1
10
1
-
http://humanidades-digitales.fhuce.edu.uy/files/original/4d7e7ff055fd3c8ebd200ebfd2456b9f.PDF
8020da084fad942512be7f33ec4b00da
PDF Text
Text
— 69 —
BBiqo sej na ^so ojaa 'Baupjsiq BjSojBijai bj na X papujos ua ^oa^od^
souadB ^ojnnfuoa jap sojgjba soj opnFJüiOjBiii o opuaijamoidmoa
'sawi^^í ua X ppuaifj ua BAi^d ojos ¡pnjijBj ap aaaa^a X ooiposida ¿aja
-Ba auat^ B^nd 'amjap bj oa 'btjejojij tipiaran bj ap aapmispiA s'bj
Baijdxa ib 'oaijb ^ad tu i jbj ano ojbj1") * oot^ub m o >i OAi^B-^a^Imt ini b iio]nB
ojiaanu ap ajcinmpiAjaB ^Bti]tiaAa bbo ^b].uub apnod^aiJOa ^!Bt|Baj
Ot^oai{ p X uoSbihi b^ ani ua ^ap^no ni lina^ sojanjBfiop b —enniíoj jod
kainaitiiBtioiBBao— apuu a^ ojad ^sonoioBenas Hür b Bipdianud opuatp
-aauoa 'no^emc b^ na X ot{oo^ p na oiuaraninaB p B^app o Bp^^aa
opnBna papipa appaodnsut bi9o[ oa^AHay ^Boninuai aoaio ug
• (uoioinjm osa ua uozapijoj X auojuo as o-juoimiinos otusiui p onb X
ÍOAijTUiijd or ap X oUBUirid or ap noiamiut Br Biia^a boj ou tb jap
-od UBp^aid ooaAaay ap sopijuas boj anb 'sBinapB 'ajqBion eo j^) -Bia
-napaxa ajqijdixoaojdnn ap oraompsoj —oiqwiBa na— ajsa ^jbiaiji
X BjjoiBio npimja —a^dmats ou— sa B^janliy 'Bopijnos boj ap om
-oratjsai p X oínaiinpuaB jap uoianja b¡ ae^Bqjojaa uajan^ zviq oaaA
-Hay na sanj •ojsiyoaj tmJS un ap opmfiad ua o BBSuadxa b 'jou^ui
oojjuuuioj un ap BiauanjjB pnjnaAa bj na aonpBJj as Bjaraiid B^
Baippi
-ara bajo X BiíBinnjoAnr Bnn isa^qumpiAjas sop b ztiq oaaAaay ap
SBpAon sbj na Bjafns BjjBq os 'oSjsquia nía 'pnuiA p^ • (osjipunj
-noo o asjEOTjijnopí uaaaABd os^nasip ja X ñopas bj anb opom pi op
'BjqBjsd ua opuiaAuoa 'sa ojso 'o^otp o^aa^ pp p) soda jap oneipS
-aq jBapj p auuojnoo ¡ord^auíad oraos oaiju-ubu ^jjb jap BpBoija bj
onnsnoo ap Bjjenj; ' (jopBjdraainoa jap Biouanoajj aaqrj bj b aadutais
BJEd BjJDiqB pBpijaoJ Bun ap nopBipsns boiSbui bj ua) mj onroa
oaijbjjbu ojjb jap Bpuajod ej Bjjsnji ts j^ -jBqjaA X pi^osnas pnjijdB
BSoiSjpoid Bun ap oiajAjas jb sBjsond 'Buoraara bj ap X TiopBut^Brui bj
ap ojjaionoo ojqBOjajxaui ja anodns 'Bjsqoaj jajoBJBa ap 'pnixjA B9g
jüoiusj ap jojno ja cqoitb anb bj ouioo ajnEiriosüi X BOijnajnB ubj
•vni.l30(I a axny
-SÍD^ OH^L Oi^t^otfj y
op9A9Dy opjBnp^ ^p upAOu
Zat^VBI 0IB380B
�mayores. De ese modo, cabría afirmar que es Ackvedo Díaz tauto
más grande cuanto menos romántico; aserto que no entraña un alega
to contra el romanticismo, sino la incidental comprobación de las
posibles frustraciones que se operan cuando equivoca rumbos la
actitud.
La segunda servidumbre —metódica— sólo concierne a la tetralo
gía épica, en la que asume forma de doctrina. Aceveuo, según se verá,
no acude a la novela histórica únicamente por motivos estéticos. "V
aunque sobre todo nos interesa como artista, debe consignarse el
propósito de pedagogía social anexado a su obra. Lo inspira el afán
de ofrecer a los pósteros la imagen de nuestros primordios naciona
les (para decirlu con dos bordones muy suyos), a fin de que nuestro
pueblo se identifique en su génesis y acierte a escoger y modelar su
porvenir. Por eso nuestro autor cuenta y comenta, refleja el ¡lasado
y lo enjuicia, imponiendo ai relato puro remansos especulativos que
encierran una interpretación histórica y sociolcica de nuestros orí
genes. Y tal interpretación, de cuño evolucionista, es seña corrobo
rante y subsidiaria del realismo prefijado. No es quizá inoportuno
compendiar abora esa doctrina, apelando a loe propios retornelos
de Ackvedo. Éste hace del instinto el deus ex machina de su epopeya
ecuestre. Lo considera fuerza capital, clave del hombre y de la ha
zaña. Y en torno del instinto anima a sus criaturas: idiosincrasias
o temperamentos primitivos (engendros o productos del médium y
testimonios de una sociahilidüd embrionaria), cuyo exceso de energías
y cuya espontanea pasión de libertad coinciden venturosamente con
la tendencia inicial al cambio, frente al imperio del hábito, hacien
do posible la gesta emancipadora. No idealiza a tales criaturas, en
quienes reconoce el atributo negativo de la taimonía y a quienes
sabe susceptibles de reversiones o retornos a la barbarie; pero la
exhibe dotadas de grandeza: por el ciego valor y la aptitud del sa
orificio. Y afirma que el egoísmo local y el amor fanático a la
tierra, encarnado en el caudillo prepotente, promovió por obra del
archicaudillo la confederación de los diversos pagos y el consciente
alumbramiento de la patria. Esa ea la doctrina (1), esclarecida en
Ismael y en las novelas restantes del ciclo. Aunque esclarecida de dos
modos: con el relato, que hubiera bastado para comunicar oblicua
mente los designios del autor; y con las digresiones complementa
rías —positivistas por su lengua y por sus principios, como ya el
resumen intentado lo prueba—• que imponen, según dije, a la ex
traordinaria virtud narrativa una servidumbre metódica. Era inevi
table. Pero es preciso establecer que el sociólogo empírico y el docn
(1> A. D. difunde y tnannda cela^ idos —con el núcleo estilística resultante de la
libra (roma "El Mita del Plata") y en las Dóralas de la tetralogía: Ismael (espe
cialmente en los capítulos VII. XLV1II, XLIX, LV y LVD; Varita [aahta toda
paso por e en ilgntms página de los capítulos IV, V, XVIII y XXVIII) y Lan
sabia (primer prólogo, cap. XVI, ele). Obsécrese que sol tuerte ono 1 i pasaje!
— 70 —
�BtnBip. o P
m
o
BB
3
a
Pl
n
no
B
I
od n o o [
[
[
B
I
d
B
[
o
o
n
|o n
m
^
"I
O
VI
1
i
IB
0
oí
í
|
I
[
bb
n
^ p o n
P
P -1" ^!
o
o
B
[
^q
B
pB T1IJBB
(S
1
P
bI
o n
on
B
•p¡jua UIBp nnj OIUTlUOp lis pjjBq BaijpiISUJ B jaAO u bj ua ray
fOJJS A ^^1/B^ amani
ÍO p ^ÍÍ^3 ^0681 *?^•,V aBja|drao^ anb ^ '8881
anb H;^^op,n,>i b[ na :|miapea opcsed [ap soinaira^
aíiioan ^apuBj^ bo( itoa B^puei^anoa X und B|nqBj B^ ap opuati^d
Buoisiq Pl b puyumaua as epAon b^ jod 'amauiBsjoAUT '^¿061 's^m
'f'68T 'pnp-'^S "9881 *?"Jff) Jafnm ap ajcjnioii im o^niji omo
^uanqBU^na mAan anl sejqo Sb[ ua Bjnd Bp.jej B[ GiaFq OAiiBJJBn oj
iuauo X bijaou b¡ na GiJopsiq b[ jod GJiua anb 'zviq
ij^u;oa bj F'rj anb "pBpj ia bj ap oijna ja na
•13 X uota.iaj bj ap bi
oaipajd bj na on 'aptsaj ;b 1BTJ
u is -ajqcjn unsipiii o^ípsoí1 ^uiaiq jap
I^u jap bj íw onaAaay• op |BJ.un bj ainbjo^ -aiJB j ap soqaojap soj noa
BiauaáiA bt^iDÍfspad us b opc
iBduit na BJiíBj on '(^i
lau
SBJ
i
II O^s anb siIIHJB SBJ X U.anbnpo as anb s ajq
a3 b uan^a IT ou aP-ir
un JBanpa X sbuijb jnuieu¡it ap
n'iipaqauui se\ anbun B 'fi.ajqiiiupaqni
jaiui bj anb Jipi
1 •Bui.iiaop •Iianb, o 3 B|1B1IITJlua b.iiilOBprp uoiai drixuX Bjn^ij bj BUS
na
a <q níaijtjBO nn ap sisan
n Ijjadns wj
a^.iiui as '•jBi|a.\ou IP BIJLlajaaxa ajqBJiUipB bj üiqraea na nnxíij X
Gjbo^I on aobunii 'silUtiil¡d s¡Esa na soisaijiuBm ;lOpBUoisiu opainism
�tica. (Recuerdo, empero, el Kulusov de Tolstoy). Sentíase, y sién
tese aún, que si la historia y la novela coinciden en la relación del
pasado, divergen en la valoración correspondiente, en los métodos,
en las fuerzas y en los fines, de tal modo que la novela o se rinde
a la historia y pierde su razón de ser, o la corrompe y entonces la
historia está de más.
Tales impugnaciones al cabo estrujan en un equívoco: el de
estimar una forma literaria como estructura fija y autónoma o el de
enjuiciar un género con olvido del generador.
Desde luego, una cosa es la historia y otra la novela. Pero si
como piensa Choce, la historia es la intuición de lo realístico y la
novela la intuición de lo posible, hay una gran zona en que pueden
enlazarse sin artificio ni violencia. I ^ a decía otro crítico que la
novela histórica se inicia donde la historia acaba y que aquélla es
la historia de los hombres que no tienen historia). Frente al pasado,
el historiador repara o en unos pocos individuos concretos, o en los
hechos abstractos. Kl inmenso dominio que le es inaccesible ¿no
queda válidamente abierto al nuvelisLa? La multitud incógnita, la
vida que filé, las imágenes perdidas, todo lo que no cabe en las cédu
las de archivos y bibliotecas ¿no es materia para la memoria creadora del artista o para su poder adivinatorio? Y quien imagina lo
posible, creándolo, recuerda y adivina una forma de la verdad.
Por fin, y aun con momentánea abstracción del generador, el
cuadro de una época, próxima todavía, y a desenvolver una acción
imaginaria asimilándola discretamente a la verdad histórica y a
los acontecimientos capitales; cuando maneja en término preferencial criaturas inventadas y, junto a ellas, personajes verdaderos de
entidad accesoria o aun grandes personajes reales, certeramente dístambados. Y el género no sólo se salva, alcanza plenitud insuperable
cuando el generador acierta a operar, dentro del cuadro histórico,
la transfiguración épica de la realidad intuida.
En Acevedo Díaz el género responde a esos principios y posi
bilidades. Así la tetralogía que Ismael inaugura, es histórica por su
materia, épica por su relieve, nacional por su valor representativo.
Estéticamente, Acevedo concibe el género como una adecuación
de lo posible a lo real o de lo imaginario a lo verdadero. Pero
amparándose en las raíces de su san^re y de su memoria, de su
pueblo y de su época. Y delega por añadidura en osa forma de arte
vastos designios y nobles esperanzas. Cree que la novela histórica,
aplicada al pasado inmediato, el de la independencia, permite hacer
recurrir a su origen"). Supone asimismo que tal tipo de novela,
revelación de "originalidad y espíritu verdaderamente americano",
constituye, por el desenIrañamiento del pasado, un impulso "hacía
— 72 —
�-OAtii aauopou BEf JEfauBín apuodsajjoo 'sBip sojis^nu b H1AX l3í3
pp sopBjpam apsap Ejnqtio B[ ap X vpi\ bj ap jopBuiniouop un moa
•oai ap naSaein [y 'sapEpuníSasui 3 sauopnaAnoa Bipjiua omsipai X
wusioiiubuioj ohiod soptnri ubi Bourauai ap oa.tBa jo oSanT apsari
•Bisipaj im aiuarapiuaurepuuj [a na oqnq ' (noisuaiu; tía
A uotBtiaixa na xouaui) joubui ootiubiuoj un [3 n^ oqnij anbnny
•BDjqif BjdaoB on
'BsiAtp aninsB ib 'jopaaja oo^uainE opoi aníwod 'iaoij^tn A bbajos^j ap
cnSn^ní mg -o^as osrnb ^ -EisqBaj s^ 'arana ua 'zvig OOaAüDy
•í3u!j^- Buner^qap B[ na ^e^oi noi^BjnpqB Bmi nía 'epipaj3
•snBji o\m 6oras![B3J ^ uoisjaAiio^ vi BpuapiAa as jamusj aps^Q
Rl ^
cap gnb eafBSBd soi n^ ^inainBBia^i^ -Bannenioi Bpnoij b^ ap
-bji b SBAanu aaoni UBqBíinj ^^ vA 'piiaira apAou ns ^^puau^ ng
'(S) •••BiJBJOiy^ B[3ii3B3 [ana o ^i nos bbbozjoj BapBp
"Sej sajqranjsoD A Bo^uaiuBjaduiaj ap soipnisa e OAijepj o[ n^ ^Án
on BpAon aun ^i^b3a3j opand anb ooijo^stq J3^3BJB3 p onbjod
:ooi}3jB3 oinaimiAora un b 'opasojÜ ojn^ijjB [3 na zvig OoaA
BAJaaqo nnSaa 'aadraaia 3qiJ3Bp^ as opi^o^so ojauaS p OJ3d'
•o^snvaa ^3 :v3ix^xs3 Npi^vrng
•Bjqo ns ap sap^uauíapunj Bap^oaB 'oaiibh
o^ A oaio^aq o[ apunj 'nifiíJipam^oo ajuaniBiraq o\ opiíBpxoqsap 'isy
•arBA[BB BJAOli tq sp naSurai bj a 'otib aiUEjqrA 'puopeu opssed p
muínb jsy MajÍEajuE o.)iÜo[oanbJB nn ua asjepfíuo^ uis 'tlJU.ÍB op o[ v
sotnaSaD^,, :jiaap aaajuj -o^íis ns ap ^ BjainbiB if,; -ppBdBa oiiqniE
oidoxd lis B3unu B^.iaBari o^r 'Opes^d p a]UB püpiaotxna aidrais xod
^naraBioBjjBqB 'Baijo^rq iqaAon oaeq on 'saauoiua 'zvja oüaAtj^y
•B3wois;q BxmBxaiii v^ n^ Bipisax EnEaijaraEonEdarq
uppanpojd b[ ap udiis;j313fjb3 bbui tq mnnb B.utd 'ojjnrevN^ ap p
3}JBd ua BjsBq A 'oao^ ap p 'a^uauqEjaiRiiun anbun^ 'ediaiiuB opajiia
aiuulanrag • {f) ^saiqE.inp^ad soipiistda A soxptmo aiuompij uBiEJiax
as 9B[p ua anb opeap 'aBjapB-mp SBjqo noa •••puopen nopBxídsB
BIi> 3P PPJ3B 1B uauod as uBAiqna o^ anb sajoítxasa so[ anbxod X
.ptJB pp A Bjnqna B[ ap somnuop so[ na nido^d BxniBiai^ Bnn noa
jBjjanad ap oqaaxap pn jauajqo b ojio miimii oraoa Jinqixinoa apand
anbxod :BpuapnaosBjj Btuaj^xa X BAispap 'Bptníías ua 'oxauaS p aXnq
-iJiy •^sajqranpaipnra jBanpa X BBUqe jiujibui,, b —o^íiiadal sipa—
JE13OB uopBjaua^ax ap o^.uaraiui.Bui un oraoa 'ezuoiub X ^bbiiij ecAann
�Parece claro^ a través de un esquema el^mental* que el romántico
otorga prioridad a] sentimiento y el realista a la sensación, fiado
aquél en libres inspiraciones y éste en análisis rigurosos. Romanti
cismo y realismo suponen un dominio peculiar, no exclusivo ni exclurepulsa o la observancia de un método—-. Pero además suponen una
aptitud personal privativa y una categoría del estilo, Por añadidura,
cepto del cosmos, es decir, una réplica metafísica o positivista.
Puede un escritor oscilar entre ambos términos por asociación o
pugna de facultades dispares. Cabe aún entonces determinar su na
turaleza profunda por la facultad que acredita excelencia mayor.
En Acevedo Díaz la aptitud para expresar —no el sentimiento—
sino sus efusiones, suele ser romántica y ordinaria^ extraordinaria
en cambio, y propia de un poderoso realista la que descubre al ex
presar la sensación.
Como realista debe definírsele: por la prevalencia material y
cualitativa de aquella última aptitud y la solidaria complexión del
estilo; por su réplica filosófica, en seguida, que lo muestra afiliado
al positivismo triunfante íposición que ya insinúa en Brciula por
labios de Zclmar, y luego explaya enérgicamente en las novelas
Tal credo suele asumir formas indirectas. Así en el pasaje recién
transcripto de "La novela histórica", no en balde Acevedo Díaz ex
presa, primero, que el género por él cultivado se vincula necesariade] naturalismo; no en balde, cumpliendo esa promesa, habla del
naturalismo en La Doble Evolución (oJ, inadvertido complemento
de "La novela histórica": y se refiere a Rousseau (progenitor del
romanticismo, padre de la nostalgia metafísica) y a Didehot [pro
genitor del naturalismo, responsable austero de "los métodos cien
tíficos" en literatura), decidiéndose obviamente por la familia de
espíritus ^\uc el ultimo reprusenta; no en balde considera a ¿oí,A
"el más grande de los hombres de letras de nuestro tiempo" y exalta
la teoría y las obras del admirado escritor |7); no en baldé se de
clara a sí mismo ícon relación al romántico Macarenos Cervantes),
exponente de "una escuela dístinia por su fórmula, espíritu y ten
dencias" (ü) ; no en balde en la carta que sirve de prólogo a la se-
(6) "La dnfale evolución" salió n Idi so "E¡ No ni un ti", d 1 ?! lo ortubro de 1B95.
"El ulro antepasado", el día 3. El en^ayo resultante (sin "L Nnvetn Histórica")
fn¿ reproducido ^•<"> ^' f^lalo ímiro de "La dohle evnluriin". en "Vida Mu.IernjT.
Mime-vídeo, nnviemi.re de 1500. V de esta revista pasó roo nuevos títulos a non id trida
riHnpiljií-iún postuma, '-Crónica.,, emfaenems y ^^ína.rW, Montevideo, Claudio Garría
y Cía., 1535, paga. 71-55.
•U) V. "Zoi.a". un -El Nacional" del i." de nrtufare de 15(12. Hay, en oi artículo, ideas,
Montevideo, 25/III/B93, y íué reproducida en "Mandia", Montevideo, J8/V/551)!
�•f "*ja *MSI *™H ^ <"¡"a 'oap^aiuap^ (5)
-oluaijod soppnas ap ozoBipi tq n^ EiAqo ¡Bisipaa pp 3[qusnads[pin
p^pipa 'vauviuodsa vppmuosqo v\ ap pm-iiA b[ 'i oea 'o.íaso^
•Biauap B^ Jp oi83[iaijc nn
'miBaoou o^ m ajiuipe o\ ou pnL 'a^u p bjbí! jnaipiíiAiaj ap Bijoanu
ba¡4b;u3¡ B[ na 'oiusipanjRn pp bxuS p aod opeincLioajd A BpGooA
-oad nopeAJ3Sí|o buu omoa aavMuag ol.ivi3 ^od upiuipp :o¡uui
'ijadxa p ua py^dtu^ as íu ¡3^IVX gll "^3jq¡[ uuoiou m aod opuuS
-I4SO4B opijTiac p noa •uo-poajasqo B\ op^iioa 111 oaa^Bxa ou ZVjQ
oa3A30y ^soppoin s^puea^ so[ ap soaiapa) sopo pin so^ e o^iib^
•ootdf outsipt^i itn 'ajuanmpijqeaE 'njjns
-ai p;nauo ao^ue pp orasijcaa ^a anb 'Bauoiaisodo SBpuaijTienftn ra
BBspj oís 'ampuoo atpo ^ -BAadorla B[ ua pj^ua 'snatoiaq oaad 'ojidaa
'sBJB([jBf{ 'opond un ap aapuiuiaaS sbiu.ioj 'BB|p uoa A ¡Biaoísrq B[
na 91111S 3b 'sajqraiusoa ap BpAou í)[drap b^ b oiauaa 'zviQ ooaAaay
'BBjp uo^ -ouiejoiaq [ap i otaijiaaBS pp uoiaBOOA 8[ aod [3Ara otni^tt
us ap supBjuBAof 'pBp¡anaa B[ b '^Biuomiüj,, b[ b ^upiBaaAaa [ b Sbh
-uadoad ts 'sapiuauíap auaniBua aod opciupq 'sBaamiuEm saaqrati[ ap
^oa^qaBq a a^uaaoiri opunm un sa t aoadooua aoa^saBui sor ap [R^nací A
opipaos a;uauujpBzi[tAio 'aoui^iadsaA sa^uij ap 'opBABidap A opiooíaAua
oputun [a sa on oAns [a 'SBisipaa so[ uoa sapBpraijB aisanoqoa o¡[a na A
III) pTSBao Bnn^p ua pmuídsa jos p orasiuB^ao p uoa JBaiji^napi
b osnpni an^a[[ anbmiB isajoiiadns sojaajs ap A senqB ap anb bbiu
'sojnrisui ap A sapBpipnsaas ap 'aoiuanrejadniaí ap ajqsq 'sbib¡a;i
-isod sauoiaatAUoa sns e auiaojnoa 'oaaAa^y anbnny -orairBin oado-rna
omstiBin^Bu [a anb bt sa ou bíbiieji anb uoa bubuiuu Bija^Eiu et"
•[bioui b8b[[ b[ ap a[qBjoxouT otJOíar^
-BUi [B opipuaz m 'uotaBaoAinba ajisn[¡ Bun uBjtt]i;suoa anb sopoiaui
ajuB opBamjo ra : Biauapuadapui uoa j^ •—b]SI[bjii}bu onb OAisaj^e
souatn A pejaAiuti sbui opripi— Ejsipaa opras as Zviq oaaAa^y
•(01) Pí^ t jod
Bi[3U[ E¡ ap soorapiujB sozjaujsa so[ ap oa;uap sofajdnioo eouainouaj
ap uoiaanpojd b[ A saanj ap PBpTaT[diJimu e[ :omsipaa p opuapua
ouxoa ^oibiu o ouanq opouí un b o Jad 'b¡bi[B3J .Ao^ " Bai].aj.sa ai ap
uoisajoad spiaonoasap A Bjp^dxa Bjsa 'EnBiaoanads aj ap uoisajoad
Bliaifdrai Bun ua tasü0[ 'o^uauínaop OAatiu un aiaiub as is i 'jo^ub [ap
maBJOí^ uppBipj ajuaiasuoa B[ osaijiiaaa Baed opnouB 0[ BtaB^SBg
•tl-••soinpsu; sos ap aopa p A senuoj
sns ap Bzapnaa b[ Bpoi noa aiuBjid|Bd pBpipaa ap BBonSij •••sbij
•BJ3)i[ seapt ap sainaiaaoa SBAonn se[ e omquí ua,, aaaaa^o oprpod
Bjoiqnq \^aim ap ^ppsaA,, ^moaaq eun JEirauB A 'Bzyaatniad BpAoa
B[ jauoduioa p ^saauojua bA anb aaip '15) npu^jfj ap nntaipa Bpnn^
�sámente dotados para la captación del mensaje telúrico y de una
caudalosa memoria electiva, cuyos testimonios convocó y rehizo al
caho la inabordable facultad creadora (12). Y añadió a ese don intui
tivo otra calidad, también de tipo realista: el guato de la documen
tación y del análisis, parsimoniosamente ilustrado. Así, en Ismael,
cuando describe un paisaje o una batalla (sea la picada secreta de
los matreros o el combate de Las Piedras), se advierte, junto a la
insubstituible observación personal de la tierra y del hombre, el
documentado conocimiento de la naturaleza y de la historia.
Si no se extravió en el experimento literario, cabría atribuirle,
en cambio, la prerrogativa increíble del experimento vital. Educando
a quien dirige un obsettro poder, o libre educador de su alma, pa
ciente electo o agente de su propio destino, se le ve en tres revoluobras mayores, aguerrirse y experimentar el carácter. ^ el experi~
nación, se encarga de dar al ensayo infalible respuesta. De ese modo,
para componer su tetralogía nacional y convertirse en el revelador
bravios pobladores, no se habilitó en actitud contemplativa ni con
una sufrida cuaderneta en las manos, sino abrazado en la acción y
en el riesgo a la misma realidad que debía evocar en sus novelas. Pué
—dice Francisco EspínoI-A— "el único verdadero artista a quien se
le dio el contemplar nuestro campo tal como lo cruzaron las turbas
emancipadoras. . • resultando la suya la postrer mirada sobre un mundo
que llegaba a su fin". Adolescente apenas, había sido actor arrojado
en "la revolución de las lanzas" (1870) : así conoció como lo declara
en una carta a Palomeque, "los hábitos, los osos, las tendencias y
la idiosincracia de nuestros compatriotas en el seno mismo de su
masa cruda, acida, áspera y fuerte como zumo de limón" (13) ; así
descubrió en la Sierra de los Tambores a los últimos gauchos (14),
idénticos a los de 1811, 1825 y 1836; así, batiéndose, vivaqueando
tierra que era aún la misma de los años de gloria y de las primeras
discordias civiles: donde se marchaba, como él mismo dírá, "sin tro
pezar con alambrados ni con ferrovias, ni con postes de telégrafo,
ni con grandes establos de refinamiento, ni con zonas agropecua
rias..." (15); y donde "las hierbas nacían altas a todos los rum
bos", de tal modo que "el toro y el potro nadaban en la gramilla
�•(1^681 na """"H ^ oirajjífl jod oapuaino^
na m|3q ^tlj —ío[OJd orpnwa o oot ifl ap os^q— uompa apunVaí rp -oÍbio
na znt . pt <uqi[ ra -assi \J™™N •""'{••'X I^ BP nmad! -^"i^ onann (9r>.
•popajoR op mingad W| as
opwiidi(O íinaniaiqiJimpB oipna^uí ja omiiJo pnp ala •oijouiain ns na aia -sapiaj
opuBJiatij^ oSanj p •[n.qmoJ,, "oq^oBg [a enfc' 1 Bíioqnny, sa[ op n^jaig t¡ na
onn ap ajiu i anb apauy -^.osojoaihI • orpinaoi m'' 'io^.ui opiMÍ pp aijoaiA
p j^qno anaq impon ntind roj,, omoo onli zvjg mola^V "Saity "PI1T "PI ('!1 SI>
s^auo^uí ap o^od^ [a uoo as^eiannaB ]B 'soqniF tt^ -^jaaniBApasd
-S3J '8S8I ap [^qe ap x^ ^a ^í ojana ap g [ap '(,Haoda B1,, ^ itnPZBH
1,, 'BouBapiAamoin soueip sop ap ^oj^ans aopnas uoa o[ABinani
-naop aqe^j •hiSo[b^i9j eun jauodmoa optpiaap Biqeq ni í(^i) (8881
ap OjÍboi ua BpBjrpa) BpAou saa jeqBas ap sajuo anb o^nSaa B[j
•BaiJojBtq auas son jaA[OAuasap aa^enad ei '¿ggt aP ^ozuairaoa o 938X
ap samj b 'januit¡ na o^ara aanod [b oaaAaav 3T^> ^iqísod 9^
•o^nntQoa [ap aoioBjSami b[ BOBj¡tqjB o ajirepaBA 'etpJBi uau
-odnB soapuo 8Otm^[B anb b^ 'o[íBqojd [iinin sa o^ 'oxuaniom jamud
[3 apeap pepi[B;oi omoa Bptmpp i EpEpiapAB anj Bi2o[B^iaí b-j
"(tlót) a1^^
i 0ZUB7 i (g68l)
?JO/^ P
ÍJ3 '(0681) ^.AÍ
Bia[duioa anb
S'iSas B[ '(8881)
"IYNGIDVN YJ3OTVÍX3X TT
•ooida otust;
•ttBJ un 'sfip otnoa 'Bas 'upi.TDiuasqa vj ap OioiOJafa oaaní [a o[jbuij
•uoa opnd anb ua 'Bisijqnmisoa BjniBJa^q b[ ap sBpjsq sb[ opuBj[Ei
'oms¡[Baa na anb ;qB oq "O^id^ m^u&iJddxa Eira ap oi^a[und [a -—op
-tmaaj i o[qBqaojdajji ^¡s asa— fnrtd oiuawu^dxa [o uoa 'aj^sod b[ f
piTpajan zv¡a oaaAaay \ -uotaBa^a b[ b ^ob^ [p oed [a ng -opjanaaa
[ap BAiiaadsjad B[ 1103 -zap¡on[ B^Bq as ojuaimBjqmn[nap [a opu^n^
'apJFl ^Biu oqanuí outb BJianpB^i o[ ou traag 'opimiu n.9 opB[[Eq Biq
-Bq ^ojijasa [a 'aiuaiuEAijiuijaQ s.)uoiaB|aAaj BBjiia[OTA ap ojmbaa un
opo^ 'sBjqBjBd X saaqintipoa 'sbjii^ij X safBsiBd 'so^Ba^ X ssiea^ 'ospid •
[B X BiJouiaui f[ b cojBJod^ootn a[ os 'a^uaofiO[opB bih[w un op [btjos
-uas X BATjoajF uoToeanpa E[ e BjjanS b[ bSjo;o onb BpBoija boiSbj^ bi
noo ^ 'arBZTpuojdG [ap X uoieuaqajdF B[ ap pnmde Buiísisuaim B[
BiABpo^ aaeod jo^ [a anb ua pBpa Bira b ^[ijjao opumu un uoo oiaB^uoa
ua asoxsand X sBiJBiisjaAiun 8B[nB my opBuasap BtqBjj -pap^os ap
SBni^Bd sb[ op BBqomn o Bij^Fd BjSo[FJiaj bj jiqrjasa Bjüd uoiaBui^
-BUii Ejnd B[ b 9B[E orpid ou anb *sand 'assqan.iduio^ 'Bo[[onSap X
soaqooBO op ojoquiBJiBa ojBqjBq [a X ojSubs uoa oiJonm b[ ap soi^oJ
Ba[dii[ntu BO[ 'aojsanaa X ooqaq oiaA-a Jiua [ap sbijbj 9B[ 'ujjB[a jop
ajqo¡j b[ uaiqntBi otoouoo '(WJo/^) p oju^ ap Biuaj '^^gx ap oaiooaq
uoopsd [b opB^snfB ajuauiBTJBUTpjoBJixo oubJBquiasop un sbj^) anojy
[0UOJ03 [B oinnf ouiajoiui anb ua '(s¿g[| ^opaux nopn[oAaa bj
ua X 'oíaiiBdy oa^ouijx p [ 'BjjonS usa ug -(9¡q g[) tl[oqa^i [a X
�directas o indirectos la pronta publicación de un trabajo que no se
menciona (Ismael), son confundidas la novela y la serie planeada;
pero en ambos se atribuyen (certificando obviamente el proyecto de
ana tetralogía) "cuatro volúmenes" o "cuatro libros" a la próxima
obra. Y de ésta se dice además en el suelto de "La EpoeH": "El úl
timo y culminante episodio do la obra es una brillante descripción
de la Defensa de Paysandú" (17). En suma: ambos sueltistas coin
ciden en el número de las partes. Y el segundo precisa —aun sin
quererlo, en caso de que equivocara el episodio de 1838 con el de
1864, como lo sugeriría una mayúscula— la meta del ciclo: así Lanza
y sable, la novela final, se cierra con la capitulación de Payaandú,
cuando Lavalleja depone las armas ante la renuncia de Oribe a la
Presidencia de la República (18). Puede concluirse que ya estaban
determinadas entonces la serie, las partes y basta la naturaleza de
las partes.
La unidad del conjunto, previsible en ese temprano planeo, fue
aún esclarecida expresamente por el autor, hacia 1891, ya demediada
la tetralogía, al aseverar que es la suya "una serie con trabazón
lógica entre sí y solidaridad completa en los vínculos históricos" (19).
En 1893, edita Acevedo la tercera parte. Sólo al cabo de vein
tiún añoB, la complementaria, Lanza y sable, que al principio pensó
intitular Frutos (por Fructuoso Rivera), rótulo que descubría el paso
—felizmente parcial— de la novela histórica a la historia novelada.
Y la anunció con ese rótulo dos veces: la última, en nómina incor
porada a la traducción italiana de Mines (1910), como "romanzo
stórieo, contimiazione di Grito de Gloria" (20). Así, de nuevo subra
yaba el enlace de los términos que forman la serie.
No defrauda el conjunto consumado la^ expectativa del autor.
Acredita, en efecto, unidad y homogeneidad.
nuestros orígenes. Ante lodo. Acevedo Díaz deslinda 'con estrictez los
límites extremos de su empresa: entre el Grito de Asencio (tras una
referencia al Cabildo Abierto del Odio I y el primer impacto de los
�¡•JltiíitD uon)t91 A nom.i in^ns (3
no Bímn uu uiptni s^loman, nt, /*jn tío u y [• tI upuiainiaj 04 aqjp tu
nujíid^c^ y ^^út ^u" uamuunj bdi u^^ í*u\ h>uuq jimut] o uSujpJd ¡J -A [IJ)
¡XailB^y!,, .a.iayuBua 8( ajqtuoti anb o.renj ap buuj Baiyaq bj ua 'asap
-jauiay) 'Eio-uay) B| na a|qi|anpa.ut oyqaiid uu ap |B4U3uiaya uaiuntt
ya '34uasuB aojaH FP ao^^ ais^q .í BfaiA buibj By ap utnsiA ny vap
-oA na Bjaydinoa -BJtiptpBuB ¿o¿ -oBaao-td yap zbi|hj4uoj |a X zrij ya
:y)BpiyBuo¡3BU buisiui Bsa ap oiuoiuii^nuo^ ya A mnmid b[ 'afiyi unSas
na ¡.BpE[BuoiaBU By ap Ji-u/jp jwapiiMj^iMHpi,, ya oaoAa anb 'joins
ya :aaa[B4JO] oy 'ninnfuoa yap p^ptun bj sanoiajodojdsap o sojüva
uoa JBtiBp ap sofay 'i^joyfj .p íij^ X oaii¡>\, ap otajosiioa ya ^ojubi
•ojdoJ otppdvjí! uoa 'msiiio.ia ou A b4s¡ijb B.ia sand '.tapaaoad A -biS
-oye^i ns na jBJina UBJatpnd anb soy 'soqaaq ap pn4¡4ynra B[ aj]ua
uotaafqo B-q -ouitBydsta oJ4sny |b s^yaAou sop 'sBtyniB a^tua 'X 'BayiAta
BByyatanb sb[ ap oznaymoa yB 'ouisiuiisb "Btm 'BtsynSiiJB opoi.tad yB
Bjqo Bun Bji^Bsuoa zviq oti3A33y sand "uota^odojtlsap ainaaBd^ buu
'osiqaui 'oj.itjB^ "ojio jod 'ojqvs A uziiwj A opoj^ op o^ij^ ojjna
-ut n X onaytsBjq-osny otuimop yap ojaqmos otpanuatuí ya uBJtsnyt
anb ^t^oj^^ op oip^y A Oíit/BA -oiquiBa ua *nauodB4xnX X tiBZEyna as
(ojqvs A íísutcj 'jomus¡) souta^ixa soqrne a-iiu^ •sBatoJaq BBtSiana
ans a ouyisap ayqsjadns atibune 'o^Btas opo&p 'soipjoioij.d soy ap
opojjad ya BinsnBya anb uotaBianaS By FjsBty 'zvifl oa3A33y ajuara
-Banqtq BntByy By onioa ^^^noiaBjaua^ Bjannjd By apsap aXaydxa as
oaida oyata y^y "Baasut^jxa ou ts ^Bpunto^td bu)autis buei ibb Xbix
"ojqvs A •osud'j na 'sBuapneq ap ssqany
flBpEU3-i4sa uaiaa^ say noa '/i^ta oiooduod B^tqns By A '^i-t®10 ap ojij-^
no 'esoinajAod Bpsznjy^ By uoa onans yanbo ap nozas ny 'ayqraajnoant •
OTiionuiomtoi ya A •oapvf^ ua 'atiiujaj yap s^pe payos s^y sajUBjaadxa
BBtpyaqaJ ap X sa^oijapuB BBZUBy ap aztia anb 'Bjsyn^ijjB onans yap
sisija b[ 'BUBjdnioj -upisnd bj A • aatojaq notatuaua^ antt ap--'90SBd
soaaUtyjd soy^l X BB^t4jy ap oiuatnituaApt! ya uoa rjooiusj na 'tiyFJJIp
ojuaittiRjtjtiinyB asa afayjaj t • (^^^ .ojqouíopui a osopq popfjiwoío
~vii íifli^ ap ,¿Fí/?P ortíottitiijqwnjv^ [b somajiisisa anb BpfoyBjjaj By
ap SBiu^ed sBjantud say no aaip "oinsisap ns a aAOiyaj opu^p 'ZVIQ
on3A30y otJoíd y. A oyaia yap B4S!no^^B,oJd ya sa yennayao oyqand 'ya
'U^) ^iONiasg ap upiaB4outt Bjai-iaa ay nn^os 'anbaoj -Bjqo By ap ojj
soipjowud so; —B4f.t^ sa ay anb e.ii|ryed unn b anuoynoa— ya EJBd
uaXnjtjsuoa '^ggy X ^ggy ajina ytAta buisij yap aja^ada fiy X yygy ap
�jAguapey, viejo Artigas!..."). Y con Grito de Gloria ilumina la
sa^ón del sueño artiguista en el Rincón y en Sarandí. Pero liace más;
El ciclo de los primordios no lia llegado a su término. Para prepa
rar el desenlace previsto, Aceveoo Díaz genera un nuevo nexo, ra
dicado en la acción. Con acierto prodigioso: no sólo por la excepcio
nal calidad del episodio en sí (el duelo de Cuaró y Ladislao
Luna) (23), sino por lo que la incide^cia añade en sus íntimas
proyecciones a la continuidad del ciclo. Las circunstancias reunidas
responden, en efecto, a una intención profunda. Es el día de Saran
dí. Luna y Cuaró han luchado con el adversario común y contribuido
a la promoción de la patria. Concluye la batalla gloriosa. Y aún el
•sol que la alumbrara no ha caído, cuando aquéllos, contrapuestos
por sus divergentes afecciones a Rivera y Oribe, chocan entre sí.
La moharra de Cuaró clava a Luna en la tierra, derramándole las
entrañas. El combate singular adquiere significativa extensión: como
preludio de las contiendas fratricidas insinuadas en el seno mismo
de las luchas por la independencia y convertidas en eu posteridad
inmediata. La composición de Lanza y sable resulta por consiguiente
dispuesta y anunciada en las postrimerías de Grito de Gloria.
Aquella "trabazón lógica" de la serie y aquella "solidaridad com
pleta de los vínculos históricos" que el propio escritor invocaba,
parecen, pues, irrecusables. El cielo entraña un ritmo, (fue procuré
abonar, de esperanza cumplida y obstada. Y el período de los pri
mordios se cierra, con la primera y sangrienta discordia banderiza,
en vísperas de la Guerra Grande. Pero el escritor, si corona la te
tralogía aludiendo a "los fantasmas de los años terribles que se
acercaban paso a paso, con el arma a la funerala, y su cortejo de
letales odioa"(24), no capitula ante el porvenir. Lo prueban cien
pasajes de la tetralogía, en que glorifica la energía heroica o exalta
la virtud del martirio o promueve la visión de un futuro sin mácu
la (25). Y aún lo fían su doctrina y su apostólico denuedo: porque
el amor y el culto de la verdad nunca en él se estorban o se niegan.
Quiere, como dije, "instruir almas y educar muchedumbres", desig
nio que atestigua la indemnidad de la esperanza. Y hace, dirigién
dose a los pósteros, "el relato de los lustros sombríos para que naz
can ante sus ejemplos aleccionadores los anhelos firmes a la vida
<2J) Grito de Gloria, XX*".
<21) San las últimas palabras d^ Lama y sable (Cap. XXV).
(25) La energía heroica es tónica de Ismael, Nativa, Grito de Gloria, y aún, si extra
viada, de Lanía y sable. La aptitud de] martirio —.esclarecida constantemente—
es objeta de una digresión afortunada en Nativa (VIH), coso do Acetedo, al cele,
hrar la berma sura de la tierra cimarrona, la encarna de nuevo en los nu mita es,
que la salvan (frente a la abdicación de los privilegiados [niel), con sus amores
de sacrificio. La visión de un porvenir sin mácula culmina en un pasaje de Grita
(fe Gloria (XVIII). aquél en que Berón narra a Oribe su sueño: el de una patria
libre y hospitalaria, próspera y ¡elti, donde había de hallar el civismo con orgullo
"solidaridad nacional, leyes justas, historia gloriosa, culta por los mártires y por
�•iui>A!a ^flTiBjn, pp .of,q antod [ b mipi^
BjnDj p unn Jn]qnq 3[ni<jdijjo3 -o]\iat^ A pqy np 3[qnq B^
mBipaiii rap-imBu iiifjq t¡, sosbü eo] uiqninqn 'B(qni i diud-j u3
a[p3 Fp¡y fqpp|^ p^ 0^, ^
p^^
'u^qnis^ ojflau p '—Bis i nuil Binad ;a— unjan BMBJ^ íin^ -niEn;) 'pnutii (¡¡)
-S/qut ^ pziin^ p uüaiujd jamuil •1.bsiai[I np * uotíb^í njs,, (95)
J [plf p3 pqg |
-B3 jp o;uainnaotioa:t.i [O ^uní! ^pujjdjo^ ojad ^üouam Biioiap '-/</us ^
0SI/B7 ua uaniiiiB} 'oiiBid omsuii JJ a -¡''i'^j ap o^b.iia Baio.iaq bj
'Bso.iojiíiy ,iod oÁo.i.n! un n uiunf opu^d ^ojjían ua opua.uaq,, m¡[[ua
¡a cijos -BiriE^ ap juibiiib opJB^Erf OAad 'uj^üi/ ja ¡BAiianoJia.i a,uaui
•^BiaLjn.i^ 'np;aB[jJ B]ua[oiA cun 'ajqvs f. nzuvj ua 'zvi(j o3Aaay
wkiiisuod Binatiu [a uo^ -saiuo^ [aqy BJinanano os opio pp sai
-jed sbi B oaejua üUKpmwas ap naA^is onl BafBuo^od so[ a.nu^
•eiouanaasuoa epupp O[ ap oqua^onain ins
-oj JoniB oidiud [a anb X opnm¡^ [ap o^^Bd ¡a na oisand ubi[ ^\ anb
oeijsaiu ap aiom p ejeaijiisnf ib uiuoa izB.iüiuotti Á ojadse sonam -^a
anb op npisa-idmi B[ aonpo.Td 'ojqm ü iízwi-j ua zoa Baaajai jod E|[Bq
a[ as opunna 'opoi 00^ -aijas nj ap [bui^iju Á bio.u fictu etii[na^mii
Bjn^ij it[ vipisaj ajtlmais '3[buij s.n.iüd sa.u sej ua oS^ns anb 'pi^n^
Biujeip p 'oirprea ug •seitupauíin sepAou ^BJ na aaauBAsap X B^Bd^
as 'ziJioiu BjnJaua appaiuipi: eim ours l'pbziiibSjo aiuomnpunjojd
bi ^opáis d Bun ajqiuou Bp anb b bjuo bt ua anbinuSis ou anb
-muí -lavivsi 'ai-ind tw .ioj -jouaiuB BpaAou Bf ua eaijipa o[ anb pnp
-p^aiui [ijia B| Bpaanaaj as is saiqtsiAajdun 'v^ng ovisinvq ajqna
•sap BpAou Eiusiui Bisa ua anb eBzanbEjj sej o .'o.uo^3 ap oju^) no
uijpuBpin ouaqqo b 'oíiiin^ na Bza[qou ap zeiIbo 'vznog aa oana^
ap osnd oosnjq ia ^oitltna Ca jod 'Eaoq'A "nETauBieqn^ap o uaarptíji
•uoa as sajaiaBJBa soy saaaA b sand :soj8qad sus auai; opopin jg
^psagd
-xa uX 'saiJdd sttsa ap pEpinSpuoo [BTaadsa By Baijiisní og • (¿z) ^J
-nj^ op OJU^ b iiBSBd 'souam BpBii 'oafjw^ ap safBuos^ad aojoi^a
:sBipaui.Toiut SBaqo eop sny na b^ijijoa as <sa.uuaE.iB3 ap 2aTSBij aso ap
OAiiBiiiByj saín oy o^ag a^us X ¡kuvj X niJO/^ ap oíu^ ua 'ojnng
'utiijo^ op ojio X :oyop pp SBiBipamiq eaund sop se] na aoajBdeaa
'bibiuoSbh'J'I ya 'püius/ ayi oun anb jaaayqBisa aqfia (bjoaii^ 'aquQ
'Efay|BABg <BjaAig| Bjqo Bnn ap sbui u^ sajuasaad soai.ipisiq safBnos
•jad soy ap jByqEq u!S sojoabui soynouiA soy aiua.uBUEip^qns JBpqos
-uoa ap uii b 'sEiuiisip sej^aou uo safBuosjad soi aaia an uoiaiiadaj
ey 'ouBioBTyEq muaimipoaoJd un ap oayduia p aiUBipara Bpuaisisuoa
bSjoio so[ on^Aaoy •sojouatu sax^u <bi^o|rjioi sy ua 'snuiapR 'Xbjj
•otunfuoa yap BiJBuiJiaop X yBJom <Bariaisa papiun b[ iqe ^q
-oyqand un ap ouyisap ya ua ayqEiqyaapui oj Biipaian anb oiugis
•ap '19^) ^jBuoyaBu ezaptre^^ ap X bioiibuí ap 'z^d ap 'BpuEjayoi ap
�Arte e Historia. Transfi^uración Épica de la Realidad,
El cicla épico debía iluminar la gestación de una nacionalidad
y reflejarla, necesariamente, en el lipo original y primitivo que la
Y surge el gaucho. "Ante la luz de la historia", no a través de
un yerto enfoque costumbrista "que no liaría resaltar los perfiles
enérgicos de la sociabilidad, faltando el teatro de la lucha verdade
ra" (29). Con "sus instintos, sus desnudeces, bus heroísmos, sus cruel
dades" (30). Reconocido así en sus limitaciones, pero glorificado en
su grandeza ("Históricamente, el gaucho guerrero resulta siempre un
sujeto extraordinario"! (31). Como "ser pro teiforme", ya extinguido
("Ha mucho que dejó de verse, de oírse, de palparse", y en las cam
pañas queda apenas su sombra! I3^ I. Como personaje primigenio y
característico, al cabo, que exige necesaria, aunque distinta sucesión:
pues fue vencido por el tiempo y las inmigraciones pacíficas sin que
todavía 'se sepa cuál será el derivado o tipo nacional que haya de
reempluarV(33).
Esa criatura liarhara y esplendida es entonces, como encarnación
diversas partes de tu tetralogía. Vivificada en sendas fábulas, si apa
rece como multitud, alcanza rostro, forma e individualidad en varias figuras memoralles; y culmina en la acción heroica, junto a los
Nota de pedal constante en la doctrina de Acevkdo, es la men
clon el el exceso de en^irs\as como privilegio mayor de bu criatura
cimarrona. Y en efecto. Clave del gaucho y lujo natural de bu or
ganismo, era la fuerza. Una fuerza elemental y exuberante, que sir
ve de canon al período de los primordios y lo configura histórica
mente: desahogada con gloria en la gesta de la independencia re
vuelta —o vuelta sobre sí— en las luchas de banderías. Una fuerza
que es, por añadidura, tenor venturoso de la propia creación ace
vediana, porque baila esclarecida respuesta en la misma fuerza del
la tónica sugestión de la tierra). De donde se induce que es la fuerza
como intuición histórica y artística, el rasgo fundamental de la obra
acevediana. Y que en ella el tenor de la energía heroica prevalece
determinando, ahora como canon estético, la promoción electiva de
hechos y personajes.
Así se acuerdan el arte y la historia. Y, en la tetralogía, hechos
dad esencial^: \n que^ahonda la extensión de la realidad verificable,
(29) "La Novela H¡atines
irt rit
(31.) "Sin pailón y lin di^isa
prol ctt
(3^) 2 Mito Hel Piala, segunda edición. Buenos Airee, 1917, pág. 133. (Ackvedo repite
•i baldar episódicamente del gan^ío en ese obra, ideal y son palabras anticipadas
en al citada prologo de ¡Jmza y sable).
�npuoa bjjo JtiunsB Bijaaojad ociaAHOy 'soiuanupaiuoaB eopuBjá soy
o ojUBn3 •(sg)BnB^il op odureo opsiarabn p uo klm(\¡M eosopaoA
8Pn 9of enB BÍ!J :)n^ 'aojayy pp BpitJitii .íyqísEdin; enn no^ ^uup
-atj bb-j ap yos [3 ofeq :apuadsne as yaouís; ap uoiaaB [ 'sauBpuEi
•bo X sbiujb uaieqo sByouEdsa ^edoiq. se[ opnnna Usy -pniru^nuí R3LÍ
-adoda ap oSsej un uoa mqo ^\ JBze¡uasap a;tinjad o\ anb 'eianonajd
Baiianüeni na it Tiiaunnaj oaodinBj oja(p '(f) BAijaadsjad ajqesuadBip
-m Bt 'Aaaoid I3p uzapuBjg b[ b 'ajnauqBpuajaAaj abi^ B.tsd :Bp^oqB
l M ••""
lB ^A^ íwrnoarod sa^! ajjna 'opout asa oq (BpBjaA
-OH Bi^ojBrq na saaaA sbuiiS[b aeaap anbiod 'sapnjjiA aaiua^Bsajqos
ap Bn^uatn ms 'efa^Bdaap nqneaj anb o¡aia ^op ejqo saiim b[ :3jq
os X. ttsuvj na 'oseaBij oaijü[3i un uoa ^peSipso 'uoTadaoxo baijb[3J
[ ea BjaAia) -saiaBanSBdraB[aj ^í Bosua^u; sanboi uoa soiopuBaaaae
o aiuatuBpB^ipauíajd so^op ni? joub^s tp o jad 'so|[.> b SBiUBf jBiannu
"3j uib ^sarBaj saiBiiosjad sapuBjíi soi b ouimjai opuu^a^ ua Baiqn i
•auotnq Bt op uorin9n eT A EzapijuiBU iq op oijaistSBiu p nnSae
jHíia^ns apand a^ie p anb sojiioso saojaq so[ b A - tqpiBq jí SFzuBp
-ub no 'sauífBjj jC BBisaij ua onb sbui— Brainous pmiipun e¡ b s^pA
•ou bus ap omqd jauípid p na Bniís 'o.iauaS pp HoipiBa pupqtqep H[
opnBjnSaBy -oiua^UEpiuiar.) niaiipuoo Bsa BAja^qo zviq ooaA3Dy
•Bzopnojá bT ap ouiíqjB IP;jip p 'o^and
un ap aiajdjatm ouioa 'aasod bisi^jb p optiBiia ^BpiBjn^ijsiiBjq bisbj^
•apsiipuaj in Bpapuojo uib -Bijoisiq b^ b aiuouqnuoiauaAUO.1 jí baijooi
•as 'Epunjojd EiiaapB as 'BpEpArra ^uoisiq ua Bjaua^ap ou is -boijoj
-aiq npAou B[ ^osa joj -papa.i sarnuos-iad sapiiB.i^^ so[ ap (iqísodiud
e ^3Miaaxavj^ BqBA.iosqo O[ oraoo) nsiaajd opBT^Einap oy uo yiuaj
ojofqo aqjB ya BJBd sa Á czuBoyc ou 'niuJiupiBj •Byaoisiq By anb o[ ap
'jia.ip sa ^oqws ^s ou ií jos mq&p o 'jas opnd <uih o¡ ap e^bz bj b Bjiaob
^BinbjB.iaC ns ap unSuain cus '(oymps o opBinauuiaop oy 'pBpaApi
Bipipaiutt b[ B anwojuoa 'jofant o) an¡ anb oj osnyauy 'soiqBzuydmoaJ
ayuaiuBAtitiuut 'sBprpaod shiujoj sus op oiynbos p uoa o/ aní. oj
oyniBiBjip 'sa oisa 'oaiuap jod ouisiiuibb EppuiiaijtUoBtu ojad íayq
-Tuodsrp pRpunea oraos ByopuBiyinry '98 oqso 'eijaiBiu b[ opnai^oaaa
'oAiqmBqxa od 'OAyiBquasajd.i.t ojifiodoad uoo —safnuosjad X Boipaq—
snmai sns BjBauo bjsi^b y3 -eiiun bT tu BpnBjjap By tu 'BiJOtsiq B|
ap noroBTJBA sa is 'aqjre ya 'apuBJS eyoAou By ua o B.íadoda b[ u^
'oaijoisiq opesBd yap so^sa^ X s sia ubis uno jio
'BBjnSij bb[ b 'a^uttuiuqna X BAiiiuiyap 'Bionajsixo jjo apaouoa aqjB
ya anb-tod 'uoiaBjn^ijsuBJi q ^yü^uaninoop oj^aadsa ns X opi^niJíso-i
oiuaiuuaonoa ns oeus ~ouy anb oy a^uaxuBSioajd bo ou EA^u^od Buoq
-Biq sy anbjod 'uoiobuba :E¡jo]sny sy ap uoioBingipuej} X uoiobijba
saouo^ua so atm y3 -jas opnd anb oy uoo anj anb oy opuoiaonbyjna
�tai no aleja, acerca la realidad histórica. Evoca asi hechos famosos
de nuestro pasado nacional: el sitio de San José, el combate de Las
Piedras, la prolocruzada de Olivera, la Cruzada de los Treinta y
Tres, la batalla de Saraudí, el encuentro de Palmar. Pero evoca esos
hechos electivamente para sensibilizar el proceso formativo de un
pueblo. Y aunque los respeta, abonando un lúcido y constante ri
gor (361, lu hace con e! idioma y la potestad del artista (si se excep
túa el relato de Palmar, resuelto en un fracaso esta vez sin matices!.
7Vo se limita, pues, a lo conocido. Y al entrar en la perdida zona de
la muchedumbre desencadenada, inaccesible siempre para el inves
tigador, siempre recuperable para el poeta o el aedo, con pulso de
gigante anima el conjunto, o adecúa a la bisLoria solos imaginarios.
Recuérdese, en el sitio de San José, la agonía de Sinfora. que se
desploma sobre el herido Camero, cegado e inmóvil, y le comunica
la humedad caliente y el áspero olor de su sangre, empapándolo,
y los estremecimientos de su cuerpo ya designado por la muerte; y
la misma situación del cambujo, que siente como se le mucre encim^
la compañera salvaje, por él no reconocida aún, y que con ansia
paralela asiste a la dilucidación del choque entre los suyos y los
españoles: choque expuesto con or¡ginalísimo alarde, pues Acevedo
Díaz, adoptando la perspectiva del personaje caído, momentánea
mente sin ojos, se reduce a dar la ima^en auditiva de la brega (perp
con tal plenitud, pese al manejo de un solo medio sensorial, que asi
el lector conoce, desde la conciencia de Camero, la victoria de los
independientes! (37!. Recuérdese, además, en Las Piedras, la carrera
de Ismael, que arrastra, convirtiéndose en ráfaga ecuestre y coronando el ritmo epopéyico de la lucha, el cuerpo de Almagro sobre los
despojos del combate: o en Sarandí el arrojo homérico de Cuaró y
Esteban, o las postrimerías de Jacinta (^aquella especie de leona"
que "olía a junquillo y a aroma silvestre"), cuando defiende y escuda
el cuerpo inerte de Luis María Berón, basta morir, atreviendo un
beso único dentro tic la batalla (38!. Tales solos imaginarios, y los
mismos coros reales vitalizados con múltiple y difícil grandeza, dan
color y calor a la historia, sin desautorizarla. Y aún la transfiguran
épicamente. Como en la relación de los hechos capitales, en la de
los menores, el novelista corrobora poderes, sin repetirse nunca. Y
crea eligiendo^ con estupenda virtud representativa. De ahí que por
el doble imperativo del arte, sea la nacionalidad, en su primera y
(95) Ismael, LIV. (Los dan pimíos que siguen non Una lánguida exrrereivin de 1.
XXXI
— 84 —
�"BDI-iailiy U3 OpRlfatlOtit) SOttlGXeq Otib OOtlTll JO O9B0B
:op3E an owoa oprinpp 'oaiibjjbh aapod je naqopode prijoitibui b¡
aod Bjaonduu oiqumpiAaas E[ b asod 'opuodsaa.to;) anb 'pBpqe.u bj ap
Raída uoioejiüíijsuüji B| njado op^aj^ ubi o<[J9a uoa '^pun^^ o[ ara
•tltllO^ Ez^i>lJB^^ El UBI UO3 I "OÍD 13 lili O ti OÍ fcOl OBUIl'lODUT OIUOIIB UOO
l/v i <in •! r 4i
'piplumo nia^ souiuqE^sooou otib ^Budioeu Buiaod [a ejoaoii Esa no b,í
soineupuoi '/awius^ oiuouin^os Oíposa B^aiquij is onb eaiibiuosojiIoj
*b.u.iií R[ .tp .tKduiT naSpiin bj unn _í 'sisoua^ n^ ap ujoq b|^ uo uoioeu
buii ap oio|dcuoo ojpana [.> Jaaaajo b B]jopB 'ouBoiJomBOUEdsni jop
-B^nn uii^uin bziuIi n.iodn^ ou otib '^nsuonj ns uii^as 'oUHA^ay
•Eoodo onn op ^ uoiobu euit op bjíÍoic; sptA bj soJBpioijjBd
sotpaq uo iusuopuoa í ^pBpiAijoaioa nuil op Jíusj o mjq^Q oiaoa jojba
lEUBi|3Ííai| siso^pxa ¡ ap oü-ins oraoo 'BXododo b^ op puip-iEo bahb^
-oj.iajd ho onbao^ ^ooaaii sus X s.isoip sus ujorooiiooaj o|i[.ind mi anb
BJBd X BJi^no mm aBrafj.ii Eaed iioaBisBq ^npn.iap bu op sopi^aj
-sqB 'eXojx ap bjjoii^ rj ap sejp Bjuanoui^ une o^iiodaj ajiuuod
ora a^ is -OAiisiiBLpco o[ ou 'OAiiBiuasojdo.T o[ sa aj^B pp oidoaj
ofifoiul un ap ja^aatM fa ouijafi as anb lia sojoipnis
ouioa a-ijsod si e ubíÍjba hEiJOTiiani et X uoiobuii^buil ei ap osaitauoa
^ uoa 'soipaq soj atib X to^as Bf ap oaprni [o 'EpuoiJEdü ejABiq
�
Dublin Core
The Dublin Core metadata element set is common to all Omeka records, including items, files, and collections. For more information see, http://dublincore.org/documents/dces/.
Title
A name given to the resource
Revista de la Facultad de Humanidades y Ciencias
Creator
An entity primarily responsible for making the resource
Facultad de Humanidades y Ciencias
Publisher
An entity responsible for making the resource available
Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación
Date
A point or period of time associated with an event in the lifecycle of the resource
1947-1989
Rights
Information about rights held in and over the resource
Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación
Language
A language of the resource
Español
Type
The nature or genre of the resource
Publicación periódica
Contributor
An entity responsible for making contributions to the resource
Lic. Pablo Darriulat
Dublin Core
The Dublin Core metadata element set is common to all Omeka records, including items, files, and collections. For more information see, http://dublincore.org/documents/dces/.
Title
A name given to the resource
La novela de Eduardo Acevedo Díaz
Creator
An entity primarily responsible for making the resource
IBAÑEZ, Roberto
Source
A related resource from which the described resource is derived
Revista de la Facultad de Humanidades y Ciencias /Universidad de la República. Montevideo : FHC, UR , Agosto 1953, Nº 10 : p. 69-85
Publisher
An entity responsible for making the resource available
Facultad de Humanidades y Ciencias
Date
A point or period of time associated with an event in the lifecycle of the resource
1953
Rights
Information about rights held in and over the resource
Facultad de Humanidades y Ciencias de la Eduicación
Language
A language of the resource
Español
Type
The nature or genre of the resource
Publicación periódica
ACEVEDO DIAZ
ARTE
DOCTRINA
Eduardo
NOVELA HISTORICA
OBRAS
REALISMO