj sbj
ua 'soraaaaA unSas 'auiiusun sa oiuoa X 'jojBa ap ajuBaojos Bjp un i^^
Biqap 'ouBjaA ouajd ua 'ajuain^is ja anb 'aiaap sa 'ajjoj^j ojuaiA ja oziq
as anb ojijasa BjqBq 'ajquiaiaiQ ap Q^ 'sajuB Bjp ja anb opuBpaoaaj
san^njJod jap SBjq^jBd sbj XBaijdxa '^9x) ddag -j ja jod sqaaq sojbX
soj ap BpuaiAiA bj ap uoiadijasap bj jod ojsandiui oaijua uauíBxa un
b ajuBjap^ sbui SBjiajaiuos ap Bjuana b X 'BioqB lod soiuaqap 'oqaaj.
uaXnqiaiB aj BniaBqa uoiOBjtqBq bj ap sauoiadiaasap SBUiap sbj SBpoj
iSBa ouioa oaa^ -oqaaj auaij ou BSBa bj sand 'SBiBduiBiu oijBna ojps ap
Bjsandiuoa jbuijou BnuBqa BpuaiAiA eun BJjsaniu sou anb BiaaaaaBd
í 'XSX 9P 3^quiaioi(q ap X^ I9 Bzuog ap sadoq[ aqiiasa oj ojsg
•(SBXjsanu sbj ap BjauBtu bj ap sapaa ouis bjibu oía ou X :sBjiaiqnasap
uBja BqijjB X 'oipBna ua BSBa eun uBia^q anb 'sBxajsa >^ usía SBpuaij
uBiaaisd anb ojjanbB anb auiofip X ouiA X -'opEU b oaaui.iBui
un bjjb apuBj^[) "(^x) msbssou s^p OB5pj Bp sapiai uiBuas :bija uibu
�mentable es que carezcamos de detalles sobre estos "apartamientos"
como sobre la forma de las chozas. Pero, lo mismo que en Lopes de
Souza, el material vegetal aparece inequívocamente aludido.
Las primeras descripciones de la jviyienda charrúa que hayan
visto la luz son de Don Martín del Barco Centenera. Son también somerísimas, pero claras, y aparecen en los cantos X y XI de la
Argentina, es decir, que pertenecen al año 1574, y se refieren, la pri
mera a la zona de San Gabriel, actual Colonia, y la segunda al delta
del Paraná.
Dice la primera (19) :
En siéndoles la parte ya enfadosa
Do viven la desechan, que de estera
La casa solamente es fabricada, ,
Y asi presto do quiera es mudada.
Y la segunda (20) :
Llegamos con favor de la marea
A la primera casa, y al buhío
Que es dicho Tabobá de paja y nea:
. Los Indios luego salen con gran brío... etc.
Conocidas son la probidad y exactitud históricas del arcediano
poeta, que el P. Sallaberry demostró minuciosa y concluyentcmente
en "Los Charrúas y Santa Fe", como su concisión, que daba ruda
mente, no obstante, en el verso "ramplón", valga la sentencia de
Mitre, la prolijidad del detalle esencial, y de ahí el valor de estas
brevísimas diagnosis.
Dice, en primer lugar, que la casa es de estera, y dice asimismo
que tanto la casa, aisladamente, como el "buhío" todo, vistos por
Centenera como testigo presencial, es decir, tanto las chozas como la
toldería entera, esta toldería charrúa que llevaba el nombre del ca
cique Tabobá (sabido es que los españoles generalizaron frecuente
mente la voz indígena "bohío" que se daba en la zona antillana a las
viviendas colectivas, para aplicarla también a las aldeas o tolderías de
otras regiones de América), eran de paja y "nea", es decir, de paja y
juncos.
En efecto, según el Diccionario de la Academia, nea es aférisis
de anea, y anea: "Planta de la familia de las tifáceas, que crece en
sitios pantanosos hasta dos metros de altura, con tallos cilindricos y
sin nudos, hojas envainadoras por la base, ensiformes y flores for
mando una espiga maciza y vellosa, de la cual la mitad inferior es
femenina y masculina la superior. Se emplean las hojas de esta planta
para hacer asientos de sillas, ruedas, etc., 2. // Espadaña, la - acep.".
La anea es, pues, la paja de totora, la de aterciopelada flor tu
bulada marrón, o sea un junco. Pero a su vez puede ser la cortante
paja brava, la de blancos penachos, que es también un junco, pues la
primera acepción de espadaña, a que nos remite la propia Academia,
(19)Martín del Barco Centenera, Argentina, Lisboa, 1602, canto X.
(20)Ibidem, canto XI.
— 43 —
�"60t'"80t "s^^d 'i oraoi '¿81 'S8JJV souang 'uputna
•n^ A vjvjj vj ap ojj^ 'Avngvuvj jap vjsinbuoa vj ap vijojsijj — •onvzo'j oaaaj "j
0¿8I 'sajiy souang -¿f^g -Sed 'jj onioj
'ttsajiy souang ap pjaua^) OAiqajy pp BisiAag,, na 'sajaifui soj ap oSpsva jv ^j¿j
p ouv ja ozjxj as anb vpvjfua vj ua opipaons oj auqos autuofuj — •oariQ OdHVDiiog
"5>¿ '^Bd '¿891 'Euo^duiBg •oji^jsip ns apuaidtuoa anb vjvjj
vj ap ojjj A AvnSvjvj 'uvtunanj^ ua sauoisij^ sns ap ajuasajd opvis^ 'AvnHvjüj jap
vpuiaojj vj ua sma[ ap viuvduiwj vj ap sojauojsij^ sauütsuj — •anf>avx oasiDNva^
(gg)
(gg)
OI^IS B3ZOUO0 8^[ ^8 9nb UI8 '9^JB(Í BJJO B U3UOCÍSUBJ^ 9JU9UI[IDBJ ^BJJ91^
B[ U9 S99JBJ SB9O(Í UTS\ OpU9lU9^ 9nb UO9 Í9ipOII B^ 9^O9 89[ 9pUOp
UBJUBj^d SB\ 9nb SBJ9J99 S9pq9p SBUIl Á 8O|Bd OJJBn9 9p SBpBUIJOJ '89^qBJ
-aod uos anb 'sanopBiiqBq sns ua oraa^ ns uBJjsanuí soipui so^ sopo}
ouioo 'sa^qBiJBA Á sa}UB}suo9ui ub} opuaig,, rsBtixiBqa so{ ap opuB[qBq
*aoip 's^¿X ua 'opiqBS sa ouioa 'puiuua} as anb Bjqo 'upuinon^ A, vjvjj
vj ap oi}¡ 'AvnSvuvj jap vjsmbuoo vj ap vijozsi^i ns ua 'oubzo^j ^
' (ZZ) ^íBnSua\ tb\ ap soiJBuotooip so^ un^as 'So tuid
Bijas oaunf o BJ3}sa ap opjo} un 'o¿99J opi}uas ua sand íojafqo ouisiui
\a uoa sopifa} jbuijoj Bj^d o 'sB^oqno BJBd ^bij9jbui ap btaj9s sa[
anb BiuB^d B| ap aaqmou \a jod SBuaátpui so^pnbB ap SBzoip sb^ JB9ij
-iu^is BJBd anbopaauís ap aiaadsa Bun ouioa 'aiuaiuBpBjnüfr^ BpBa^d
-uta bj9 anb oa as o}uamnaop aisa jlo^ 'oauní ap vjajsa uaiquiB} A
oaunf bdijiuSis anb juBJBnS BnSua^ bj ap Bjqspd sa tui^,, :a}uamSis
o[ ojBpB 'b}ou ua 'sajpj^ j^ -^siaid un o}uaio ap Bijap^o} Bqoíp BqB}
-suoa9, :aotp |Bna B| ap 'Bjjap[O} ns ua 'sBrujBqo so^ ap osojamnu sbui
UB^a \a 'sopBqouBj^ so[ b 'eoi^j aa}u^ ua '^x¿x u9 9íA JnQ d 13
•ouB[d o^os un ajqos ssisandjadns o SB}sand
-B}xniC ojad 'sbijba 3}uauiBAi}9aja uaiquiB} u^janj oqoa} pp SBjajsa sb|
anb b uaiq 'sop[oj so[ ap pBpipjn^d b[ b asaiaaja^ ap ojuajur p ua
*uop9Bpaj ap oioajap b uarq 'anbjB^ '¿ I9 J^ IBjnI<I ^P oa[duia a}sa
a}JBd BJ}89nu jod opuaXnqia}B 'uaoipBJ}uoa o[ 'souiajaA ouioa 'anb
soj}O ap Bjadsa b[ b uopB}ajdaa}ui B[ jbaj9S9j soraijajaad anb oj jod
4a}uanj BJio BunSuiu ua o^jBquia uis opB[pq souiaq o[ ou sisouSBip ap
O}U9uiap ppuasa a}sg -oqoa} pp sb[ b oiuoa sapajBd sb^ ap s^aaisa
sb[ b 9SJO9J9J BJBd o}ub} pjnjd p Ba[duia S9nd 'sBnS^ sop ap oqoa}
ap Bijas Bti-UBqa Bzoqo b^ 'uoiadposap B}sa bj}3[ bj b souibuio} tg
"(i^) ttiqBis^ típ9J U9
SB^saq sb[ ouioa sopBupB asjapua} BJBd *bi[tuib| Bp^o ja}S9uaiu Bq anb
pBpiaBdBa b^ ap 'oqoa} jod sbj}o á sapaa^d aod SBun 'sBJ9}sa sb[ üb}b
qp Á Bjaai} tb\ aaqos sbob}S3 SBun ubCi^ 'BUBpBdsa ap opoui b BqauB
A BsanaS bjo}O} o bSjb[ Bfsd ap oaauaS o}jap ap SBqoaq 4SBJa}sa ap
uos sbsbo sns?? :¿89T U9 Buo^duiB^ ua BpBaqqnd Bjqo '^^BnSBJBj pp
biouiaoJ^J B[ ua snsaf ap BjuBduio^ b[ ap soaouoisnu sau^isuj,, ua aoxp
'sBouan^ so^ ap opuBjqBq 'anbjB^ 'd p HAX I^ÍS I9P S9UÍJ V
'ttBauB ^\ ap sb^
ouioa uBajduia as s^foq sng *osofBSad ^nuí X ojaSq 'oouB[q o^aA o
op apadsa Bun Bqans Boas ap sandsap anb 'oiuaxixa p Boijp
bojozbui Bun uoo 'oounf ap BjauBui b 'oSjb[ o^B} p 'Bp^dsa ap
tSBa buijoj ua SBfoq sb[ uoa 'Bjn}p ap soj}aui sop b oipaui X oj}9ui
ap 'SBaoBji} sbx ap BqiuiBj bj ap 'BaoBqaaq ^}ubjj,, :a}uam8ts bj sa
�En su Histoire du Paraguay, publicada en París en 1756, dice
Charlevoix, refiriéndose a los guenoas: "Leurs Cabanes sont bientót
dressées, quatre piquets en font toute la charpente, des nattes grossierement travaillées, d'une espece de glaieul qu'ils tirent de leurs
Marais, en font les Mura^les; les toits son de méme fabrique; elles
sont si petites, que pour peu qu'une Famille soit nombreuse, chacun
a bien de la peine a y pouvoir étre couché. Une peau leur sert de
matelat [sic] & une autre, de couverture" (24). (Sus cabanas son
pronto levantadas, cuatro piquetes forman toda su armazón, esteras
groseramente trabajadas de una especie de gladiolo (25) que sacan
de sus pantanos hacen sus paredes, los techos son de igual fábrica;
y son tan pequeñas, que por poco que sea numerosa una familia, cada
uno tiene bastante trabajo para poder estar acostado en ellas. Una
piel les sirve de colchón y otra de cobija).
Notemos que la precisión con que, por una parte, Lozano y
Charlevoix señalan el número de cuatro para indicar el de los postes
de sostén de las esteras, y por otra Lopes de Souza y Xarque, como
hemos visto, y el Dr. Saldanha y Dumoutier, según más adelante se
podrá apreciar, aluden a la existencia de varias paredes; y la no
menor precisión con que los mismos Xarque, Charlevoix, Saldanha
y Dumoutier certifican la existencia del techo, dan la certidumbre
de por lo menos un primer tipo de vivienda charrúa, de junco tren
zado, tres o cuatro paredes formando una planta cuadrada, y un techo
cuyas características trataremos de precisar más abajo luego de la
necesaria discusión, y obligan a descartar la hipótesis de que la vi
vienda charrúa fuera una simple mampara o "paravent" colocada
contra el viento, tipo primitivísimo de vivienda que otros pueblos,
especialmente australianos y americanos, usaron, y que Serrano, en
un trabajo reciente, supone, no sabemos con qué bases de verosi
militud, frente a tantos testimonios que la contradicen (incluso el de
Lopes de Souza, que si bien muestra una casa sin techo en verano,
le atribuye las cuatro paredes de una casa en cuadro, y no una sola,
como sería la mampara), haber sido la vivienda charrúa de verano, al
paso que la choza de juncos sería la de invierno (26).
Una excepción fundamental, con todo, debemos señalar: la de
los yaros. Recordemos que al comienzo de este estudio hemos dicho
que el grado de homogeneidad o heterogeneidad, en cuanto a lo et
nográfico, y no sólo en cuanto a lo lingüístico y a lo antropológico,
del gran complejo charrúa, está aún por determinarse. Nada extra
ño es, pues, que aparezca una excepción, vinculada, no al nombre
genérico de los charrúas, sino al de uno de sus grupos, que en este
caso es el de los yaros, en cuanto a tal o cual hecho etnográfico par
ticular, aún de los más fundamentales, y por consiguiente, a uno tan
(24)Charlevoix. — Histoire du Paraguay, tomo IV, págs. 93-94. París. 1756.
(25)Glaieul es, según el Grand Dictionnaire Larousse, una planta de la familia de las
irideas, de hojas largas, deprimidas y puntiagudas eomo las espadas, y glaieul des
marais, nombre vulgar del iris de los pantanos o falso ácoro.
(26)Antonio Serrano. — The Charrúa, en "Handbook of South American India
blicado por la Smithsonian Institution. Washington, 1946, pág. 192.
— 45 —
r-f ' 'i f
U kJ H" \.) yJ ^
�'IA^XDDQW 'nopuc] l\ '\o\ \ts3tnnioA sis ui 'spABJj pnc
S32bXoa jo uoijD^go^ y?, na '¿591 '2jaqujn^; 'awH3g ANOHxwy puB ddag AVOHXNy
sxaqjB^ puaJ3A3g Xq p^uxojx^g ivjjvnbvuvj oj uivdg uiouf aSvXoa o fo tunoaan uy
*¿69I '2xaqnjn^[ '"aja 'wnjotjDu
-oissij^ '(/*</ uajuapvifaq uopjjD yats jap Sunjiaqjy pun ujayjq^ jffvyaspuiyj JaSiqjas
uayaüg uajsStpjnmyauap lap %ya\iag uazun^j pun uauiwo^j tuntjvnbvjnj ui uatuvdsij]
síid aqjasatp aicn Sunqiajyasaqzs^ag — ^Hqg iiNOXNy anin dd3g iiMOX^y '^'g -g-g
"0l '^?^ 'iP!qi
'¿01 •^?<^ '^61 'InBd 5S 'Jprauq3S opanraXag -y ap -pBJi
'soaijojsody soqjvqvj a soottmsaf saoissi^^ sq uiaürn^ — 'f -g ddag oiMOXvy aaavj
(gg)
(^^)
(8Z)
(¿^)
B^ UQ \^ 9llb 8B[ OUIOD ^BJ ^ 'BZnog 9p Sadp1^ 9p OJÍ3UIJBUI \9
oiA anb B[ ouiod oijoaj uis Bzoq^ sun 'jioap sa 489[Ba9jB[ sop Á opaoj
^p pdjsd Bun Jtod ojsanduioo ^aB^n^uBjoaj o o^^iqB Á ajdijj oun
oais a^duiis ctiu9ABjBd^, un ddag ~^ \9 jnbB aqijasap ou anb apuapua
'(0g)4tuopaano3 ^iqaanq^,^ b^ ap Bsa^^ut uois^aA B[ uoa X (^^) ddag
*d I9P u^xa^VB ^uiSiao ^a uoa 'opiAJas souiaq sou anb ap '^sanl
-njjod uoiaanpBj^ bj ap uoiobiuojjuod bj ouiod jsb ^ojep ajsa ap Bzaj
-pua bj souiaqap uainb b 4(oftq) bijSiab^) BanjuaABuang *jq j^
•(8OJJB8 8OJ B UBpUB tnbB
anb 'saaoaaj saa^p soj ap X 'jejuoa ap sajqísoduii a sapuBiS Xnm uos
mbB anb 'sodBS X SBJoqiA sbj ap oan^as aiuiaop Bipod anbiasa ja anb
a)jans ap 'sajoqjB sop ajina aaiB jb Bpxpuajxa X '^Basad ap pa¿ omoa
opBzuaj) ojiq ap Bqaaq BUiBa '¿ofaui oaod buibo Bjuaj joXbui anbiasa
X oaaaiqaaq jg jnzB ojuauíBuijp apuB¿^ ja B¿a ¿oj¿aqoa ns 'opnusap
ojans ja ua Bpsqaa 'Xanq o ajJJij ap jaid Bun B¿a BUiea ng * * 'Btniaua
jod oqaaj ^iqBq ou X 'ojans ja aod sopBuiBxiBdsap UBqB^sg *ojj jap
BnB ja usqBasnq anb uoa 'soaanq soSuoaod ua UBpsisuoa soiJBuijna X
soapsauíop soijisuain sog "ojuatA ja Bjdos apuop ap opsj jap
-jb X opBzuaj^ oaunf ap sapajBd sajdrais ap uBSBd ou anb 'sBu
sns souiiA bjjijo bj ap sosBd aauínb y) ' ($z) SOPUBC[ SOB
tnbB anb 'sazoaaj sajStj sop a 'jBjuoa ap siaAissodiui a sapuBj^ ojintu
obs tnbs anb 'sod^s a SBjqoa ssp ojn^as Jiuuop Bipod anbta^a o anb
ajaos ap 'sajOAJB ssnp aj;ua jb ob Bpipuaisa a 'j^asad ap apaj ouioa
opBSuBJ^ otj ap B^aj BuiBa 'joqjatu oanod buibo Bqup Jom-anbtaBa a
ojtaatiaj q qnzB o^uauíBiujij apuBjS o Bja jo^jaqoa ñas 'na o^qa ou
BpBjtap 'toq no aaSp ap ajad Btun Bja BuiBa Bng • • -Buita jod opBqjaj
BtABq obu a 'oBqa ojad sopBtuBJJBdsa uiBABjsg *oij op BnSt? b uiBABa
-snq anb moa 'soao souojod ap uiBi^stsuoa sotJBUijna a soatjsatuop
soijjsuajn sq *o)uaA o Bjdos apuop ap opBj op SBpBtujB a ops5uaji
oaunf ap sapaj^d sajduits ap tuBSSBd obu anb 'SBUBq^a s^ns sb soiuia
maSjBui Bp sossBd azutnb y,, ^SBjqBjBd sns 'ojaaja ua 'asuBa^
•jBtujou BpuatAiA ap jaiaBJBa ja Bjsajd aj jBna oj
opoj : (¿^) 9^ ja ojos oSajj ajsa b sand 'otustuí jap 'BqtjjB ojj 4boub3
ua 'afBtA ap SBtp ojjBna b 'apuBJQ ojjBg jap jng jb Xntu BtABpoj
BqBjsa sand 'optjBa Btuija ap buoz ua oaodtuBj 'jtaap sa 'XBnSnj^
oipatu jap sauaájBui sbj ua 91A bj anb ua Bqaaj 'ouojo jap sautj B Bas o
*oXbj^[ ap 2^ Ia BP^sn BI outoa outs 'ouBJjag b uozbj saauojua BjjBp
anb oj 'ouBjaA ap BpuatAtA bj BJBd bX ou X 'soiput sojsa b ojasopuaX
-nqiJjB 'X69J ap afBtA ns ua 'aquasap ddag '^ ja anb oj ttjuaABJBdí^
ja ajuauíBsiaajd sa j^ 'BpuatAiA bj ap biujoj bj sa oj outoa ajuBjJodiut
�recuerda haber visto en descripciones de viajes y en iconografías re
lativas a la Patagonia (31), pues supone que la fuerza de los viento
de estas regiones requería un amparo muy amplio, como el que estos
últimos prestan.
El tenor textual de las palabras del P. Sepp se presta tanto a
la una como a la otra de ambas interpretaciones. Señalemos a favor
de la propuesta por el Dr. Caviglia el empleo de la palabra "caba
nas" (32). Pero nos inclinamos a pensar, para esta vivienda de los
yaros, en un "paravent" o mampara de una sola pared (fig. 2), por
ser éste el tipo dominante en los pueblos de la cuenca platense que
lo usaron en sus zonas más septentrionales, y en poblaciones brasi
leñas de cultura también bastante tropical (33), a los que conside
ramos más vinculados con los charrúas, y con éstos a los yaros, que
a los patagónicos, y porque las expresiones "extendida al aire" y "entre
dos árboles", que se emplean para mostrar cómo se instalaba la ha
maca del cacique yaro, sugieren que el resguardo de pared de junco
era mínimo y no formaba un ambiente ni medianamente cerrado. Nosólo alejan la idea de estar la hamaca rodeada de paredes, en cuadro
y ni aún siquiera en disposición abierta, sino también que, aunque
se quisiera pensar que haya podido estarlo, cuesta imaginar que dentro
del breve recinto delimitado por ellas cupieran, todavía, dos árboles.
Por el contrario, el contexto del documento parece indicar que el ca
cique no estaba protegido de los animales sino por dormir alejado del
suelo. Y, a mayor abundamiento, un indio reclinado en una hamaca
colgada entre dos árboles y protegida del viento sólo por un "para
vent" simple es mostrado, cabalmente, en uno de los documentos ico
nográficos relativos a indios brasileños a que acabamos de remitirnos
en la nota 33 de esta misma página: el correspondiente a los purí.
Con todo^ si se tratara de una choza de tres paredes sin techo,
como cree el Dr. Caviglia, habría que decir que esta descripción de
Sepp relativa a los yaros confirmaría la de Lopes de Souza relativa
a los charrúas (lo que expresamos sin olvidar que Lopes de Souza noda el nombre de charrúas a los indios que describe sobre la margen
izquierda del Río de la Plata, si bien su identificación con éstos,
por razones tanto geográficas como etnográficas está impuesta ine
quívocamente). No estaríamos ya frente a una excepción yaro, con
su localización Uruguay medio, sino frente a un hecho charrúa gene
ralizado. Por ello, no descartamos totalmente la eventualidad de la
existencia de un segundo tipo de vivienda charrúa, consistente en
la ya aludida de tres paredes en cuadro sin techo y de junco tren
zado (fig. 3).
(31)Agregamos nosotros ahora que, sin salimos de un manual tan conocido y cómodo
como el Handbook of South American Indians, publicado por la Smithsonian Institution, Washington, 1946, véase, v. gr., el toldo ona de tres paredes en disposición
abierta, sin techo, y de cuero, t. I, pl. 37, inf., y el tehuelche con pared posterior
inclinad^ hacia adelante, que no deja, con todo, de oficiar en cierto modo de techo,
pl. 39, inf.
(32)En el original alemán "Hiitten", y en la traducción inglesa cit. "Huts".
(33)Véase, v. gr., siempre en el Handbook referido, el "paravent'" de los caingang pri
mitivos, t. I, fig. 56, y el de los purí, pl. 110, inf.
— 47 —
�•(buisiui b¡ ap Bjn;anJia 'Bpjainbzi joijadns ajjsd b¡ ug)
•BrujBqa BpuaiAiA ap 'opBzi¡Bjaua3 'stnn odu un —aiuajajip buoz ua X oijj ap
Baoda ua B¡¡anbB b jBiujijuoa Jod— aiuaui¡en)uaAa Bjjep sou 'BpuiuipB jas ap
'anb B[ 'ddag -j ¡ap uoiadijasap b¡ ap aSjns anb 'ojbá BpuaiAiA b¡ ap (bijÜiab^)
-jq ¡ap b¡) a¡qisod uoiaBjaadjaiui bjio b¡ jianpBj) zba b¡ b Bijpod X 'jo¡sa ap
SEip so¡ BJEd opsiinb oqaaj ¡a uoa EnjjBijj BpuaiAiA b¡ Bijinii)suoa X Bznog ap
sadoq ap ojauíjBui ¡a jod bisia b¡ Búas anb 'ojpena opuBiujoj 'Bjjand b b¡)bu
-iisap Bjajsa o ¡BnjJiA Bjjena eun X sapajBd sajj ap oqaaj uis szoq^ — • -aig
•(buisiui b¡ ap Bjnjanjisa 'Bpjainbzi joijadns au^d b¡ ug)
'ddag 'j ap uoiadijasap b¡ ap saABjj b oipaui XBiiánjQ ¡ap ojbX BpuaiAiA b¡ ap
sa¡qisod sauoiaB^ajdjaju; sb¡ ap Bun omoa a^jns anb X 'ouBaaA ap BpuaiAiA omoa
SBnjjBqa so¡ b aXnqiais ouBjjag anb '4i^uaABJBd,, o ajdmis BJBduiB]^ — -^ -^ig
�Volviendo ahora a la vivienda charrúa propiamente dicha, y a
la misma precisión, más arriba señalada, relativa al número de cua
tro postes, debemos decir ahora que tal precisión, admitida, además,
como hemos demostrado que debe admitirse, la existencia del techo,
descarta a la vez la idea de que la choza tuviera techo de dos aguas,
porque ignorando los charrúas, como seguramente tuvieron que igno
rarla, la técnica de la cercha o triángulo formado por dos lados oblicuos
o pares y un travesano que los une como base, llamado tirante (fig. 4),
Fi". 4. — Choza de dos aguas, que podría haberse construido utilizando el
sistema de la cercha o armadura, sistema que los charrúas ignoraron, como
todos los pueblos primitivos, por lo cual afirmamos que no pudo ser así la
vivienda charrúa. (En la parte superior izquierda, estructura de la misma).
técnica que supone un gran progreso en la construcción que ni si
quiera los griegos conocieron, la choza de dos aguas les habría exigido
por lo menos los seis postes de sostén que son inherentes al techo
de dos aguas sin cercha, a saber: dos para soporte del travesano cen
tral y más alto, que divide las dos vertientes del techo, y cuatro para
sostener los laterales, como puede verse en la fig. 5.
El techo era, pues, plano, y hay que suponerlo entonces inclinado
hacia atrás para evitar que la lluvia se empozase en él si fuese total
mente horizontal, o formase un charco que molestase la entrada si
fuese inclinado hacia adelante o aún hacia uno de los lados (fig. 6).
Damos en la pág. 53 un grabado de la obra de Famin a que nos
referimos más adelante, que ostenta este techo plano inclinado hacia
— 49 —
�•(buisiui bj ap BJnjanjisa 'Bpjainbzi joijadns ajjBd B[ ug)
•ojxaj p ua BBpsip sajuanj sbj ap saABj) b aiUBUituopajd b\ ouioj aájns anb
'sbjjb Biaeq opsuipni ouB[d oqaa) uoa 'soaunF ap BnuBqa BpuaiAi^ — '9 -oi^
•(Buisítu bj ap BJiu.in.u8a 'Bpjambzr joijadns ajjBd
bj ug) •BnjjBqa BpuaiAiA bj B^sa Bja oaodniB) anb soiubuijijb anb oj Jod
'jBundB soniapod son ou 'ajuainSisuoa jod 'anb jap A. 'BnjjBqa BpnaiATA bj
BJBd uBjBuas ojxaj ja ua SBpBjia saiuanj sbj anb ojatunu 'oJiBna uoa ojjaaBq
ajqísod Bjanj anb uis 'saisod sias oqaai ja jBuodos BJBd opijanbaj bijcjeij
o Bqajaa bj asopuszijun ou 'anb SBnSB sop ap Bzoq^ — -g *oig
�atrás en una choza doble de cuero, mostrada como vivienda pata
gónica del siglo XIX (lámina I). El arquitecto don Juan Giuria nos
dice haber visto el techo plano inclinado hacia atrás en chozas de
Santiago del Estero, y el profesor paraguayo don Guillermo T. Bertoni nos amplía esta misma observación llevándola desde el Chaco
santafecinq hasta Tucumán, siempre con materiales vegetales.
1 Azara, ^n sus viajes de 1784, describe a los charrúas bajo la
impresión fresca de haberlos visto y oído describir por primera vez,
y anota: "Habitan bajo toldos de esteras" (34). Pero estas páginas no
vieron la luz hasta que Mitre las publicó en 1873 con el nombre de
"Viajes inéditos", y este libro, con ser una fuente preciosísima, pa
rece ignorado por la mayoría de los autores que citan a Azara, y es
porque, entre tanto, habían alcanzado enorme difusión los "Viajes
por la América Meridional", del mismo gran aragonés, compuestos
muy posteriormente, viajes que Walckenaer publicó en 1809, y que
infinitos autores, incluso nuestro Figueira (35), han copiado y aún
siguen copiando. Ahora bien, la descripción de los charrúas que da
Azara en esta otra obra parece mucho más cerebral, más construida,
pero menos pintada sobre lo vivo que la otra, y es en ella que dice,
olvidando lo que había visto y escrito veinte años atrás: "Ignoro cua
les eran sus antiguas habitaciones, cuando no tenían pieles de vacas ni
de caballos. Las que tienen hoy no les cuesta mucho trabajo cons
truirlas. Cortan de cualquier árbol tres o cuatro ramas verdes y las
encorvan hasta clavar los dos extremos en tierra. Sobre los tres o
cuatro arcos formados por estas ramas, y un poco alejados los unos
de los otros, extienden una piel de vaca y he aquí una casa sufi
ciente para el marido, la mujer y algunos niños. Si es muy pequeña
se construye otra al lado. Cada familia hace otro tanto. Se compren
de bien que no pueden entrar más que como los conejos en su agu
jero. Se acuestan sobre una piel y duermen siempre sobre la espalda,
como todos los indios salvajes. Es inútil advertir que no tienen sillas,
bancos ni mesas y que sus muebles se reducen a casi nada" (36)
(fig- 7).
Azara decrihe aquí, pues, en cuanto a la forma, y para este se
gundo período de la vivienda charrúa, que parecería haber abando
nado los juncos para cubrirse de cueros con la introducción del ga(34)Viajes inéditos de Don Félix de Azara desde Santa Fe a la Asunción, al interior del
Paraguay y a los pueblos de Misiones, con una noticia preliminar de Bartolomé
Mitre, Buenos Aires, 1873, pág. 177.
(35)José H. Ficueira. — Los primitivos habitantes del Uruguay, en "El Uruguay en la
Exposición Histórico-Americana de Madrid", Montevideo, 1892, pág. 144. Ibidem,
en separata, pág. 30. Figueira añade allí a los datos de Azara estos otros: "Las
dimensiones de estos toldos eran de 180 centímetros de largo, 60 a 90 de ancho,
y otro tanto de altura", y da como fuente de estos últimos la siguiente: Eduardo
Acevedo Díaz. Etnología indígena, "La Época" de Montevideo, Junio de 1891. Ahora
bien, no obstante nuestras búsquedas prolijas, no hemos podido hallar en la colección
de "La Época" comprendida entre 1890 y 1891 otro trabajo de Eduardo Acevedo
Díaz sobre charrúas que el que citamos en la nota 97 de la pág. 70, en el cual
no se hace referencia alguna a estos datos ni a otros de naturaleza etnográfica que
Figueira atribuye al mismo en la pág. 146 de su op. cit.
(36)Azara. — Viajes por la América Meridional, ed. Calpe. Madrid, 1923, pág. 44.
— 51 —
�^s —
•69-891 •sS?I '9^61
'qaixpuajj ojp^j ap -dsa -pBJi 'vatjawy ap vi8o¡oui^ — -ouaaasoiH^ HaxTV^ ()
un ap sajqum^soa aaaijaj aouas oqaip anb bj na 'zbtq opaAaay op
-JBnpgj b oauBjo^ ojsapoj^^[ ug jap bjjbo bSjbj Bun ap bjbji ag 'aaDBq b
sotUBSBd o^Biparaui ap anb uoiadxjasuBJj bj souiaqap Bza^^uaS BXna
b Á 'BiSo^oanbay bj ap soSxuiy ap pBpaiaog b^ ap BA^aajiQ uoisuu
•3 BI 9P ^lii9p9^ upisas ua o^a[ o\ uamb 'sBiíaa^ ap so^B^ *ag ja
Bajoa opinSuusip oajsanu b sopiqap 'BiauaSiA jBniaB Á oiuairaxjqna
-sapaj ns B^ssq opBpiAjo oíaauBUuad sand 'opiaajaj oub jap ajquiaij
-as ap 9^ ja 'oapiAajuoj^ ap 'nood^ vj oiJBip jap o^auínu ja ua znj
bj oía uaiq is 'ounSjB ofBqBJ^ ua opBiía opis Bq sbuibí anb 0681 ní)
opBoijqnd ojuatunaop ouiisisoiaaad un ua Bjdxjasap a^uauíBaoAinbaui
•(Binsira
bj ap BJiuanJisa 'Bpjambzi joijadns ajjüd bj ug) 'onnaBA ap ojana un uoa
Biaaiqna 'oai^pujjiaiuias oqaa} uoa bpbSjbjb awiaojijndna bj sa :jmioiptja^^
vaiuawy vj uod saíoi^ sns ua BJBzy jod Bidiaasap enjjBqa BpuaiAij^ — *¿ ~oi
'BquBpjBg ap souiajaA anb bj ua Á 'BJBzy ap Á xioAajJBij^ ap
'o^sia sotuaq anb 'sauoiodijasap sbj ua otuoa 'jatd ap ou Á Bfsd ap xnbB
uos anb 'soqaaj soj ap jb is oaad 'oqaaj jap jBijajBiu jb OAijBjai
ounSjB ojBp uis ajuauíajqBjuauíBj anbunB 'Banjana^sa buisiui Bjs^
•Bauauíy ap sbu
-aiput sojqand soun^jB a^uauíBAijaaja uojBsn anb BpuaiAiA ap odij
*(¿g) ttoaiapuxjioiuias oqaaj uoa BpsSjBjB aiuaojijndna Bzoqa,, Xoq buibjj
as ajuaiuBaiuaai anb oj ^afBiuojoa ja Á Bjsxnbuoa bj aiu^anp op^u
��'88"¿8 •^?<^ '^^Píqi (Ot)
•02 '^ed 'pno^^s amoj '68I '8íJBd 'ttjvotuauiv atutuoi/,7 'AN3iHH()tG[ 'V (68)
'0681 aP Jqnraiias ap 91
-9^6 0*^ 'AI 5B 'BD0^3 BX> 's^n^wip sojpuj so^
anb JBuuip somapod 'unB sbui 'X 'soaiun so[ uojanj 'Bpipnp uotouaui
a^du) ns ua XuiqjQ4Q unSas opBsn oaiun p ouioo uaiqiuB)
anb X 'aiuaaaqui apas 399 JBd BJBzy 9p uoiodiaasap B[ U9 9nb
ap ^BijajBín p tu 4oaiapuj^iaiinas oqoaj ap 'buijoj Bisa tu
'oidiaasap souiBCap anb
BnjJBqa BpuaiAiA ap odti jaaaai p 'ajsa uoa 'uBjnSijnoa X '4jBuoipija]^[
Bawaray b^ jod safBi^,, so^ ap Bjszy p uBtajijuoa 'pijaiBtn p o^u^na
ua XuStqjQ4Q X Bjnianj^sa b| b oju^na ua oauBp^ anb 'aiaap e^
• (oaana ap ^da^a ofBq naA^) (\f) 4tJíní> aP
sap snos juaAiA S[i?? ta^uatapuij 'j^ *(asjauaiap najainb anb no
^o\ sopo) na ojana ap SBdjBa uaXnxisuoa as so|p ouioa ^oaii
-pa p 'notaBaABn b^ 'Basad B[ aaaonoa uis 4bzb3 b^ ap oms uaAp on
'sopunqBSBA uos so^^ orao^ ísaiuBpqniB a^namBnnpnoa SBdraB^ so^ ap
sb[ b oqanm uaaajBd as sajqranjsoa sng) • (Qf) 44JaiajJB4s juapaA sp no
'xnap sa^ snoi su^p Jiña ap saina) sap luasmaisuoa as sp 'xna auimoa
íajnpna B[ 'uopBSpBU ^\ 'aq^ad b^ ajipnuoa subs 'ass^qa ts\ ap anb
inaAiA an 'suoqBÍoBA )uos sp xna oniinos ^suBpqniB )uauia[pnni)noa
SBduiBp sap sa[pa b dnoan^aq lua^qniassajc sjnaoni sana^^^ :sBnjJBqa
so^ b ainaniBps Bioqs asopuaiaipj X 'zaA bjjo i (sapniíus ap sapid
ap SBdjBa ofBq u^aia X 'sainBjja 'sopunqB^BA ainampiauasa nos sbiuj:
-Bq^ so^ 'saqapnp so^ 'sauoB)Bp so[) (5^) 44xnBminB4p xnsad ap saina)
sap snos iuoaia ia 'suBJja 'suoqB^BA inamapapnassa )uos SBn^iBq^) sa^
'saqapnp sa^ 'suoSbie^ sap • •„ :zaA Bun 'oioaja ua 'aoiQ "Bzoqa ns
BnjJBqa p jod opBzpiín p oraos 'oAisnpxa ap jaiaB^Ba p uoa
p 'XuSiqaQ4Q jod 'saaaA saj) jod X 'op^puas uaiquiB) sa
ns b BAiiBpj upiaBoipui Bpo) ap bijbj b^ sa JBiuauíB^ anb X^q anb
o\ 'ainauíBSjaAui 'zaA Bisa anbunB) puaiBni oraos ozano p j^
•ot^butSijo Bjpaid ap opiqona pp ainaniBAiiiuiiad oppBA
asjaq^q X sa)UB ap pnaAOjd Bupod sand 'oadojna p)namnj)sni pp
noiadopB b^ noa BppBu 'BAann Baiuaa) Bun ainaniBiJBsaaan anodns ou
biiCubz B[ J99Bq BJBd o[pqana pp oa^dma p anb somBjaptsuo^
*(gg) t4sopamnq n^qBisa opuBna UBqBAonaj anb SBfBd
o SBÍoq ap oqaa[ ns X BnB p Bjaijjoa anb BJBd opiqana b Bqaaq
'jopapaa p b)iCubz ainaxpuodsajjoa b^ 'BiajJBO ap soppi onioa Bp^anb
-jb buibj ap soiiqanBJ sns noa :oAi)imijd opBisa oíaapad na Bijap
-pi Bsa Bqsisa oiuaimiaa^Bisa pp oJiauícqr^ nn yw :Bsaj9)ni son anb
aijsd b^ ua isB aoip 'Bi^opanbay b^ ap soSitny ap pBpaioog tb\ jod
9A9jq ua opB)ipaaj Bjas X omtstsuaixa sa anb 'omamnaop ^^ #Buiai
p opBuoioijB X aiuaipiui 'opBJisnji ajqmoq un ap pBptaBBS bj X
uppuaiB bj uoa sopBAjasqo X 'so^p uoa 'isbo 'jiatauoo piiiuuad a^ anb
o\ 'Bqsiuanaaaj oouBpjj 'Jg p anb BiouBisa 'ppB^[ zb^ uinbBof uoq
ap BpuBisa v\ ua 'oquiajBnoBj^ ap Bajaa '¿ggx ^ omsiui p oía so^
ouioa sa^B) 'adag anbiaBa oxdoad |a uoa ubtaia anb SBnjJBqa ap
�ni siquiera fueron los dominantes ni aún para la etapa de la historia
del charrúa posterior a la conquista.
En cuanto a la forma, porque aún mostrando el uso del cuero
como material para el techo (cuero que aparece con su pelo intacto
exhibiéndose por fuera), un grabado de comienzos del siglo XIX nos
pinta a los charrúas teniendo por vivienda una estructura total
mente cupuliforme, es decir, no alargada sino de base redonda y
sin techo semicilíndrico, sino hemisférico pero de tendencia conoide,
de mayor altura (superior a la de un hombre), y lograda por la in
serción en el suelo de varias gruesas ramas que se van curvando
hacia lo alto para juntarse en un solo ápice central, y cubierta de
cuero sólo en las partes media y superior, es decir, dejando un es
pacio vacío a partir del suelo hasta una altura desigual de medio
metro a un metro, aproximadamente, hacia arriba. Se trata de un
dibujo firmado Gallino, que desgraciadamente no es el pintor italia
no del mismo nombre que vivió en Montevideo a mediados del siglo
pasado, porque, de haberlo sido, podríamos tomarlo como a un po
sible testigo de vista, dibujo inserto en la obra de Giulio Ferrario,
"H costume antico e moderno de tutti i popoli", tomo II, publicado
en Milán en 1821, y que puede verse en colores, fuera de texto, entre
las páginas 234 y 235 de la misma. Ferrario atribuye en el texto,
mediante una referencia de la pág. 235, este grabado a la vivienda
charrúa, pero cuando habla de ésta, copia mecánicamente a Azara
en su segunda versión, recién citada, de la misma, pues describe la
cupuliforme alargada de techo semicilíndrico, que no corresponde al
dibujo, y ello conduciría de primer intento a rechazar la autentici
dad de este último. Sin embargo, como la choza cupuliforme pura
aparece claramente descripta como vivienda charrúa por Dumoutier
en documento que más adelante acabaremos por aceptar luego de la
necesaria discusión y nos llevará a admitir así en la choza en forma de
colmena el cuarto tipo de vivienda charrúa, el grabado en examen
la confirmaría, y es por ello que una prudente reserva nos obliga a
admitirlo, aunque con las necesarias dudas, como posiblemente toma
do de algún apunte de viajero que verosímilmente lo sacara del na
tural. Damos a nuestra vez una reproducción fuera de texto de este
grabado (lámina II).
Otro grabado, que figura bajo el N. 6, como charrúa, en la
obra "L'Univers. Historie et description de tous les peuples", etc.,
tomo caratulado "Chili, Paraguay, Uruguay, Buenos Aires, Patagonie, etc.", de M. César Famin, edición de 1856, grabado que damos
también fuera de texto y luce al pie los nombres de Danvin como
dibujante y Branche como grabador, que ninguna autoridad espe
cial confieren a la obra (lámina III), reproduce exactamente esta
choza de Gallino sin la menor modificación, aunque introduciendo
cambios en los personajes del cuadro (personajes de líneas griegas y
no indígenas, por otra parte) para lograr otra composición artística.
El propósito de respetar fielmente tanto la forma de la choza como
el material de cuero con que está cubierta, manteniendo intactos
hasta los detalles de la cabeza y la cola colgantes del vacuno, se hace
— 55 —
�— 9S —
pp
SBtn ajuaniBpBjaipj somiiojaj son snb b oqapjBji;Y a^IP?3 Ia BJisiuinms anb BnjjBqj
la ja ajuauiBjos ajopuaipBue 'j¿ *9Bd 'BpBjp ejqo emsiin bj na ONvaaag Jod opej
-nnijoj oijduiB sbui oun ap 'ajuainSis BuiSed bj ua soniep anb oapBna ja opemoi somajj
^89 '3Pd
'96I '^dbjbj 'XvnSnjfi jap mowaojj onSpun vj ap mfvjSoui^ — •ONVHHag omoiNy
'ff 'Sed '*iia ^pa 'jDuoipiJaj\[ vaiiauiy vj -tod safüi^j — 'vavzy
"StZ "3?d 'II l 'oixaj ja ua -|ia -do 'oiavaaa^ ormif)
uoa g 'BUBqa jap sajuajBAinba sns uoo sejqBpd g souaní o^ jod 9p
pBptjuapi isbd a anb bzubfainas Bun bCojjb 'SBOBXBnS so^ ap sajuaxp
-uaasap sapn^aB '(gf^) sSubSuib^j so^ ap p uoa oipip a^uauíBido^d
Á BouanS 'BUBqa soidBpqBaoA so\ ap upiaBJBdmoa Bq (o'g
- BnjJBqa - BUBqa - BdmBd oatuja odnj un ap Bpuasaad ua sbz
-inb soiuBiJBjsa,, anb ap sisa^odiq B^ opBajuB^d Bq ouBjaag (o#^
•p ap Bjanj ou ojad 'BnjJBqa pp uoxaBjxqBq ap buoz b[ ap ouBfa^
sbiu jopadns otuajjxa p ua Baopa sou BJBzy ap uoiaBzipao^ biusiiu
Bjsa unB 'oS^Bqiua uig • (rapjBn^ p sa Ávi^n^) oij p anb soraau
-odng) '(f) 4tajao^[ p BiaBq ^BdBn^ ou p ^psap,, Bja XBnSnjj^ pp
a^uauo p BpuaiAiA ns anb 'BJBzy oiqíuBa ua ozxq o\ oraoa 'JBztpmund
otiieuo oaad 'siBd oj^sanu ap pnias oiio^iua) otdoad p ua 'jo.ua jod
Bpnp uis A 'uoxoBaipui Bjaiuud ns ua 'sBUB^BnS so^ b 'sand 'szipa
-o^ ouBJja^ 'SBUjaid 8B[ ap saau^Baia sbj 'sbj^o aj^ua 'sBnjasqa so^ X
sojp aa^ua SBzuBfatuas sbuba opu^puas 'snduo^ pp Biuopa bj ap Bq
-ujb SBiu oqaniu 'bubjb^ jap ajuauo jb sopBnjis sanbsoq soj uaiquiBj
UBdnao anb X 'XBn^njj^ jap ajuauo jb sopBn^is sanbsoq soj aa^ua
SBUBXBnS soj anb aaip 'BJBzy b opuain^is 'oiJBJja^ (o*j;
rojaaja ug 'BtujBqa ofajdxuoa ubj jb uoianq
-ijjb ajqísodiui ou ojad Bsopnp ap BaijBjSouoai ajuanj omoa opBqBj^
ajsa uoiaBJapisuoa ua jbuioi Y/1/ r)u}ul'9l oiuoa 'o^xa^ ap Bjanj zaA
BJ^sanu b soiuBp oj osa jod X) oun^jodo aaajBd sou 'uaiq Bjoqy
•(^iujBd ap SBÍoq uoa SBUBqBa sns
uajqna) (^f) t4BiujBd ip ^ij^oj ip auBdBa ojoj aj ouojdoa,, 'BpuatA
-ia bj ap buuoj bj b asjuapj uis X 'ojaadsB ajsa ua 'ajuauíajdtuis
'aaip sauaxnb ap 'sBUBX^n^ soj b 'ojxa^ ja ua 'oiJBJjag jod Bpjnq
-ij^b sa anb Bzoqa 'BiujBd ap SBfoq ap ajuaiuBAisnjaxa Bqaaq X 'jbj
-a^B^ B^jand uoa X ojans ja BjSBq BpBJjaa 'Bfsq sbiu oSjb anbunB ara
-jojxjndna a^uaiujBjoj uaxqiUBj Bzoqa Bun BJisaniu 'gf^^ X ^^ sBui9i?d
sbj ajjua opB^ia oiuoj ja ua o^xaj ap Bjanj opBjBajajuí 'ouijjb^) oiusiiu
-isb opBuuij X 'oiJBJjag ap Bjqo bj ap sajojoa ua opBqBjá ojjq
•ajsa ap bj ap ajuajajip b3ijbjou
-oat ajuanj Bun oiuoa BjJBJapxsuoa ap 'ajuainSisuoa ^od 'soiuauajsqB
sou X 'ouijjb^^ ap bj ap \ZSI 9V B^3aJ ^iusiiu bj BnjJBqa BpuaiAiA bj
ap BaijSBjd uoisjaA Bjsa b 'sBqaip sauozBJ sbj aod 'soiuinqijjB 'Of-81
ua upxaxpa Bjauíud ns ua opBaijqnd anj uauínjoA ajsa uatq tg
¿ajuBUBA jouaiu bj uoa uiib iu jbaouui ap oAnjsqB as
sojBp sojjo ap opuaiaajBa X 'ajuBfnqip aaiuud jb opBjuaiunaop uaiq
jauodns b pjtuiij as o 'bjjbj3JJB ostnb ou osa jod X isb ajuaiujBaj Bja
Bzoqa bj anb ajuBfnqip OAanu ajsa ojaaja ua Biq^g? -ajuapiAa
�����otras tantas del guenoa y 1 con otra charrúa, semejanza que en el
peor de los casos, es decir, si no se admitiese que el guayaná formara
parte del gran complejo charrúa, debería interpretarse como producto
de préstamos o aculturaciones, y otro tanto podríamos decir, enton
ces, de las analogías etnográficas.
Castellano
vosotros
si
padre
tu (posesivo)
nuestro
hoca
el (artículo)
ser
^
ser hecho de }•
tal cosa j
frío
en
Kaingang .
en
ha, ham
iong
en, am
ein, en
ientkü, etki
Guenoa
—
an
on
—
•—
Chan
—
eme
am
—
hek
ti
ten
—
ten
kujate
te, ke, gan
rahate
ti
—•
Charrúa
em
kan
—
gue
Debemos señalar, asimismo, que la voz ein, que en kaingang sig
nifica, como se vio, "nuestro", coincide con la terminación del nom
bre de dos caciques minuanes: Maulein y Saltein (46), y es casi idén
tica a la del toponímico Cuareim, de la zona minuana a la vez que
guayaná (47).
4.) Pueden señalarse además, como vimos, semejanzas etno
gráficas entre guayanás y charrúas, que el propio Ferrario recoge de
Azara, tales como las de practicarse heridas en brazos y piernas (48),
semejanzas que, dada la precisa localización de Azara, debemos re
ferir a los guayanás del oriente del Uruguay, que no son guaraníes,
como lo demuestra el idioma de sus actuales descendientes, los Kaingangs, que acabamos de citar, y no a los del alto Paraná, que son,
todavía hoy, un grupo guaraní.
5.) El nombre "guayaná" es muy semejante, por una parte, al
de "guana" (y no es imposible que los guanas de Azara sean los guenoas, pues de otro modo sería inexplicable la ausencia total de una
mención siquiera de pueblo tan numeroso e importante como éste en
la obra de aquél) ; y por otra al de "Guayaná", zona de habitación
fundamental de las culturas arawak, a que pertenece, por lo menos
(46)Manuscrito de la Biblioteca Nacional de Río de Janeiro, del que Aurelio Porto
transcribe preciosos fragmentos en su monografía Primtiivos habitantes do RíoGrande-do-Sul, publicada en "Instituto Histórico e Geográfico de Rio Grande do
Sul, Brasil", Annais do Primeiro Congresso de Historia e Geografía Sul Rio-grandense, Vol. I, pág. 297. Porto Alegre, 1936.
(47)La terminación ein, por otra parte, es arawak, pues figura, y cabalmente, también,
como pronominal, aunque no para posesivos sino para personales, y no para la pri
mera sino para la tercera persona, en las voces alléin (él, ella) y kaujéin (ellos,
ellas), en el idioma kóggoga de la familia "arhuaca" de la Sierra Nevada de Santa
Marta (Colombia), según Rafael Celedón, Gramática de la lengua kóggoga, Paris,
1886, págs. 13, 14, 15, 16, 17 y 18.
(48)Azara. — Viajes por la América Meridional, ed. cit., pág. 45.
— 57 —
�8S
•f -Sed 'mapiqj
*8Bd **jp *pa 'jvuoip?jaj\[ votjatuy vj uod satm^ — -vHvzy
so[ A
x noo Bueq^ 8O[ b '>[bmbjb ouisiuiisb sojopiíBjapisuoa
j fi A gfr 'q 8Z O'M 't8^ ^ 08^ '8^ 's3?d 'Z #38BJ '161
'X "* '*J88 'AnoN ''JP ttIBnanor,, P n3 '^Dinvjv ajifiuvf vj ap snqijjqns ja snqut sap>d
•touiJd sap uoiinqtjjsip %a aunrüjauauiO^^j) nivih3hwvh^ *^ "y 'zba ns y '([[g '3Bd
'8^61 '8íJBd 'IIAXXX amo;l 'aP?S lPAtl0N 's^isiuBJijaray sap ajaiaog bx ap |bu
-jnof^ na 'j[BMBjy-oqiqBnf) ajBdtuo;) ajiBxnqsao^ -jj aaipnaddy 'oqiqvnf) anbijsin^utj
ajjiutvf vj 'laAi^ *,j :asBa^) *8B80d sbx ap oiaaiuieaojua ajsa BJBd uoiaBJijiuáis ap
ajJodB un someraijsa anb O[ '^bmbjb BaijsinSuix b¡[iiub^ b[ b sajuaiaaaajjad soj ajjua
'(BonanS bjjibjj bj ap sauBja sajqísod soj ap oun ouioa opEjajdjajuí Bas somauod
-ojd 'oapiAajuoj^[ ap SBianai^ A sapepiuEmnjx ap pBi]n.)Bj b| ap asuaiB¡doi}j iBJoji'^
jap Bfjojsiqaj^ ap osjna ojjsann na souiBJijdxa oj ouioj ¡b) 'BnjjBqa ofajdiuoJ ubjS
[ap [Biaos aopBziUB^jo B[ ap 'Bjipaui BiABpoi '[Buosjad upiadaauoa Ejjsanu na anb
sodnaS so[ ap oun ap ojaapjip [B 'aiaap sa) ^BUBná-euB^E^,, ¡b aXnjaui X3\l}j mvj
(os)
-BA BJ89 SOtn^jOUy 'BUBI^O p BJBd BJSBIJ X 'BOU9n p BJBd 'S9J9J3BJ
-B9 89^U9^9Jip UO9 'BJXO JBjd99B 8OUIBJ9ipnd SBZIIlb BJOl{y -OJbX p BJBd
BUIl SOUIIA 89^Uy *BnjJBl[9 BpU9IAIA B[ 9p S9pj9U9^ Sodl^ SO[ 9p OJJU9p
4BUBt[9 p X Bouan^ p 'eop BJBd SBzmb X 'odruS un BJBd
91UBIJBA BUn BJ999JBdB 4S9nd 'Z9A BJ^Q 'BJBZy 9p B
U9 8OUZ9J9A 9nb 'B^S9 U9 BAl^99p9 BpU9IAtA BUtl 9p
U9 9nb UTIB BJBp SBUI '89nd '8OUIBJIUO9U9 4Op9IAQ 9p 4tS
8O^ Ulg •ttSBI{IUIBJ 99Op B U9AJTS 8BSB9 8BJS9 o^jBqUI9 UIS X 4BJJ9nd B[
9nb Bjn^jgqB sbui tu Bp9Apq BJS9 gnb oanuí oj^o U9U9U ou5) 9nb b
-9jSb 4JtqtJ98UBJ^ b eotUBSBd 9nb uppdxjos^p B[ gp uopBnuiiuoo b 4otq
-UIBO U9 BJBZy 'BAp99p9 BJ9 9nb 9J9lSn8 9nb O\ 4nqiUTJ-BUBq9 4Jt99p
89 'nqutij BpugptA v\ b 4(,sotu9iuiBjjBdB,, BtnqijjB opgtAQ gnb soragp
-JO99^j #oq9tp 9^u9tuBtdojd BnjjBqo pp B[ BJ9 'otstA sotugq 'gnb jbij
-TtUBJ B^ 9p Z9A U9 BAI199p9 BpU9IAIA OUIO9 OIUSIUI O]^p Jod X '44O9IUO9
9JJ919 3^qop UO9 O9lJpUi^9ItU98 Oq99J 9p BpBSdBp 9UIJOJt[ndn9 BZOq9
ubjS^ ouio9 BpB9tisouBip uBUBq sou gnb Bjnjonjjsg gp S9jubijba
48BtngpB 'opugpnpoj^ut 489joXbui oqonuí sguoiojodoad Bp 9^ X 'opBq
-bjS OJisgnu 9p b^ 'otusitu o^p jod 4sg ou Bjp 4ogijpuj^i9iui9S oqggj
gp gtujojxpdno Bzoqo Bun ugtqtuBj BusnS p BJBd gqtjosgp g^ugui
-ppuB^sns gnbunB X 4bjb| BfBd Bun gp p outs 'ogunf pp p ogoduiBi
tu 4BJ9tupd B^ gp Bfoq v\ gp osn p apitnqtJjB uts 4 (JopBjqB-q zgqg
-uBg 4odui9tt ns U9 bX '9xu9tU9tugpiguiog oztq ofBqB sbui soutgjgA gnb
^\ b X ButSBd Bjsg gp 5^ bjou b^ ug sourepjoggj gnb uiBpgqutBq^
gp. uotgBoijijugpi b^ b souiejsg ts 'BUBqg b^ o BougnS uopBjtqBq v\
9tu9ui[Bnxu9A9 'jiggp 89) 9js9 gp uotOBttqBq B[ gqtjgsgp X BUBn^ pp
BUBXBnS p gnSutjstp BJBzy otdojd p 'gjuBjsqo o^^ *ouqp^) 9p ofnqtp <*"
p uog ojggdsB 9^sg ug Bpjgnguog gnb o^ 4(XS) 44BJ9inpd gp SBfoq gp
SBjjgtqng UBjsg sszoqg sns^, gnb 4Btsg gp X 4(0S) sjdnj so^ gp B^ sg
gnb BJBzy gotp ops BUBX^nS BpugtAtA v\ gp 4ojBqut9 utg (0*9
•Bnjj^qg p uoo uijb
odnjS un gp BpugtAtA bj BJBd (sBgtjBtuip X SBotjBjSogS SBtougjgjip
8B^ gp Bsnsg b Bpnp uts 'soounf ou X Btupd) |bj99a opBzugjj gp jbij
-gjBtu [9 4ojjo jod X 'jBpojto gs^q gp guuojtpdng Bjnjgnjjsg B[ 'opB^
un jod 'BtJBiujijuog sou 'ojxgt gp Bjgnj 4z9A Bj^sgnu b 4gju9tuxBn8i
sotupnpojdgj gnb X 'soutBuiuiBxg gnb opBqBjS ^g 4sbijbs9D9u sbaj9s
-gj SB^ uoo opBtuojj^ '(6^) ^njjsqg ofg[dinoo ubjS p '
�liante, por consiguiente, sin olvidar el toldo guenoa cuadrado con
lecho y claramente familiar, de Xarque y Charlevoix, no como un
tipo más a agregar con seguridad a los que venimos precisando dentro
del gran complejo charrúa, sino como uno más a incluir sólo eventualmente en la tipología, sin duda múltiple, de la vivienda charrúa.
Véanse, ahora, las palabras de Azara describiendo esta vivienda:
"El plano topográfico de cada casa se reduce a dos líneas para
lelas, de ocho varas y media de largo, separadas una de otra por un
intervalo de cuatro varas y cuarto y terminados en cada uno de sus
extremos por un semicírculo. Clavan en tierra, en la dirección de
cada una de estas líneas paralelas, ramas de árboles, que encorvan,
y añadiéndoles otras, que amarran fuertemente por sus extremos,
constituye el conjunto una serie de arcos, a un pie de distancia unos
de otros; amarran en seguida otras ramas horizontalmente, cruzando
estos arcos a la misma distancia, es decir, a un pie, y recubren el
total con paja larga que reúnen en los campos y que amarran fuer
temente a las ramas; todo lo cual forma una bóveda cilindrica que
se extiende de una de las líneas paralelas a la otra. Cierran los ex
tremos con ramas de manera que formen una bóveda cónica en cada
uno, y que ellos reúnen a la otra, la cual, como acabamos de decir,
es cilindrica" (52). Damos dos intentos de interpretación gráfica de
esta vivienda: uno con el vértice del cono hacia arriba, en que el
medio cono terminal pasa a ser necesariamente un cuarto de esfera
(fig. 8) y otro con el vértice hacia abajo, en el que la planta semi
circular de los extremos a que alude Azara se transforma, también
por necesidad geométrica, en triangular (fig. 9).
Y, por su parte, Sánchez Labrador, sin describir su forma, dice
a su vez que los chañas le edificaron, a su pedido, una choza, de la
que expresa: "Las paredes y techo eran esteras tejidas de unos jun
cos que llaman Boqui y se levanta a la altura de unas tres varas" (53).
Esta choza chana, que desde luego no podía ser colectiva porque es
taba destinada sólo a habitación del jesuíta, estaba en el pueblo de
los Layanas, que, según el mismo autor, pertenecía a los chañas (54),
a quienes identifica, a su vez, con los guanas (55). Era, pues, para
nosotros, tanto una vivienda chana como una layana-guaná, y, por
consiguiente, dadas estas identificaciones que hemos venido haciendo,
y especialmente lo que expresamos en la nota 49 (pág. 58), una
vivienda guenoa, aunque sin duda de pequenez excepcional.
Manejada con la misma prudencia con que acabamos de hacerlo
en cuanto a sugerir la posibilidad de ensanchar nuestras actuales con
cepciones sobre los límites del gran complejo charrúa con la inclu
sión en él del guayaná, y por consiguiente de confirmar nuestras no
ciones sobre la vivienda charrúa con las que se conocen sobre la
vivienda guayaná, esbozaremos ahora, a cuenta de someterla en opor
tunidad a los rigores de la crítica propia y de la ajena, una hipótesis
(52)Azara. — Viajes por la América Meridional, ed. cit., pág. 51.
(53)J. Sánchez Labrador, El Paraguay Católico, ed. Buenos Aires, 1910, tomo II, pág. 269.
(54)Ibidem, pág. 266.
(55)Ibidem págs. 267 y 331.
— 59 —
�•(erastm bj ap Bjnjanjjsa 'Bpjainbzi Joiaadns ajjBd bj ug) -ofBqs epeq
ouod jap aaiijaA ja opneao^oa Bzoqa Bmsim b{ ap uoiaBiajdjaiuj — '5 'aig
'(boisioi v.\ ap Bjni.injjsa 'npjambzt joijadns a]JEd b[ ug)
•ojiuaa ^a ua o otuaJixa un ua asjBjjBq Bjqap uoiaBaiqn ns is asjejou^í jod
aaaJBdB ou Bijand Bg -Bjajsa ap ouena un buijoj anb 'BqiJJB Biasq ouoa
jap aaijjaA ja opuBaojoa 'oaiuoa ajjaia ajqop X oaiapuijiaiuias oqaai uoj bjjbS
-jbjb auijojijndna Bzoqa ubj^ souibiubjj anb bj b 'BJBzy Jod Bidiiasap 'BfEd
ap (¿BUBqa?) (¿Bouan8?) vuvnS spuaiAiA bj ap uoiaBjaadaajuj — *g -3ig
�más de ensanchamiento del gran complejo charrúa, atribuyéndole
también el grupo brasileño bororó. Nos tienta a hacerlo así, en pri
mer lugar, la semejanza entre este nombre y el del toponímico Po
roró, del Departamento de Lavalleja, el cual resultaría inexplicable
si no pensáramos en que fue impuesto a la región que todavía lo
lleva por alguno de los grupos indígenas que vivían en nuestro país
o de los que lo visitaron. Y dentro de estos grupos, no se le puede
encontrar ni una raíz guaranítica, como la que ostentan la mayoría
de nuestros toponímicos (a menos que pensásemos en la onomatopeya
guaraní "pororó", alusiva a la crepitación, y con ella a la comida de
maíz que por crepitar en el fuego es llamada así, onomatopeya que
carecería de sentido y de fuerza para explicar un toponímico de la
geografía local), ni una raíz pampa, como las que en uno que otro
ha podido señalarse. La imputación al charrúa parece, pues, indicada,
salvo que se admita una penetración esporádica y fugaz del bororó
como elemento intrusivo extraño al charrúa mismo. Pero es que, en
segundo lugar, nos tienta a incluir al bororó dentro del gran com
plejo charrúa, el parentesco que al bororó reconocen actualmente los
etnógrafos y etnólogos dentro del común denominador de los pueblos
gés del Brasil oriental, precisamente con el kaingang, descendiente
del guayaná a que acabamos de referirnos (56). Ahora bien, aunque
<56) Puede leerse en S. Perea y Alonso, Inventario del acervo lingüístico conocido de
los indígenas de la Banda Oriental y de las tribus afines de las regiones adyacentes,
con notas sobre ciertas costumbres de dichos indígenas que señalan notables coinci
dencias culturales con otras tribus del grupo lingüístico arawak, ("Boletín de Filología",
Montevideo, t. II, N. 12, Setiembre de 1939, pág. 618, y Filología comparada de las
lenguas y dialectos arawak, t. I, Montevideo, 1942, pág. XCIV), el siguiente párrafo:
"Celedón (39X) nos dice además, que "EL ARHUACO (que tal es el nombre
genérico que damos a todos los indígenas de la Nevada [Sierra], [lleva], colgadas
de los hombros, cruzando espalda y pecho, cuando menos dos mochilas de variados
colores, tegidas por la esposa, en donde guarda el HAYO [coca], el AMBIRO
[tabaco] y el PORORÓ [recipiente de la cal], que le sirven para entretenerse en
la mayor parte del tiempo y para saludar cuando encuentra algún amigo". Y la
nota señalada (39X) corresponde a "Celedón (Pbro. Rafael). Gramática de la
. lengua kóggaba. Paris, 1886, ps. V, X y passim".
Sería tentador, entonces, añadir a lo que expresamos en el texto, que, en tercer
lugar, el hecho de que la voz pororó es arawak y significaba entre los antiguos
"arhuacos" de la Sierra Nevada de Santa Marta, que son los estudiados por Celedón,
el recipiente de la cal, y de que la masticación de cal (costumbre de origen polinésico, como es sabido) es señalada por Silva, según el Códice Vilardebó, como
costumbre charrúa, hace que la coincidencia lingiiístico-etnográfica, si bien no pre
cisamente dándose en el charrúa ni en el bororó aisladamente tomados, sino en su
correlación, es decir, entre el nombre de uno de esos grupos y una costumbre del
otro, tal como se la llamaba en el idioma de un tercero que puede ser tenido como
la raíz de ambos, aparezca estimulando más aún el ánimo a la admisión de la
hipótesis.
Pero el argumento es imposible porque hay error de copia en la transcripción
del Sr. Perea y Alonso. No es pororó sino poporo el nombre del recipiente aludido
(Celedón, op. cit., págs. X, XXII, XXIII y 71), recipiente que no es para cal des
tinada a la masticación, sino una "calabaza en que echan cal de conchas de mar,
para chuparla" (ibidem, nota 2 de la pág. XXII). Por otra parte, tanto poporo
como sus derivados popora, voz del verbo poporear, y el sustantivo poporeo, (ibi
dem, págs. XXII y XXIV), no son voces kóggabas sino españolas, aunque no se'
especifica allí su origen, pero sí el hecho, precisamente, de ser españolas: en efecto,
poporo figura como española y cabalmente con su traducción al kóggaba como "súggui", en el vocabulario español-kóggaba de Celedón (op. cit., pág. 71), y no aparece
en cambio entre las palabras kóggabas del vocabulario kóggaba-español que el autor
incluye en la misma obra.
— 61 —
�*Z8l "8?d '9^61 'oaixajn '*ip BjouBdss -pBJj 'voijawy ap vigojoui^ — •3H3H>idih5i aaxiv^ (^g)
'IS^ '^Bd "9^6I 'uojüiuiqse^ 'uo;jnj;;suj iiBiuosqiiuig z\ jod opB.>
-fiqnd 'tl8UBipnj ue^ijoniy qjnog jo jjooqpuejj,, ua 'o^ouoq aqj^ •— 'aiMo^ -jj xaaao^j (8g)
•cQg X •pos "sífod sbj ajju^ 'oixai
ap Bjanj 'XI ^ IIIA SBqainqd X SI ^U '¿Z ^?d '96I 'sub^ '(^ osb^) niAX
amo) 'auas ajjaAnof^ '^sajsiuBaixaniy sap aiapog B[ ap ¡Bu-mof,, ua 'pjojoq suaipui
tap ajviaos uo¡tvstuvg^otj ap apnjaj n uoi¡nq;j¡uoj — -ssnvaxg-iAaq aaavi^ (¿g)
'tn^auop i^B íeoiput oduid ^je anb op sienx jepouioo^ tnapod as oeu
epp ojjuaQ "soanoo souanbad sun^^B a BJjaj Biadojd b obs soi^BossB
no sbji}bd^b SBns se a 'Bjjod ap Bpoi aAJas apaasd BjjBnb y 'BAnip Bp
Bn^B jtajjoasa jBxiap BJBd 'SBJiajsa SBppaj s^p niBsn otdo^d sibui opd
apuo 'opsi^aj ap aAjas anb jopadns a^asd b a 4bsbo Bp sopB^ sajri 'jBtn
anb BpuiB 'uiBdBi sasaj ap sojnoa sunS^ a 4BnqBi b a)UBq[amas 4Bqpd
ap sBjiaj sBJiajsa ssuanbad SBinn ojbui op ojunf sazaA sbjbj a buijod
Biaaqoasap BiunS^ aaqos jbuijb uiBinnisoa sbsbo siaABpnuí SBns syM
: mob5b3jBinaQ Bp opixnnsa^j oijbiqw ns ua so|[a b asopuaiaipj ojaaja ua
aaip 'opB^ia oub \9 ua sauBnuiui so[ b oía anb 4BquBp^g ap asof 'jq
4^^niao<j ap BjopBOJBuiaQ uotsiuio^) b[ ap ojquiaiui ajjsn^i ^3
•op^oj ouisiui un ua —sojana so[
Á sBjaisa sb^— sojuaiuaja soqiuB aaaajBd jb UBqBuiquioa sauBnuiui
soj anb ua 'oAiiiuijap jas b o^ajj is Á ozuamoa opu^na somaqBs ou
anb 'opouad ja jBjdBa ajiuuad sou ^8¿T 8P OJl an
Á S^81 9P soiuauínaop sop^iaunuB soj JBuiiUBxa ap saiuB
•opijajaj soiuaq
sou anb b saiuanj sssjdAip sbj ap a^ans anb BpBjpBna bj uoa bjio bj á
4XIX I^Í8 ^P sozuaiuioa ap opBuotauatu opsqBji jap Bjnd auuojijnd
-na bj uoa apiauíoa Bun sajBna sbj ap 'BJBzy jod BjdiJasap bj ap saj
-uaaajip sBjnjanjjsa ap sodij sop un^as Á 'BpuatAiA ns Jinj^suoa BJBd
'ojana jb Biauajapjd uoa soaunf soj 'jiaap sa 'sBAijiuiijd SBaiuaai sns
opuBzijijn 4ajuauiajuBuiniop9Jd ouis 'BjajBJBd ojps tbá ou UBqBJaAas
-jad s^njjBqa soj gg8T ua ^ S281 ua ^iABpoi anbjod 'sajuBuiuiop soj
tu 'soaiun soj Baunu uojanj ou BJBzy ap uoiadijasap BpunSas bj ap
soj 'Btusiui biujoj bj b unB Á 'jBijajBui jb o^uBno ua anb ap 'BqiJJB
sbiu Bqaaq 'upiaBuuijB BJisanu JBaijpsnf b souiba *ajqBpnput biuj
-Bqa ouioa JBaijijBa somBpod anb oj b BJoqB opuaiAjoA 'uatq j^
•pjojoq jap sajBuoiaipBJi sbj outoa SBidijasap aiuauíBJBja 'sand 4uaa
'BUBiCsn^ bj ap bj anb Baijuapt uozbj jod ajqBaijdxa BuijBd ap
uoa Á 'BnjJBqa auuojijndna Bzoqa bj ap sbuijoj sop s^^
*(6S) u00}1}*11}!}0^1119^ oqaai opBuoiauaui b^ jap biujoj bj buioj
8999a SBun^jB anb X 4ojans ja ua ojnajta ua sspBABja BuijBd ap sBfoq
uoa aXnjisuoa as anb aiuuofijndno vsno bj ap JBjnajia ojijsa
ja opBAjasuoa Bq as pjojoq soj ap X sajBuoiJiuaidas a^ soj ap
-BjaA sbsbo sbj lia^^ i jaqa3joij^j aaip OJOJoq BpuaiAiA jBnjaB bj ajqos
anb oj asBdA 'opoi ajqos 'oja^ • (gg) SBnB sop ap oqaaj ap bj Bsopvnjj bj
BJBd OpuaiS 'JBIJIIUBJ B8B3 OIUO3 BUIJBd 3p B9IUO9 BZOqa Bun U9U9TJ
4Baas upiaB^sa bj ajuBjnp 'pjojoq soj anb aaip aiM-O^ '(¿g) 'sBnB sop
ap oqaai ap X JBjn^uBiaaj Bjuejd ap uos 4Xoq ap sajBtujou sauoiaanj^
-suoa sns jiaap sa 49g6X n9 ssnBJ^g-iAa^ jod nns m sopBipnjsa Bj^fa^
ap ojojoq soj ap sajBijiuiBj sbj oinoa sajqxuoq soj ap Bzoqa bj ojubj
�alí coman, alí cosinham, porérn mais limpias as tem do que ao seu
proprio corpo, que nunca vé agua, senáo quando lhe chove em cima:
a estos ranchos lhe chamam Toldo e ao seu ajuntamento Toldaría" (60).
(Acostumbran a armar sus mudables casas sobre alguna descubierta
colina y raras veces junto al monte. Unas pequeñas esteras hechas
de paja, semejante a tabúa, y algunos cueros de reses tapan, aun
que mal, tres lados de la casa, y la parte superior que sirve de teja
do, donde lo más generalmente usan esteras trenzadas, para dejar
correr el agua de la lluvia. La cuarta pared sirve toda de puerta y
sus alfombras o pisos son la propia tierra y algunos pequeños cueros.
Dentro de ellas no se pueden acomodar más que cinco indios; allí
duermen, allí comen, allí cocinan, pero más limpias las tienen que su
propio cuerpo, que nunca ve agua, sino cuando le llueve encima: a
estos ranchos les llaman toldo y a su conjunto Toldería).
Y tabúa es "nombre común a dos plantas de las cuales una per
teneciente a la familia de las tifáceas (typha minor) sirve para hacer
esteras" (61), o "paja de que se hacen esteras gruesas", etc. (62).
*''
—^) Vamos ahora a los documentos de 1825 y 1833.
El Capitán Silva, qu'e vivió en 1825 cinco meses entre los charrúas, escribió en 1841 en su preciosa memoria, que integra el hoy
llamado "Códice Vilardebó" y puede leerse en el Boletín de Filología,
húmero 6-7 (Marzo-Junio de 1938) : "Sus tolderías consisten en esteras
hechas con varillas de junco seco que van a buscar a los bañados y
que unen entre sí con cerdas de caballo. Estas esteras las sostienen
con horquillas de madera, puestas verticalmente, sobre cuya bifur
ión descansan palos transversales" (63).
Quedan los documentos de los que vieron a los charrúas en París
1833, y que Rivet publicó en su magistral monografía "Les derniers
Charrúas" en nuestra "Revista de la Sociedad de Amigos de la Ar
queología", volumen IV, de 1930.
Ante todo, debemos demostrar que eran efectivamente charrúas
para dar a sus datos la validez de fuentes, porque el historiador
Ángel H. Vidal ha negado que estos llamados "últimos charrúas"
(Ramón Mataojo, Vaimaca-Peru, Senaqué, Tacuabé y Guyunusa),
fuesen efectivamente charrúas (64). Se funda, substancialmente, para
(60)Manuscrito del Dr. Saldanha, cit. por Aurelio Porto en Primitivos habitantes do
• Río-Grande-do-Sul, en "Annais do Congresso", etc., cit., pág. 295.
(61)Simóes da Fonseca. — Diccionario Encyclopedico da Lingua Portugueza, huera
mente refundido por Joáo Ribeiro, Río de Janeiro-París, 1926.
(62)Diccionario da lingua portugueza, composto por Antonio Moraes Silva.
(63)S. Perea y Alonso. — Transcripción tipográfica y Exégesis filológica provisional
del "Códice Vilardebó", versando sobre la lengua y costumbres charrúas, en "Bo
letín de Filología", N. 6-7 (Marzo-Junio de 1938), Montevideo, pág. 10. Véase
además: Juan C. Gómez Haedo, Un vocabulario charrúa desconocido (Boletín ci
tado, N. 4-5, págs. 341-350), y S. Perea y Alonso, Filología comparada de las len
guas arawak. Montevideo, 1942, XLV-LVI.
(64)Al referirnos solamente al historiador Don Ancel H. Vidal como sostenedor de la
tesis de que los indios llevados a París por Mr. de Curel no eran charrúas, no ol
vidamos que Florentino Ameghino, en La Antigüedad del hombre en el Plata,
París-Buenos Aires, 1880, tomo I, págs. 465-471, había negado también que lo fue
ran, suponiéndolos cruzados con negro, y fundándose en razones somáticas para in
terpretarlos así. Pero como Rivet, con posterioridad a esta posición negativa del
— 63
�•f^ -3Bd 'ni^ptqj (¿9)
•g¿ "Sisd '06T 'oapiAaiuoj^[ *^j oub 'ttBi8o¡oanbjy
b¡ ap soSiuiy ap pepaiaog B[ ap BjsiAa¡¡,, na 'svruimja suanuap saj — -laAijj invj (99)
'36l 'XI onloX 'tt^Bn8njQ ¡ap oaijBj2oa^ X odijo^sijj ojniíjsuj ¡ap bisia^^j,, ua
'Djaajyi poiaua^^ \a jod svnuuvqa soj ap upiaanjjsap oj ap vpuaÁ.a'j vj 'ivaí^ 'jj laaxiy (9)
• (oiuaraBAiioadsaa '58 X f\ -saed 'j¡ *j '68I 'sIJBd
'utvoijawD aiutuoqirj 'AM3iaH()tQ -y) ltoj2au je sbui euiixojíIe jojo.i ¡ap pBpisuaiui
e¡ anb b¡ b BUBouaiuB uoijbu bj SBzinb sa,, anb 'senjjEqj so[ b ajdinais asopuauíjaj
X 'ajuB¡apB Bilí 8Eui8Bd B^uaias 'BiABpoi 'jBsiaajd BJBd '^(uojjbui ojod un SBzinb
sojamijd so[ tsoj^o soj anb sojnoso sbui oppajBd usq sou saq.ipnj soj X sbiijjbij^
soj^? 'so{{3 ajiua anb apBUB 'ítJO¡oa ap soj naso sbui so[ 'souiaaouoa anb sounaijauíB
so[ sopoi ap 'Bpnp Bunáuiu uis,, opuais omoa 'Bjaaaip uoiaBAjasqo jod 'BUBaduisd
ouimouap anb bzbj b| b biubj anb 'Xn3iqjQ(Q anb souiBpjoaaj is 'pBpjaA ap uBja o\
anb ap sboi sqanjd Bun 'oijbj^uod jo Jod 'SBzmb Bijas -SBnjjBqa uasanj anb JBidaaB
b BJausisaJ as ouiqiiauíy anb oziq anb X '(ajqmojj ¡ap oasnj^ Xoq) ojapBaojj^
¡ap oasnj\[ ¡a ua uetpojsna as anb soipui sojsa ap sojjej o sauotaanpojdaj sbj ap
¡aid b¡ ap pBpunaso ubj3 b¡ anb aiuauiB¡os 8ouia¡Buas ojoj '¡Bpi^ *jg ¡a jod sopsij
-a¡B soqaaq soAanu so¡ B ajuajj aiuauiB¡os 0¡jaaBq B opB]iuii¡ souiaq sou X 'jB¡niujoj
jaqap osea ¡ap oábjj ou ajsa anb ¡anbB ap uoioEjnjaJ eun ua JBJjua b sopBzijoinB
opiaja souiaq sou ou 'SBnjjBqa ouioj ofBqBJi ns ua Biuasaad so¡ 'ounuaájB okjbs
bioubj^ b 9A9¡[ o[ anb ooaBq ^p \ox p ua ouBaan^-^ ap p uoa ouis
aaquiou asa uoa BjnSij ou oiput oajsan^[ 'BnjJBqa anb oatjJu^J^n^ sbui
ajuauíBaij^tioj sa aq^naB^ ap aaquiou ^g "soisa b upiaBaodjoaux ns ap
zibj b SBnjjBqa so| ap sappos sojxqBq so^ oijmbpB anb osopnp sa ou
uaiq ts 'zbjbjuoui ou Á ouida^qand oipui un 'ojaap ua 'bj^ '(¿9) sbiuj
-Bqa so| b jinSas BJBd ouopuBqB so^ o^an^ anb oaad soqanB so[ jod
opBanpa opis ^jqBq anb uatquiB^ aaip ag 'ouisiiu p BnaaBqa a^uaui
-BiJBsaaau ou A BnjJBqa oipui un ap ofiq BJa aqBnaBj^ anb 'jpap sa
'(npuBS^ÍB^ ap pspnp Buanbad b^ ua opBpjsui ^jq^q as anb
oiput un ap ofiq) '(99) ^npuBS^B^j ap 9\\i\ ajpad a| suBp axtj
inb BnjJBqa uaipui un4p $\ij,, ouxs 'BnjJBqa Bja anb 'sBiuap so^ ap oraoa
'aaip as ou pna pp 'ojuaiuiBpunqB joXbiu b 'oaiun p opuats
ajsa ap 'aqBs as ouioa 'ajJBd BqBuuoj ou oCobjb]^ uouib^j)
so^ ap ojBp sbui jopa ap p BJa anb 'sBiuapB 'buijijb as Á íozíjsaui
BJan^ aqBna^^ anb ap pBpqiqisod B^ Bpuas as 'ppi^Y "JS I9 JOÍ^ Pí^
-nasip p sa anb 4448BnjJBq^ sjaiujap sa^í5 'ja^i^j ap ofBqBJ^ p BJjsnji
anb uopB^uauinaop b^ ua 'aqBnaBj^ b ojuBna ua íj^l "anbBuag iu '
-BasuiiB^ iu 'oCobjbj^ uouiB^ iu UBjnSij ou 'aq^naBj^ JBdsB^) un
-ij SBpBjp SBjslAaj ap SB^sq sb[ ua ig o'^ ísojauoisiiu uasanj 'sopBA
-ajqns soipui soj bj^uoo bj^ai^j jod Bp^uapjo BjpjBq bj ap sandsap
sopBiuoj 448BnjJBqa sounqu^, sopBiuBjj sonpiAipüi oaup sosa anb a^JBd
Bun^uiu ua B^suoa oj^[ o'j isoj^osou souiapuodsaj 'uaiq BJoqy
•(59) ^aq^naB^ JBdsB^) ap p BqBjn^ij so^sa aj^ua
X 'satuBJBnS UBja [sauoisij^ sbj ap] Bjsmbuoa bj ap sandsap BjaAijj
oCbj^ anb sojauoisiui ap sodjano soj ap sbisia3j ap sbjsij sbj ua uojbj
-nij anb sajquiou soj^ anb ua (o#^ X í^njJBqa nqoj bj b uojaiaaua)
-jad anb 'oqnq osbob X 'sounSjB jaqBq opnd sojja ajjua^, anb jauodns
jiiuisojaA sa anb aaouoaaj o jad 444juBJBnS bzbj ap UBja [sBnjjBqa
SOpBUIBJJ SOJ BJJUOa J^UIJ BUBdlUBD BJ JBnj OAn^ '^8I U3 BpiJJ
-nao 'joijajsod uoiaBAajqns BXna ap zibj b 'uoiuj^ Jjog 9P BÍUOID
bj ppunj 'sauoisij/y[ ap BUBdiuBO bj ap osajSaj ap '8^81 na opuBna
jaua^) jb] uoJBUBdiuoaB oj SBijiuiBj sns uoa anb soipui soj ap
bj isBa 4bsbui bj 'ojauínu ubjS ja?^ anb u^ (o'j :isb ojjaaBq
�(68). Ahora bien, con este mismo nombre de Laureano y con el
apellido Tacuavé hemos descubierto su partida de bautismo en Paysandú, precisamente, a f. 43 vta. del libro a que más abajo nos refe*
riremos, como nacido el 8 de Setiembre de 1809 e "hijo legítimo de
Eustaquio Tacuavé y de Francisca Martínez, Indios de esta juris
dicción", y aunque no se dice allí que estos indios eran "vecinos
de este Pueblo", lo dice textualmente así, a f. 19 vta., la inscripción
del bavitismo de Apolinaria Tacuavé, la hija segunda, al parecer, del
mismo matrimonio, nacida el 18 de Agosto de 1807, al paso que María
Manuela Tacuavé, nacida el 11 de Agosto de 1805, que sería probable
mente la mayor (si es que no existían otros hijos anteriores sin bau
tizar, cosa no imposible pues la iglesia de Paysandú sólo se inaugura
en 1805) aparece inscripta a f. 2 como hija también legítima de los
nombrados, a quienes llama "Indios de este Partido". Quiere decir
que los padres de Tacuabé eran indios, aunque la madre de apellido
español y por ello quizás mestiza, y que vivían casados y con el
hábito de bautizar a sus hijos en el partido o jurisdicción de Pay
sandú, habiéndose avecindado en él, o sea, que tenían el arraigo y
las costumbres que hacen suponer los rudimentos de vida social ci
vilizada propios de lo que era entonces aquel pequeño pueblo cris
tiano de indios guaraníes, o por los menos de sus aledaños. Notemos
además que ni una sola vez se dice de ninguno de los dos padres que
fueran indios charrúas, no obstante haberlos tenido que mencionar
por tres veces el "Libro de bautismos", y siendo así que, como volve
remos a decirlo más abajo y con mayor amplitud, las anotaciones in
dican que el indio era charrúa cada vez que lo eran efectivamente al
guno de los inscriptos o sus padres. 3. Podemos aducir en oposición
a la tesis del señor Vidal un documento de procedencia doblemente
insospechable, por provenir del propio General Rivera, y por figurar,
precisamente, como parte de la prueba, en el trabajo del Sr. Vidal.
Nos referimos a la carta que el General Rivera publicó en el "Iris"
de Río de Janeiro el 30 de Octubre de 1848, en contestación a "0
Americano", carta que certifica la nacionalidad charrúa de tres de los
indios llevados a París por M. de Curel (que son los cuatro últimos
de los cinco que hemos mencionado), pues dice: "Se e verdade que
se repartiram os Charrúas, porque d'elles nao quizemos dar cabo; e
que tres foram levados a Francia por mr. de Curel, a quem foram
dados. E essa a cousa única exacta que O Americano escreve relativa
mente aos Charrúas" (69) (Si es verdad que se repartieron los cha
rrúas porque no quisimos acabar con ellos y que tres fueron llevados
a Francia por Mr. de Curel, a quien fueron dados. Es esa la cosa única
exacta que "O Americano" escribe relativamente a ellos). Y cuando
Rivera habla de charrúas, debe entenderse que sabe lo que dice. No
era tanta la confusión que se sostiene existía entre indios charrúas e
(68)Ibidem, pág. 14.
(69)Ángel H. Vidal, La leyenda de la destrucción de los charrúas por el General Rivera.
en "Revista del Instituto Histórico y Geográfico del Uruguay", tomo IX, Montevideo.
1932, pág. 179, nota.
— 65 —
�— .99 —
"8 3?d 'aP!qi (S¿>
•¿8 3?d 'mapjqi (W>
U9 S3JIJJB3ID sn[ ajuaniBJBp asjBAjasqo 'SBiuapB 'uapauj -¿8 8Bd 'raapiqj (¿)
'¿8 ^ 8 'S^-t^^ "s3?d 'opBjia ofBqBJx — -X3AIH ^^
"8 "3?d '9881 'oaptAajuoj^ •soaijnaí/ijsní sojuatun^OQ 'svSijjy — •OHia^aH^ -rj "3 (0¿)
-itujsuoo anb uoJBpunuB souaiu o^ jod o uoiaiqíqxa ns ap auSnj p ua
uojaXnjisuo^ (f ^tt9<pp^BTCA "IP93 I9 9jaíPJ 3S 8n^
ouioa ' (g¿) sosanq ^p OA^od uoo opBpz^ui ooBqBi BqBOSBOi
(I Í9JU9UIBJU91B OpUBJIUI T[^B OUISIIIIISB 9SJiqiOJ9d
oun BpB9 sa^nzB sbXbo: 89jj 9p soisandinoo ztjbu b^ U9 á
SjnjjBqo s^fBtuBj sns 9p sbzbjj sb| BqBAjgsuoa BstmnXn^) (q í
[9p SB0nSTJ[919BIB0 BSOÜlDiq 89UOT8I9UI) (g¿) S99IJ}B9I9 9p
sozBjq so^ Bii^^j Bsnun^n^) (S í (Bq9uiA 'Bdijqtqo 'idB||inb)
OpUS9A ^9 BJ}S9llUI Y^l ^UltUnj) OJX9^ 9p BJ911J 'Bq9lljd OUIOO 'SOUIBp
9tib A 'pjjniBu pp opBino^ ojb^j9.i ng (j í (^f^) pBpiAiinBo ns gp sgnd
-sgp ojos sgnSnjaod p o puBdsa p uojgipugady (9 í (\L) ^íubo eun
U9 Jiui^op S9psj99Bq opnd SBtnBf (p Í89JB^ ap sajqtnn^soD UBqBjJBU X
SBrujBqo sorasiui so[p uBj^ap ag (a íoaipSora opsdjBd uoo sonoi[qo
sofo so^ UBjuaj^ (q íBidas p UBqBtaxxojdB as anb 'sojp ap sop o oun
U^ ojnoso sbui 'opBaouojq oanoso jopa ubjuoj^ (b :sBnjjBqa sojap^p
-J3A jod sopauaj b uapiaap sou anb ^sauoisnpuoa sajuainSis sb\
Bj^anu jod opBass souiaq 'bijbjSououi BpB^p ns ua oaipnd
anb ea^uanj 4t48BPJJBH9 8OUIíJIP^ sopBtuBj^ sojsa b uoJBipn^sa o uojbjbjj
'uojatA anb ssuosjad SBSjaAip sb[ jod sijb^ ua sopi^oaaj so^Bp so^ ap
Bspduioa b[ ap assq b[ aaqos 4anb jipBUB souiapod 4uns 'a^uauíBiajauoa
S?W o'^ • (0¿) 4t8OíPuí 9P sopand,, soj ap 'ajuauiBpBjsnfB 'buib^ sa[
as anb so[ b 'sojauoisiui so^ ap X t4sBnjJBqa soipux^, so^ ap sa^uaaaj
-ip a^uauíB^npsqB sbsoo ap ouioa B[qBq as 'opoxa p a^uBJnp 4SBSn^V
ap ojuatUBdtuBa pp uoiaisodmoa b^ ajqos XBnBJB^ pp oujaiqoS
p BipjBnBrJ UB^ldB^ pp 9UUOJUT OppOUOO p U3 :pBpiJB[3 BOpuapt
uoa uppupsip biusiui b[ opuaiuaiuBui anSis as 'uoxanpAa^ b[ oup
opusna j^ 'saiuapiAa uaa^q as BnjJBqa zbjb^uoui p X ojauomiu op^uap
-jo p ajjua Bpp ap uami^aj ap ssiauajajip sb[ anb o\ uoa 'pjnjsu
Bfiq ouioa 'ptA as omoa 'BpunSas b^ b X soimjiSaj sofiq ouioa 'sBuiaps
'aiuatnapBtJBAui b^oub sa^ as sojauíijd so^ b anb ap oqaaq p uopuijstp
Buisim Bisa Bjoqojjo^ '^BriJJBq^ ^ipuj 4BSo^ BiJBj^ ap pjnjBu ^fiq,^
ouioa 4soui9JiJ9pj sou BpmSas ua anb b ops oun ua 4X í (44uoiaaipsijnf
Bjsa apM o 444optjJBd a^sa ap^ o 444opand a^sa ap soupaA,^ so^sa jas
ap Bsajdxa upiauaui B| aaajsdB saoaA b) ínXadB^ ap uoiaaipsijnf B[
ap OUB9J93 ojund ojio unp ap o npuBsXs^ ap 4ojubj o\ jod 'souxoaA
X sajuBJBn^ ouioa amauia[qBTJBAUt uBiaunuap so^ sosbo sojsa ua sopqj
-ad^ soXna 4BUBSuap\[ X ouBp^q soiput so^ ap ofiq sa o^nAJBd p anb aj
-uauía^duirs jbjsuoo opuap^q 'sosbo so[ sopoi tsbo ua 'sopBiouB uos soip
-ui souxu ap souisijnBq so\ 'ajuBppB ua S08T u9 uopBioiut ns ap ji^jBd
b opBuiuiBxa souiaq anb 4npuBsXB,j ap 'ojiuag UBg ap Bisa^^j bj ap sa[
-BinbojJBd sojisi^aj $o\ ug *uopu^sip u\ opuaiuajusui Binas as 'sojoiu
-tjd so\ ap 'opiiJaAuoa UBiqBq as anb soaod so^ aj^ua unB sand 'soubii
-sija sojjo so^ X sapijuí uBja soun so[ anbjod ops ou 4sojauoisiui soipur
�rían, según veremos, un "toldo o carpa de junco": y ni la vivienda
guaranítica primitiva, ni, menos aún, la misionera, eran así. Era así,
en cambio, como lo estamos viendo, la vivienda charrúa. Faltaba sólo
el barbote a nuestros personajes, pero ya no lo usaban en estos tiempos
los charrúas; k) Los dos elementos de que está compuesto el nombre
del cacique Vaimaca-Peru, son fonéticamente afines a un alto por
centaje de las todavía no muy numerosas palabras que hasta ahora
se conocen del vocabulario charrúa y sus parientes, (es decir, in
cluyendo las guenoas y las chañas aunque no las kaingang), pa
labras que, contando los nombres propios, pasan a penas de 200. No
debemos olvidar que ese nombre nos ha sido trasmitido por fuentes
francesas y debemos pronunciarlo, entonces, como la haría un francés,
es decir, como Vaimacá Perú. En cuanto a esta última mitad la se
guridad es total, pues en el escrito en que M. de Curel pide al
"Supr. Gob. del Estado", en 1833, se sirva recabar el consentimiento
de los cuatro indios para podérselos llevar a París de acuerdo con
las leyes francesas (76), escrito en el cual, como es sabido, sólo fi
guran los nombres de tres de ellos con los conocidos cambios de
Guyendita en lugar de Guyunusa, Sira en lugar de Senaqué y Perú por
Vaimaca Perú, este nombre Perú, que estaba originariamente escrito
sin acento, aparece claramente enmendado por el agregado de un
fuerte y grueso acento sobre la u final, trazado visiblemente por pluma
y por mano distintas (al parecer las del propio Mr. de Curel) de las
del fino calígrafo que había extendido el documento: la notación
ortográfica francesa Perú debía, pues, leerse Perú en castellano. La
reproducción fotográfica del documento, que damos en la pág. 68
y ve por primera vez la luz (77), lo prueba así (Lámina VI).
Y bien, Vaimacá recuerda varios nombres charrúas terminados
en á acentuada: el de los caciques Caytuá (78) y Abayubá (79), y
especialmente los trisílabos agudos Tabobá (80), también cacique y
toponímico hoy desaparecido, y los igualmente toponímicos Cayastá
(81) y Nogoyá, señalado este último por Serrano y Pérez Colman como
charrúa (82) ; los apellidos civiles Cuiacuá, Cuyucuá, Dinapá (83) y
(76)Archivo de la Escribanía de Gobierno y Hacienda, expediente N. 49 de 1833, cons
tituido por una sola foja, sin caratular, pero indizado bajo el rótulo Curel Don Fran
cisco, por dos indios.
(77)En el artículo del Sr. Vidal que citamos en la pág. 65 se transcribe este documento,
• pero sin acompañarse su reproducción facsimilar.
(78)Martín del Barco Centenera. — Argentina. Lisboa, 1602, canto XIII.
(79)Ibidem, canto XI.
(80)Ibidem, canto XI.
(81)F. J. Sallaberry, S. J. — Los charrúas y Santa Fe. Montevideo, 1926, págs. 266
y sígs.
(82)Antonio Serrano. — Origen del vocablo "Nogoyá", en "Boletín de la Academia
Argentina de Letras", III, Buenos Aires, 1935, pág. 360, y César B. Pérez Colman,
Entre Ríos. Historia. 1520-1810. Paraná, 1936, tomo I, págs. 51-59, y especialmente 53.
(83)Pablo Cabrera. — Datos acerca de los indios charrúas, en "Tribuna Social". Monte
video, Abril de 1934. pág. 35. Estos apellidos no aparecen en la nómina del Pbro.
Cabrera con el acento final indispensable toda vez que se trata de voces agudas
terminadas en vocal, pero ello es sin duda porque tales apellidos figuran escritos con
todas sus letras en mayúscula, y para ese caso no se usa el acento. Por ello revista sin
acento y con todas sus letras mayúsculas Cayastá, es decir, escrito como CAYASTA,
pero este nombre figura además en el texto con las letras siguientes a la inicial.
^ 67 —
�'(oiuauínaop pp ojsaj pp 'jop^ ns ap pnjiB opsjsa p jod
'eauBJodniaiuoa ^aaajBd je bjuii uoa soipasa uBjpq ^s 'ajquioa onisim aisa ap aopenniinoa b
oipeuB as uaiqniB) anb buioo b¡ ouio^ 'oiuoob |^) 'ruaj ap aaqoíou jb ojuaoB nn oipBUB anb
B[ oubiu bjio anj anb asjaA apand anb p ua 'SBnjjBqa soipui saji B BiauBJ^ b jba3jj
EaBd uoisBziaojnB opuB]pi[OS '¿9 -3Bd B{ ua somixap.i sou anb [B ^a-in^ ap -jj^ ap ojpjs^
^Ktt-it ._^^^^í^V
IA V^I^V1
�Obaicá (84) ; las voces inchalá, jalaná, mautiblá, belerá, berá, chaloná y bajiná del Códice Vilardebó (85), y también varios trisílabos
agudos terminados en at, que por variantes de pronunciación o defec
tuosa captación auditiva del que los recogió pueden asimilarse a los
anteriores, tanto más cuanto que tenemos, del toponímico Marmarajá,
terminado en á acentuada, con que se conoce actualmente el Baumarajate que nos trasmitió como tal en el siglo XVIII Don José María
Cabrer en su conocido informe (86), y que, según es sabido, es minuano (87), la variante Malmajat, que nos da un acta del Cabildo de
Montevideo (88). Vaimacá interpretado como Vaimacat, se aseme
jaría entonces a Cumandat (89), nombre de otro cacique, a Malma
jat, y a perakat y gomálat, voces, estas dos últimas, del vocabulario
contenido en el libro La Cosmographie Universelle, publicado en
1573 por el viajero francés Thévet, y que se basa, en esta parte, en
datos tomados en 1555 por marinos franceses que hallaron en estas
regiones a unos indios "gros et grands" de cuya boca las recogieron,
y que Lehmann-Niestzche identificó recientemente, por razones et
nográficas, no con los patagones, como antes se había hecho, sino
con los charrúas (90), como a nosotros nos lo hacen ahora verosímil,
a nuestra vez, además, estas semejanzas lingüísticas hasta hoy no
señaladas por nadie, y que se robustecen, sin que tampoco nadie lo
haya percibido, al parecer, hasta este momento, con el hecho de que
la invocación a la luna, como objeto indudable de culto que estos
indios hicieron en 1555, coincide con la hecha en 1574 por un chaminúsculas, y entonces el propio Pbro. Cabrera acentuó correctamente la á final.
Debemos, pues, generalizar la misma eufonía charrúa de Cayastá y demás nombres,
que nos son conocidos como agudos, para deducir sin ninguna violencia que los
demás apellidos que hemos citado eran también agudos. La duda se disiparía acu
diendo a los documentos originales. Se trata de indios que fueron bautizados en
Santa Fe pero nacidos en la reducción charrúa de Cayastá, e inventariados en un
empadronamiento del siglo XVIII que fue facilitado al Pbro. Cabrera, en facsímile,
por el Dr. Biedma cuando éste era Director del Archivo General de la Nación
Argentina, pero el Pbro. Cabrera expresa que lo perdió, habiéndose valido, para
la nómina que publicó en 1934 en el trabajo que citamos, de una copia que feliz
mente había tomado, sin duda por precaución, del facsímile aludido. No nos ha
sido posible todavía trasladarnos a Santa Fe para intentar una compulsa de las
inscripciones en su original. Celebraríamos que algún colega lo hiciera.
(84)Ibidem, pág. 36.
(85)S. Perea y Alonso, Transcripción tipográfica y Exégenis filológica, etc., cit., en
"Boletín de Filología", N. 6-7, (Marzo-Junio de 1938) Montevideo, págs. 12, 13 y 14.
(86); Informe de Don José María Cabrer, en Melitón González. — El límite oriental del
territorio de Misiones. Montevideo, 1882, págs. 261-264.
(87)".. .Baumarahatc, que ern idioma Minuan significa Serró frió", confr. ^Diario para
os comisarios, astrónomos e geógrafos da primeira tropa], en "Collec^áo das noticias
para a historia e geografía das na^óes ultramarinas que vivem nos dominios portuguezes ou lhes sao vizinhas", Lisboa, 1841, VIL pág. 56. (Cit. por Félix F. Outes.
Sobre las lenguas indígenas rioplatenses. Materiales para su estudio, en "Revista de
la Universidad de Buenos Aires", N. 99, Año X, tomos XXII-XXIV, Noviembre
de 1913, nota 2 de la pág. 237). Véase también Aurelio Porto, O Miriuano na
Toponimia Riograndense, en "Diario das Noticias". Porto Alegre, 23 de Julio y
1. de Agosto de 1931.
(88)Acuerdo del 11 de Abril de 1763. (Revista del Archivo General Administrativo,
tomo 3., pág. 397).
(89)Ibidem, págs. 289, 390, etc.
(90)R. Lehmann-Niesztche. — Una desconocida expedición del año 1548 a la costa de
Patagonia. (Suplemento de "La Prensa", Buenos Aires, 6 de Marzo de 1938).
— 69 —
�pqi (^)
•gg -3Bd ''lio "Aa^ •stnujvqa sotpvt so; ap vojiaav sojnq — 'vH3iiav[) oiav^ (01)
"¿6Z *a?d '*Ia 'jn^-op-apuDUQ oijj ap satuvjiqvq soaijiwiuj — 'oxho^ onaany (201)
"2t ^ 6 "88?I
oraox -^n2nj/3 2a ua 2!íods3 uppnuttuoQ tq ap vuojsijj — -yznvg
sbjjo X ti^B^ saoaA BBan nsB^ b buibii 'aj vjuvg ap mamaojd X popnp ; ep bijojsij^
ns ua 'VH3AH33 anb jbiou aosq XxjaqBgBg 'souiEjia anb bui3bcI b[ ap (g) bjou b¡
U3 'S81 •8?d '9Z61 'oaptAaiuoj^[ -a^ vjuv^ X sonuv^j soq — '[ *g 'AHH3avnvs *f 'j
*Zl *8?d Vi ora^ 'oAjiBjjsiuimpv ^BJauaf) OAiqajy jap BjsiAaa
'IIIX ^ IIX 8ihb^ 'nuijuaSuy — •VH3N3IN33 oaava iaa mjihvj\[
"0681 3P oisoay ap 61 'oapiAai
-nopj 'x¿6 o'ti 'AI SB ',4B3OíIa EX, na ta^il 19P oaog vq 'zvjq oaaAaay oaavaa^
•oxauínu uis '^¿x '^ed 'inapiqj
•6^ O'N '891 "I 'niapiqi
"2 o*M '891 #3B^ 'III ouioi 'g^6I 'oapiAajuopí
'XBn3njfi ^p oaijBjSoa^) X oaij<>jsijj o^njtjsui pp uoiiBa^qnd '4iB2BUBjjB^ oiuoiuy
06biubq ap sojjjasa,, ua 'ouvip vtuotpi pp otpuadwo-j 'vovNvaavq -y osvmvq
•SBAja^ ap Bjqo bj
ua opiuaiuoa p sa anb 'oubuib[) *j pp souand omspaiBa oeoiaa^d pp JBiiunsoBj
uopanpojdaj Bun (if X g^. -s3Bd) 'n X 1 sbuiuibj ouioa 'Bp ¡ibu^i^ -opBJBpB
uis oíSpJoa sajnQ anb 'oaijBjSodn jo.ua un ap bjbjj ag -B[os enn oraoa puiSuo
ouisim p aiidaj b¡ sbui saaaA eop anbxod 'jo uo 'sop ouioa puiSuo p ua aaaaJBds
ajuBjsqo ou 'BjqBpd Bps Bun ajuaiuBAijaap sa jot/o anb Bjjsanuiap ijBuSj^ '\f 'Sed
aiuauípiaadsa '81 o'M 'Bj3oiodojjuy 'a *J 'ítBJBIJ 1 P oasn^i pp sbio^j,, ua
'svcu.au atvqy pp vouanS ou/spajoa jq 'ixvnoia oraiy saaviDiii\[ X '^-^^ "s3Bd
'161 P ^jqu^iAO^ 'AIXX'IIXX OTUl 'X ^B '66 o'M V83J!V on^na ap pBpisxaA
-iufi bi ap BjsiAaa,, a 'oipmsa ns vivd sapuaivj^ -sasuajvjdou SDuaSipm svn3ua\
stq 9Jqo^ 'S3xno 'A xn?a un3as 'ajuamSis X 8^^ És8Bd '¿8¿l 'Buasa^ 'ttan3uti aipp a
'Bxxai Bipp Buojs a 'o;jBjauB[d opuotu p oaijB^sa oi33bia 'omonjpp bija Bijap bijojs
auaijuoa aqa osjaAiuQ ipp api,, ua 'an2ui/ \pp oapvid otSSvg 'syAH3g ozvauoq
"IIXT "a?^ "lID <DP"-'^M/>a viSoiojtj -88S *8Bd '66I
'oapiAaiuoj^ •tlB!8oioiia 8P UH3IH^ na ''a:l8 'XvnSnufi pp ptuauQ vpuvg o^ aP
svuaStput soj ap oppouoa oaijsin^ui^ ocuaov pp ouvtuaauj — -osNOiy a V3H3J *g
"IX lnBa 'outiuaüjy
(001)
(66)
(86)
(¿6)
(96)
(S6)
(^6)
(6)
(Z6)
(16)
ouiod sopezpn^q u^o^aede 'tuta^ opBjqinou un anb opora orasiui ^ap
'anb 'bjsbXb^ ap SBrujBqa uaiquiBj '(f-Ol) 1IDÍX ^ nuiBuiBj^ 'nqmBjjQ
'(^01) njoqijj 'nqanq^ sa^iAia sopqpdB so{ b i (01) BquBp^g ap oijbiq
\9 ua opBjBuas 'njBg ouBnmm anbiaBa ^ap ^ Á '(XOT) ^^^PV ^ (001)
nsB^ '(66) íl0BX '(86) ^jaX SBnaaBqa sanbiaBa so^ ap je BfamasB as
Á ' (¿6) SBnxiBqa so[ sopButuuaixa uojanj anb ua 4^^íX PP ^aog b^
ap bzub)bui B| ua opiaaq opuaXBa Bj^eanuí uoioipBJj B| anb '^dag ap
ojauBdmoa 'tuig anbiaBa x^p 'xnsn ajqrnou \9 'oumuí ajqiuou x^ ouis
sBzinb sa ou 'n^ag 'anbiaBa x^p ^jquiou x^P p^jiin Bpun^as B-q
•(96) ymi{ BaiqBgsouom zoa bx á (56)
^vd jvsiiu ouioa saxBj saaoA BqBuuoj X x^uiuijai sa anb '^ BUBqa uoia
-isodajd Bidojd bx X (^5) jvnS^imdmS *jonSptmi{ ouioa saxBj 'xBjnxd
Xa BqBoipui anb }n^ BxnaijJBd bx Jod SBpBuiuua^ SBUBqa sbx SBpoj oiuoa
isb 'aBuoiauaui ap souiBqBaB anb soqBXJSij^ soy uoa ajuBuoisajduii
bzubfamas Bun uaaaajo anbaod mbB uoiaBxoa b aaBjj oun^iodo soiuaaaa
SBqBXJSiq anbunB anb '(6) i^10 ^- Wuív 'sBouanS saaoA sop Xbjj
qBpnBa jaasq ap sora
-BqBOB anb ap oíainf ap so^uauíaxa sox ap ojuairaiaouoa aauaj
-nas 'opBp opis axjaq^q ou aod (^6) sBpBa^uBxd pf^p osuoxy X
anb SBpnp sbx opuBjadns 'BnaaBqa oinoa aqazisai^-uuBiuqaq-jaAaqx oij
-BxnqBaoA aisa aiuauiBAijxuijap JBaipuiAiaa soraaqap x^no ox opoj jod
' (16) ^jauajua^ Biuaumaop anb 'xouBdsa un b JBijBsap BJBd
�tales en Santa Fe; al del indio Naybú, que el General Antonio Díaz
conoció entre los charrúas (105); a las voces tinú y caracú, que figu
ran en el vocabulario charrúa del Códice Vilardebó (106), aunque
esta última es también guaraní, sin que pueda afirmarse si la aculturación se produjo en un sentido o en el otro; y al nombre de algún
animal silvestre de nuestro país que hay que suponer charrúa por la
lógica de esta concatenación fonética que intentamos evidenciar: no
ya el tatú, ni el pacú, ni el yacú o pava de monte chica, que son
guaraníes, sino el pirú o pava de monte, sin contar el teru-teru, al
que razones onomatopéyicas han hecho sin duda que cargase sobre la
e de la sílaba inicial el acento que debía recaer normalmente sobre
la u de la final, transformando en graves los dos elementos repetidos
en el vocablo compuesto que de otro modo habrían sido agudos (107) ;
(todo ello lo decimos sin olvidar al Perú español guaranizado, que
significa Pedro, y en el cual no hay por qué pensar puesto que hemos
visto que hay también un nombre propio Perú entre los charrúas
de Cayastá, y un cacique charrúa Pirú, ni a las voces guaraníes pyrú
(pisar), pirú (flaco) y muchas otras más terminadas en ú acentuada,
porque lo importante es recordar que en el idioma charrúa se encon
traban también palabras de esa clase, y que, por consiguiente, su
presencia en determinado caso no tiene por qué obligar a pensar que
se trata de voces guaraníes, debiendo, por el contrario, tenérselas por
charrúas todas las veces que, como ocurre en este caso, circunstancias
de otro orden aconsejen con mayor grado de probabilidad que deban
atribuirse a los charrúas) ; 1) Haciendo la misma salvedad con respecto
a la existencia de palabras guaraníes terminadas en é acentuada, dire
mos que a su vez el nombre de Senaqué no parece fonéticamente
guaraní, y en algo se asemeja al de los caciques Sepe (108), Naigualvé,
Gleubiblé y Doimalnaejé (109), todos charrúas.
(105) Antonio Díaz. — Los indios charrúas, manuscrito inédito sin foliar, intercalado en
el tomo 4. de las Memorias del General Antonio Díaz, también manuscritas e
inéditas. (Archivo General de la Nación, Documentos pertenecientes a la adqui
sición Antonio Díaz). Se trata de un códice precioso para el conocimiento de las
fuentes documentales de primera mano para el estudio de los charrúas, que nos
proponemos publicar en breve.
^106) S. Perea y Alonso, Transcripción tipográfica y Exégesis filológica, etc., cit.,^ en
"Boletín de Filología", N. 6-7 (Marzo-Junio de 1938), Montevideo, págs. 12-13.
(107)La voz teru-teru, aunque onomatopéyica, difiere de la guaraní teteu, también ono< matopéyica, con que se designa en esta última lengua la misma ave. Es sabido que
cada lengua crea sus onomatopeyas a través de sus propias tendencias fonéticas y
como, dado que teru-teru no es guaraní y debemos, por consiguiente, atendiendo
a la zona de dispersión de esta voz. que coincide con la del charrúa, suponer fun
dadamente, como lo hemos hecho, que ella pertenecía al idioma charrúa, ella nos
suministra un ejemplo más de lo que podemos considerar formas léxicas naturales
en este mismo idioma.
(108)Antonio Díaz. — Historia Política y Militar de las Repúblicas del Plata. Tomo 2.,
Montevideo, 1877, págs. 86-91; Eduardo Acevedo Díaz, La Boca del Tigre, etc., y
Modesto Polanco, Los indios charrúas, etc.
(109)F. J. Sallaberry. — Op. cit. pág. 266. No añadimos a estos nombres el de Daimanaejé, que Perea y Alonso anota como diferente de Doimalnaejé en su Inventario
citado, porque el último de los autores nombrados ha padecido error, sin duda
por no haber hecho una compulsa personal de las obras que cita como fuentes, y ha
berse guiado acaso por datos que le fueron suministrados verbalmente o en copias
mal tomadas por otros, lo que se explica dada la avanzada edad del filólogo nom— 71 —
�— ZL —
'(opmp OAiqajy) • -g •sojU9iniB9B[) ap j ojqig (^jx)
-(npuBsXsg ap 'o^uag nBg 9p Bisa[3j b| ap OAiqajy) -Qf -j -sojjanug ap j ojqig (ni)
'¿II ^ ¿8 '98 '! '9S 'S2 'ti 's2?*1 'opBip ofBqBJx — '^aAig mvj (On)
*(IX olu^3 'ouijuaSjyJ 'Biauajsixa ns gp jaqrs BJBd auodsip
^s gnb ap oubid BJauíud ap ajuanj Baiun 'VH3N3XN3[) unSas 'o^dipq^ BJa ojdpo
-suB.il isb anbpsa ^ap ajqmou ojapBpjaA jg "ajuanj ns ouioa aiuauíBsaadxa Bi;g o[
gnb 'janbe b oiiiuisbji gnb Bidoa ap jo.ua un isb opiquasa je ppapsd Bzn^g anb
-jod 'otiDjuanuj opBpjoaaa ns ua osuojy X Bajag aiuauqBn^í a^oaaj anb X (^-gj; -8Bd
'j orno] '"ip -do) yznvg Buopuaui anb ajdijaq^ ap aaquiou ^a souiipBUB oaoduiBX
•BjajqB;3 jod zaA ns b 'opiSoaaj ajuauípij Xjjaq
•B[[Eg ap afaEujEinioQ ^ap BiduasuBJi \t.ui uppipdaj a^duiis Bun 'sand 'sa osuo[y
X Bajoj ap afaBUBuiiog ]g -bjou Bisa ajagaj as anb b XjjaqBgBg ap ojqg pp
opBuioi opaqBq ap uopuaní Bsajdxa b^ uoa 'ajsa ap ofBqBJi pp ojxai ¡a ua afanujciu
-log oiusiui ^a 'oiquiBO ua Bjn3i; js X 'Bjajqs^ ap buiuiou bj ua BjnSij ou ajqiuou
opun^as ajsa pEpijcaj ug •afanuEiuin^ ap p Bjcd aiuanj omoo tjBioos Bunqu^,, ua
opBogqnd ofBqBJi opBiía ns ua VH3Mav^ 'OJ^d \b X 'afaEU[Bui;og ap ajquiou \a BJBd
ajuanj: ouioa souiBip zaA BJisanu b anb BUiá^d b^ ua XjjaqBgcg b osuojy X eajaj
ojoap ua BJ13 •SBaajoijqiq sb[ Bpeq SBpi[BS sns Bqngnai^ip ajuoiua[qB(|Ojd anb opBjq
so[ 9^quo 9nb 'somii^d^j 'oniisjxBj Bjx^s i (ZJ_\) (¿081 uaN[
TB\ 9p BTJBJ\[ 'BIS9^Sj B[ Xod 98OpUBSB0 Bim A 4BI9U91IU9d B[ 9p O1U9UI
-BXOBS ^9 oiqioax anb ' (TTl) bJjbJ/\[ ^sof ajqraou ap '^X8I U9 oixantn
Bnx.iBqa un UBxn^ij ojps A 'Bisa anb opBziinBq BruxBqa ouiu ojio
aaajBdB ou 'aiuasaxd [a Bis^q 'soxqq sns ubioiui as anb ua '^O8I ^ps^p
^anb B| ua A siBd oxisanu ua BnjJBqa ^ap uoiaBiiqBq ap ^buij; buoz bj
ap 'aiuauq^niJiA 'Baiun B[ Bxa anb BinbojjBd 'npuBs^B^ ap osBa ^a
ua BpBuixijuoa aA as 'sBpBaqqnd aiuaui|BiajBd opis UBq A a^j BiuBg
b UBjpuodsajJoa sauoiodixasui SBXna 'b}sb^b^) ap uoiaanpax Bpiaouoa
Bf ua oa^bs 'oijoiou oqaaq sa anb 'BruxBqa pp ouisiin^q pp p^pij
-Buotadaaxa b^) sopBzii^Bq jas b uoJBa[^ anb SBnjjBqa soipux eouiis
-inbod so[ axiua 'anb ouiisijbj ^ixag *siBd oxisanu ua aiuanaajj oaod
sa A Bja axquiou aisa A '(OXl) sJJBd 9P sasaauBjj soSiuib sns uaatp o[
unSas 'Bsnun^n^) ap ouBiisija ajquiou ^9 Bja B[aB3T¡^ 'uaiq Bjoqy
oiuo%uy
=aaj Aop ísauoiaBi[qo sns uojaiiJtApB sa^ as sauamb
b 'aB^BquiB^ Bijoiai^ X 'Buipa^^[ |anuBj^[ souijpB^ uoj
-anj :BnjjBqa Bipuj bso^ ^jjbj^ ap ^BjniBu Bftq B[aBqaij\[
bijbj\[ ajquiou jod osnd uainb b 'opBSBd oub jap ajquiai;
-dag ap oqao X aiupA p oiobu 'b 'buiu Bun b aiuauíau
-uiaxog ospn^q 'aJisaBj^[ opBuSj 'j^ '¿'^ '^J \^ (Biauaaq tui
uoa) aiats soiuapoqao ^ira ap oipif ap sps X 'aiupA u^
CBpxjapj BppjBd B[ isb aaiQ 'ajqiuou p 'jBSn^ jauíixd u^
: sapiuauíBpunj sauozBJ sbijba jod
BsnunXn^) ap b^ sa BppjBd Bisa anb aiuatuaiuBUiuuai souiBuiJijy :
vuiwvrj) BnjJBqa Bun uaiquiBi Bja B[p anb Jiaap sa '44^so^ bijbj^
B[ ap pjniBU ^fiq?^ BJa anb 'souiia otnoa '
aaip as B[^a ua X 'BsnunXn^ ap ouisiinsq ap BppjBd v\
-Ba 'sa 'souispnBq ap j ojqp ns ap #bia gx sbCoj b 'npuBsXB^ ap oituag
UBg ap Bisax| bx ap OAiqaJB [9 ^a jbijbjSoioj oqaaq X oixaiqnasap
soiuaq anb X g¿ -Bd bx ua souiBp anb 'jixapj ap souiBqBaB sou
anb b oinspnBq ap Bppj^d bx 'oiuaiuiBpunqB joXbiu b 'oxa^ o#g
��—M—
•\% -9ed 'niapjqi
•gg 8ed 'nwpiqj
•II -8Bd 'opBjp otBqBJX — -laAi^ lav^
-nf ap 5^ ^9P '4tajiBja:uiq adojnqtq^ ua 'ajnuoipiuaiu anbiuaiuy^ ap
sunjuvifo sa3nanv sa(j o^nojiJB ns ua '(sopjoj o SBzoqa sns ojano ap
uajqn^) M8op^oj no sannq sas Jiña ap ^uaJAnoa s^j^ aaip Xajj^
•t^BuoT^B^[ aq,, ua oiqjja
-sa anb SBtujBqa so| ap oSiuib ouhuoub ^e X Xajj^ b souijjapj so^^
•so|JBjJBOsap ojp jod sotuaqap X 'uoiadijasap BpunSas na ua BJBzy b
jBidoa b '^njjBqa BpuaiAiA v\ aaqos sojBp b ojoadsaj 4uBiimi[ as sojja
ap sop 'stjbj ua uojaiA so\ anb soSpsa^ soj b o^u^na ua :uaiq j^
•sb|ij sns ua JBqan^ b X SBnjjBqa ^o\ uoa jiaia b oan^ anj as 's
soipui ap o[qand un ua opBiao X opiaBu uaiq is 'anb opBp
oidojd jb 'sBAjasaj uoa anbuns 'p^pqBa Bjsa ua 'ajuatnSisuoa aod 'osnp
-ui 'BndJBqa pp oipn^sa p BjBd snaifvjSouta sa^uanj ouioa sopBidaaB
souiaqap 'ojub^ o^ jod 'X 'BrujBqa ouioa bjaia 'BJtaAi^[ paaua^) pp
'opBOOAUi souiaq anb 'oiuorat^saj p b[ba 'anb ousuinq odnjS un ap
sopBtuoi uojanj anb^od X 'jBzipnjund ap souiBqBOB anb o\ opoj jod
'ajwatupiaos UBja o\ 'ojuauioui ns ua 'anb asjBuuijB aqap 'souapajají
ap souiBqBDB anb b sonpiAipui oauía so^ BBtujBqa UBja ou atuatuvoiS
-pjodoujuv o poio^i anb asapirapB as anbunB —^isb BjoqB apsap opBJ
-b[ob opBfap a^qBsuadsipui souiBjapisuoa X— SBnjJBqa so^ b uoiaBpj
uoa asjBjBJj uspand anb SBuiap so^ sopoi BJBd ouis 'BpuaiAiA B[ ap ops
ojaadsB a^sa BJBd bX ou '(piauasa o\ sa o^sa X) ajj^d bj^o jo^
•pjoj 'o^ubj o^ jod 'sa Biauappuioa B-q
•npuBsXB^ ap buoz Bua^d ua 'sand 'opoj : (SXl) XBnSnjq oi^j pp sbjjijo
b opia^u BjqBq Bjsa Bipui BpBanjuaAsap b^ ap uoiaunjap ap ^pii^sd
B^ un^as X '(^XX) oaa^[ oi^j \ap sbx[ijo sb^ ua sj^d ns ua bjaia BsnunX
-n^) 'noqauB^ uq \a unag -uaSiao ap uotSaj ns 'jBSn^ Jaaja^ u^
•SBuanbad Xnuí 'sand 'nos SBiauajajip sBq
9P oiunf ua g^ ouis q^ ou 'Biua^ '6081 9P 9-iq^^aijag ua opiaBu
anb ojsia soiuaq X 'aqBna^^ anb pBpa buisiui b^ ap Baa anb
zaA bj b uaaip '(gXX) ^^uv q^ ajuauíBxos BsnunXn^) b uaXnqojB sssaa
-ubjj saiuan^ sb^ uaiq ts X 'soub 9^ Biuaj BpBzijnBq BxaBaij^[ bio;bj\[
Bjsa 'siJB^ ua Bjdijasap sa BsnunXn^) opusna 4gg8X 9P oiunf ua anb
'aiaap sa '9O8I 9P ^^quiaijdag ap g I9 opia^u Biq^q '¿081 aP TInf 8P
9^ ja BpBzpnBq 'B^a^ai]^ bijb]^ Bjs^ -p^pa B{ 'jBnj opunSas u^
•JBzijnBq Bjsd sa^aijuí souxu opu^asnq sopEfa^E sajBn| X
saiuom soj Jod Bpxjjoaaj Bun ua oziq oj oun:qn a^sa anb jauodns aaBq
pna o^ opoj 'Biauaajx ns uoa 'aj^saBj^ otaBu^j 'j^ '^ ja 'ajuaiuai ns
jod ouis 'zauijJBj^[ oiuojuy oijaAXjg '¿ \9 Bja o^ anb 'oaoja^d Baña \a
jod ou 'sa o\ X 'ojuaiunaBu ns b sojBipaiuui so^ ua o a^uainSis Bip
^B uos ox anb 'npuBsXB^ ua sopBztjnBq uaaaaBds anb soxnAJBd sojjo
sox sopoi uoa ajjnao anb oj ap Biauajajtp b 'BpBzi^nBq jas ua sasatu
zaxp BpjBj buiu Bq 'zejeiuoiu BpiA UBiasq ajpBiu ns X BsnunXn^) ^
•sisd ojisanu ua zbjb^uoui BpiA UBja^q anb so^ ap opts BX^q o^ anb
sbui o^os oun xu souiaaouoa ou anb isb opuais 'SEjaBaij^ sop asaiq
-nq sopBzi^nBq jas b opsSaxx uBXsq anb ssnjJBqa souiu soraisinbod
�nio de 1833 (116), y denuncia, además, sus fuentes, citando, para otros
aspectos, a Azara y al P. Dobrizhoffer (117). La copia es somerísima,
pero visible.
El amigo anónimo de los charrúas que escribió en "Le National"
de París, dice en su artículo del 12 de julio de 1833, refiriéndose a
su vivienda: "...cortan del primer árbol tres o cuatro largas ramas
verdes, luego las curvan de manera de hundir sus dos extremos en
tierra. Sobre los tres o cuatro arcos formados por esas ramas, ex
tienden una piel de vaca que forma el techo. En menos de una hora
de tiempo un jefe de familia edifica así una casa suficiente para él
y su familia. Entran en ella, según la expresión de Azara, como un
conejo en su agujero" (118). La copia es evidente y, además, con
fesada.
En cambio, Dumoutier, el que mejor los conoció y estudió, dice:
"Sus habitaciones son hechas según las localidades, sea con grandes
cañas o ramas de árboles. Cerca de los arroyos se sirven de tres o
cuatro grandes bastones cuyo extremo más grueso hunden en la tie
rra, haciéndolos converger, y por el otro los atan, a veces en vez de
tener una forma cónica, su cabana es cuadrada, sus paredes son for
madas por juncos trenzados, o lo más frecuentemente por cueros que
forman también su techo. En estas chozas se encuentran a veces doce
individuos de los dos sexos y de toda edad" (119).
Pero luego dice: "Con las pieles desecadas de los bueyes o de
las vacas cubren sus toldos (carpas)". La copia de Curel, a quien aún
no hemos citado, podrá hacerse en seguida evidente, pues es la única
vez que emplea en castellano la palabra "toldos", palabra que no es
charrúa sino española, y que traduce por tentes, que hemos vertido
a nuestra vez como carpas, para referirse a su vivienda, en tanto
que cuando describe más arriba el otro tipo de habitación, no el de
cueros sino el de juncos, la llama, como se vio, cabana (cabane) o
choza (hutte). No es, pues, aquí, Dumoutier fuente primaria, sino
que lo es Azara, a través de Curel, pues veremos éste lo está copian
do. Siempre es Azara la fuente primaria única cada vez que se atri
buye al charrúa la choza de cuero. Como fuente primaria, Dumoutier
nos da, pues, los toldos de juncos, bien cupuliformes, con especial
diagnosis caracterizante de una choza en forma de colmena, pues
les atribuye forma cónica, (fig. 10) bien cuadrados, y lo hace además
de darnos también los toldos de cuero. (En cuanto a la choza en
forma de colmena, señalemos que Pérez Colman dice que el topo
nímico entrerriano Mazaruca "se hace derivar de la palabra española
Maza, apellido, y de "ruca", que significa casa en lengua cha
rrúa") (120). Desgraciadamente, el autor no da los fundamentos de
tal afirmación; pero hacemos notar que ruca es la voz araucana que
(116)Ibidem, pág. 81.
(117)Ibidem, pág. 79.
(118)Ibidem, pág. 91.
(119)Ibidem, pág. 106.
(120)César B. Pérez Colman. — Op. cit., tomo I, pág. 65.
— 75
�— 9¿ —
-8Bd "jia -dQ —
o) opioz nnf) :aoxp jnbB X 'eiJBiimd ouis Bia^punogs gjugnj bX ou
48^ p^n^ B1JB9 BJS9 U9 9tlb 'JI09p 89 4B}99Xoad BJJ9 U9 9nb OJ SOipUl
sns b 9^U9UIB19J9UO9 opBjjnsuog agq^q gp 89nds9p Bpnp uis X 'sjjb^
U9 BX B^t^9S9 '8BT9U9T^ 9p BtUI9pB9y B^ B BJJB9 T18 89
"(I^I) ((soPJ1 8BpBUlB[[ 4OJ9n9 9p SBd^B
J*
9p 89 9nb o| '9}U9inxsuo9 aod 499ip ¡9 U9 X 'uppdij^s^p BpunSgs
ns U9 BJBZy B 9JU9UIBJBP OpUBldOD Opi Bq 9llb U9 49fBIA J9 9JUBJ
-np 9^U9UIBan89S OJIJ9S9 4OJ9^^OJ Opi9OUO9 US 89 BJ9UHjd Bq 'S9JU911J
sop 9}U9uijBn^i U999JBdB 9js9 gp ^ "sojjiqiqx^ BJBd si^e^ b
scq b oa9^^ 9nb oiJBS9^dui9 ^9 '^^n^ 9p #j\
'(Buisiiu Bj ap BJnjanjjsa 'epjainbzi
jouadns ajjed bj u^) *ouij[eQ ap ofnqip jap ounaBA ap oaana uod
-a^ bj b onisiniise apuodsaajoa uozbiujc B^ •ojxaj ja ua SBpojio sojuanj scj
jod B^duasap aaajBdü anb 'uuauíjoa ap euijoj ua Bzoip o apiouoa Biauapua]
uoa BJijajsiujaq 'Bjnd auuojijndna 'soaunf ap biujeijo BpuaiAi^ — *oj *oi^
•BU9UI^O9 9p BUIJOJ U9 BZOip B[ B '^^ X ¿g "S^Bd STB\ U9 SOUIBI9UnUB O{
OUIO9 ^BJ 'BnjJBl[9 BpU9IAlA 9p odlj O1JB119 OtQO9 SOUIBpU9S 4aí2^ BJ
b UBUIJ03 z^j^^ ^p upisnjB b^s9 iu 'uiuib^ 9p bj aod ouijjb^ 9p Bnaa
-BqO BJ 9p UpiDBlUJIJUOO BJ IU 4OUIJJB^) 9p U9iqUIBJ 4BlUJBd 9p BUBXbII
BJ IU 4OUIJJB^) 9p 4OJ9n9 9p BnaaBq9 BZOq9 BJ TU aBpiAJO UIS U9iqiUBl
oagd 4Bj8Bq bjos is aod ^nb 'aoiinouiriQ ^p uoiouara BaBjg bj ao^
'BU9UIJO9 9p BUiaOJ U9 91U9UI9^UBUTUIOp9ad
X BfBd 9p Ba9 BAijiuiiad BUBon^aB Bona bj 9nb X 4Bzoqo bj
�carpa de junco), fabricado por ellos será levantado en el recinto en
que residen, para servirles de alojamiento" (122).
Por otra parte, la literatura etnográfica más moderna atribuye a
los charrúas, persistentemente, una choza de juncos como vivienda
originaria. Citemos por vía de ejemplo las siguientes obras:
Manual de Historia de la civilización argentina preparado con
materiales de la sección historia de la Facultad de Filosofía y Letras
de Buenos Aires^ por Luis María Torres, Rómulo D. Carbia, Emilio
Ravignani y Diego Luis Molinari, y ordenado por Rómulo D. Carbia
(págs. 120-121) ; César B. Pérez Colman, Entre Ríos, Historia, 15201810, Tomo I, pág. 157; W. Schmidt y W. Koppers, El método histó
rico cultural, Áreas culturales y su desarrollo en el viejo mundo y
Sud América (Traducción y anotaciones del Dr. Aureliano Oyarzún,
en "Revista del Museo Histórico Nacional de Chile", Año I, Número
2, pág. 165) ; Krickeberg, Etnología de América, trad. española, Mé
xico, 1946, págs. 168-169; Antonio Serrano, Etnografía de la antigua
Provincia del Uruguay, Paraná, 1936, pág. 102; The charrúas, en el
"Handbook of South American indians", publicado por la Smithsonian Institution, Washington, 1946, pág. 192; y Los aborígenes ar
gentinos, Buenos Aires, 1947, pág. 120.
Podemos afirmar, pues, como conclusiones a extraer de este es
tudio, las siguientes:
1.
En cuanto al material, deben distinguirse dos períodos:
a)El charrúa propiamente dicho, en que el junco fue ex
clusivo ;
b)El posterior a la conquista, y que llegó hasta la desapa
rición del charrúa en los comienzos de nuestra vida in
dependiente, período en que, si bien el junco dejó sitio
a la entrada del cuero, para que éste lo sustituyera mu
chas veces, no fue eliminado nunca por él;
2. En cuanto a la forma, sin olvidar el "paravent" o mampara
simple que parecería se dio entre los yaros, y que les sería exclusiva, y
sin que podamos precisar períodos, ni localizaciones o áreas de dis
tribución invariables, ni atribución alguna a grupo determinado, salvo
esa q^e hemos creído poder hacer con el "paravent" para los yaros,
en el Uruguay medio, y acaso con la variante grande de la cupuliforme
alargada para los guenoas y los chañas, coexistieron cuatro tipos de
vivienda:
a) tres con seguridad, a saber, la cuadrada de techo plano,
la cupuliforme alargada con techo semicilíndrico, quizás
con una variante de mayor tamaño y doble cierre cónico
para los guenoas y los chañas, y la cupuliforme pura y
de base redonda, de tendencia conoide, o sea la choza
en forma de colmena; y
<122) Ibidem, pág. 16.
— 77 —
�— 8¿ —
•({buiSuo (3 ua ajuaijjo.) Bjjaj uoj Bjnáij B[jipjBjsBq ua o^sand souiaij anb o^) '9X"SI
•s2ed '261 'pupBj^[ 'jj oiuoi *ad[u;) -pa '/m/oipija/^ vjtiatuy v\ uod satvi^ 'vHVzy
ns ap Bpijou Bp sou anb ajuanj Baiun B[ sa BJBzy X 'ttSBjiJasap bX
sb[ b ajuBfaraas^^ Bja bzoi|o Bjsa anb BJBzy aaip ajuauíBJBp sand 'j^p
-lonpp anb uopanjjsuoa ap ppadsa oaiuaaj Biua[qojd 'ojdijasuBJj o[
jod aA as unáas 'inb^ ajuaraa[qBqojd BjjqBq on 'sopotn sopo) aQ
*(^l) 4t8OJ[Jo SOI B Jt^osnq b ba ajuaipp p
sa^na scq ap oqBa p 'sBip aaop o zaip Bjnp ojs^ "BjqBpd Bun Jiaap
uis 'opuaiJ^oa UBjpaj as X aausa^ ns b UBfap so[ ípBpijuBa suanbad
Xnin ua 'soAanq sns o 'saaipjiad sBun^jB X BnB uba3^[ a^ nqiJi B^ ap
souiu scq sa^uain^is SBip so[ X bububui b[ ao^ uaqaq iu jainoa uis s^jp
sop BSBd X jBsuBasap BJBd B^sanaB as 'sbubo sb[ Bjinb as j^y 'ojanp ap
uvisa anb soj vuvd vpouvdaud audiuais v^sa anb X snnuasap vÁ svj v
ajnnfauias 'vunqno vun n ji nxod ajns vuvuviu vj uo^ 'aid ua aqaou b^
BSBd apuop X oqaad p Bissq ajara as apuop oXoq un 'soubui sns ap
BpnX^ uoa 'jbabd BJBd p ap aAJis as X 'o-uaiq ap Bjund Bun ap opBraaB
opd un ouBin b^ ua BAa^ 'opora pj ap sopBiABjB soppuaiA UBaraq anb
ap sopipBnsaad UBjsa anbaod saaojaj sapraius sojjo so[ b iu ajaj^n^
-bC |b aaraaj uis 'BJnjp aainbpna b o anbsoq un b opnusap X cqos ba
as X 'opnp ap Bjsa anb afBAps p aps ojBJBdB osoju^dsa X ajsiaj ajsa
uo^ 'sajJBd SBpoj jod pn^i sa osanj^ oXna X oqauB ap s^au^ oajBna
b sop ap sajuBjaoa sB^pse uos anb oras 'aapj[B un ap osanaS pp uos
bubo ap sozspad sojsa anb Baja as o^j qa ajqos un^ X ojqraoq p
'ozBjq [ap joijajxa ajjsd B[ Bpoj ajqos 4BpB[nd ua BpsSjnd ap ^
-isaans 'sojjo so[ X 'ound p ua bab[0 as ozBpad jaraijd [^ *sopB[ sop
so[ Jod ua[BS souiajjxa so[ anb Bjauera ap 'o^jb[ ap oui[Bd un ap bubd
ap sozBpad uoa sajjsd ssjuijsip jod bs3iabjjb b[ X oz^jq pp aujsa B[
ua oazi[[ad ubjS un ajuaiaBd [B aoa ruoiaBjado ajuamSis B[ BBq sa[
anb bjb¿ oipui ojjo b uaSiJip as 6aqaou B[ jod 'sandsaQ 'zipjad ap soa
-anq o aujBa ua Jijstsuoa apand ajuaiuB[os ajsa X 'ojuaraip is^a jbotoj
uis 'Bzoqa ns ua 'sopnusap ajuaiUBja[draoa 'sbjp sop UBjpiao as ajpBd
ns ap ajjanra B[ b 'soj[npB uos sojsa opusna ojad ^sofiq sns ap B[ jod
ajpsd p iu jafnra ns ap ajjanm b[ jod o[anp aaBq on opiJBiu [[q9^
csajafnra sb[ ap opnp [a ojijasap jaq^q ap sandsap 'souiuuaj
sajuamis so[ ua BJBzy aaaijaj as anb b soiJBjaunj sojij so[ BJBd sauoj
-bX so[ ap BpBjSBS Bzoqa B[ ap uoiaBJapisuoa B[ ajuauíBpBjaqipp opB[
ap opBfap soraaq 'a[dij[nm o a[drais 'jbi^iiubj BpuaiAiA omoa BpuaiAiA
B[ b 'opaa^q ap souiBqBaB oraoa 'jBzijajaBJBa [B anb auodns o^^
'[BJaua^ ua BiujBqa uoiaanjj
-suoa B[ o Bzoqa B[ ap p anb orasira o[ sa ou anb 'BiujBqa BpuaiAiA B[
ap [B 'ojafqo ns Bja oraoa 'opiBJjuoa Bq as oipnjsa
íBusqa B[ X BouanS
B[ ap uotadaaxa a[qBqojd B[ uoa 'BAijaapa oiuoa ou X jbi[iuibj Bp
-uaiAiA oiuoa B[JBaijsouBip soraaqap 'outjsap ns b oju^na u^ o*g
íoqaaj uis X ojp^na ua sopB[
sajj ap ttjuaABJBd,, p Bas o 'ajuaui[BnjuaAa 'sbui Bun
(q
�existencia. Pero hemos preferido eliminar esta choza de nuestra diag
nosis porque la consideración funcional de esta choza daría necesaria
mente entrada al planteamiento de otros problemas de orden etno
gráfico, a saber, el de determinar si ella estaba destinada solamente a
los ritos funerarios descriptos por Azara o si también servía para los
fines mágicos de las chozas de varones, llamadas "gar^onniéres" por
los autores franceses, conocidas en diferentes pueblos de los ciclos
culturales femeninos o de derecho materno, en las que tenían su sede
y su ceremonial, también espectacular y de finalidad deliberadamente
terrorífica para las mujeres, las asociaciones o sociedades secretas de
los varones descriptas reiteradamente por los etnógrafos.
Este interesantísimo asunto, sobre el cual la investigación, en
lo que respecta a los charrúas, no se ha detenido todavía ni siquiera
para señalarlo como una posibilidad a negar o por lo menos a dis
cutir, habría quedado totalmente fuera del objeto de este estudio,
y por ello nos hemos limitado a dejar constancia aquí de que es ésta
una interrogante más que queda abierta para la interpretación final
del gran complejo charrúa, y por consiguiente un objetivo más hacia
donde dirigir las búsquedas de los estudiosos (124).
5. El estudio de la vivienda charrúa como elemento diagnóstico
para una posible refundición del gran complejo charrúa en el cuadro
general de los ciclos culturales nos haría incluirlo provisionalmente,
tomando como criterio para la diagnosis, indistintamente, bien a la
mampara o "paravent", bien a la de techo conoide cupuliforme o en
forma de colmena, tipos que hemos llegado a precisar como dos de
los cuatro que en ella pueden señalarse, y según fuese el punto de
vista clasificatorio que adoptáramos, ya entre los correspondientes
a los del área que el método histórico-cultural, en las concepciones
de Graebner, llama de derecho paterno, o en alguno de los que en
los de Schmidt son llamados ciclo exogámico-monogámico, ciclo exogámico con totemismo de sexo o ciclo exogámico de derechos iguales;
ya, previas las necesarias discusiones, caso por caso, como asimismo
debería practicarse para decidir su ubicación en uno cualquiera de
los que acabamos de recordar, entre alguno de los que, sistematizan
do diversamente a ambos autores y a Ankermann, a Foy y a Koppers,
(124) Consideramos tanto más necesario el enfrentarse de una vez a este problema con
relación a las charrúas, aunque, como lo decimos en el texto, no con ocasión del
estudio exclusivo de su vivienda, que es lo único que nos habíamos propuesto
hacer aquí, sino en la oportunidad de abordar el examen de sus ritos religiosos y
el del grado posible de supervivencias o entremezclamiento recíproco de los ele
mentos femeninos y los masculinos en su organización social y jurídica, no sólo
por el panorama de sugestiones que en sí mismo abre el trozo transcripto de Azara,
sino también porque, como habrá podido inferirse a la lectura de nuestra refe
rencia a los bororó de Kejara en la pág. 62, los bororó, pueblo que intentamos,
con todas las reservas debidas, proponer como un posible integrante del gran com
plejo charrúa, tenían su choza para hombres, en la que funcionaban las corres
pondientes sociedades secretas y sus ritos. (Véase Claude Lévi-Strauss,
tion a l'étude de Vorganisation sociale des indiens bororó, en "Journal
ciété des Américanistes", Nouvelle serie, t. XVIII, (fase. 2), Paris,
270, 271, 272, 278, 283, 284, 285, 286 (nota), 287, 297 y nota, planchas
X (B), y fig. 15 de la pág. 273.
79
�— 08 —
/
9p S9UOI9ip
-uoo ua 'SBZinb csoui9JB|[Bi| sou Bip unp anb X opuBJBdaad souiBjsa
9nb oipnjsa 'BiuBpaj o\ Buiai pp BpuapuaasBJ^ tb\ ouioa 'sauoixauoa
sns SBpoj U9 X opBjBdas jod o^unsB p 9jbdu9 3nb 'oipnjs^ ^p odi^
ojjo 9p ojgfqo osopBpmo jas aq^p anb o[ 's3|B}U9iJO-pjou sasuajB^doiJ
so^q^nd so^ jod Bpjmiisuoa 'ajuBqnsaj ^jnqna pBpiun B^ Bpo^ ap
Bjunfuoo uoiaBioaads Bun ap Bina^ojd pp jb uauíBxa ns jbaj9S9j BJBd
Buia^ ouiisijuBsajajui ajsa 'inbB 'opÉ^ap jBÍap b Bqqo sou 'sBisand
-jadns SDpjnqna SBdBa s^Anaadsaj sb[ ap Biauasajd b^ JBurauajap b
JBSa^ Bjpod sisipuB p anb ua ísauopBjnipiaB o souiBjsajd ap pnjtqnuí
ap Bpnp uis sopBUBuiip 'sa^xsod sauotanqijjB sssa ap sun BpBa uoa
'opsj jouaui o joXbuj ua soiJojaipBJ^joa soiuauíap sojio ap Btaua^sixa
B[ A 'BpuaiAiA ts\ sa o[ oinoo oaiun sisou^Bip ap Qjuauíap un ap
asBq tb\ aaqos sauopBaijisBp ap ojaua^ pi asjaaBq 3pand ou oja^
•Jiaapaad sojjosou BJBd
ajqísoduu BjABpoj sa anb A 4SBuqdiasip SBJjsanu ap oaxjijuap oan^nj
p a^uauíBAtsaans opuaiuodoad ji apand anb souojBaijisBp ssuiajsis
ap sod^ sa^qísod sojjo ap ojjuap tbA 'laAi^ ap sauopBqoaduioa SBais
-B[a bX sbj un^as 'Baiaauíy ua uojBJiauad anb sauoiaBJ^iui ap sajuanj
sa^uajajip saaj sb^ ap ojjuap ouBipj)snB ua^po ap sb^ ua bX í^u^jaui
-nq pp X apiouBiusBi 'apioraSid rao^pquij a uopuB^uoj\[ uBuiuiouap
�Jl'
t *
í"*' '^'^*
\^ "•• í
�
Dublin Core
The Dublin Core metadata element set is common to all Omeka records, including items, files, and collections. For more information see, http://dublincore.org/documents/dces/.
Title
A name given to the resource
Biblioteca Virtual de Humanidades en el Uruguay
Subject
The topic of the resource
Repositorio de ensayos en las Humanidades publicados originalmente en el Uruguay
Description
An account of the resource
<p><span>La Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación se ha propuesto contribuir a rescatar y poner a disposición de los lectores la escritura ensayística del Uruguay a lo largo de su historia. Esta Biblioteca Virtual de Humanidades en el Uruguay pretende reunir en un solo lugar más de dos siglos de textos de reflexión y pensamiento, dentro del amplio campo de las humanidades, producidos en conexión con la universidad. La mayor parte de esos textos han sido originalmente publicados en revistas universitarias o periódicos hoy difícilmente accesibles. A menudo nunca recogidos luego en libro—o recogidos con sustanciales modificaciones—, son textos que pueden contribuir a recuperar y mostrar las dinámicas de pensamiento y representación en el país, tal como se realizaron en tiempos de centralidad de la escritura.<br /><br /></span>La a veces fina y sinuosa línea entre Humanidades y Ciencias Sociales hace que textos de historia económica, de estudios sociales, de ciencia aplicada a la antropología, puedan tener cabida en esta colección, aunque el foco está en el núcleo tradicional de las humanidades. El Derecho (con la excepción de Filosofía del Derecho) queda, por su especificidad técnica y profesional, por el momento fuera de este grupo. </p>
<p>La colección será un trabajo acumulativo, con entregas bimensuales. En el tiempo, los textos se irán organizando de acuerdo a posibles lecturas de la historia de las ideas en la región y el continente. <br /><br />Aldo Mazzucchelli</p>
<p><span>15 de octubre de 2017</span></p>
Contributor
An entity responsible for making contributions to the resource
Pablo Darriulat
Gonzalo Marín
Rights
Information about rights held in and over the resource
Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación
Dublin Core
The Dublin Core metadata element set is common to all Omeka records, including items, files, and collections. For more information see, http://dublincore.org/documents/dces/.
Title
A name given to the resource
La vivienda charrúa
Description
An account of the resource
Apartado del N° 5 de la Revista de Facultad de Humanidades y Ciencias
Creator
An entity primarily responsible for making the resource
PETIT MUÑOZ, Eugenio
Source
A related resource from which the described resource is derived
Petit Muñoz, Eugenio : La vivienda charrúa /Eugenio Petit Muñoz..
Montevideo : FHC, 1950
Publisher
An entity responsible for making the resource available
Facultad de Humaniudades y Ciencias
Date
A point or period of time associated with an event in the lifecycle of the resource
1950
Rights
Information about rights held in and over the resource
Facultad de Humanidades y Ciencias de la Edicación
Format
The file format, physical medium, or dimensions of the resource
Libro
Language
A language of the resource
Español
Historia
INDIGENAS DEL URUGUAY
SIGLO XVIII-XIX
URUGUAY
VIVIENDAS